Año 6 • No. 238 • septiembre 18 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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Las prácticas de campo
nos hacen mejores profesionales:
alumnos de Antropología UV
Fernanda Melchor
 
Colaboran estudiantes de esta casa de estudios en la exploración y excavación de sitios arqueológicos a los largo del estado de Veracruz
 
Aprender a hundir el pico en la tierra, a despejar fosas de varios metros tan sólo ayudados de una pala, a resistir las jornadas de calor abrasador y de insectos, o a cocinar los alimentos en campamentos alejados de la ciudad, son algunas de las habilidades que un profesional de la Arqueología necesita dominar, pero que difícilmente pueden aprenderse en el salón de clases.

Si bien la teoría es parte importante de su formación, los estudiantes de la carrera de Arqueología de la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana (UV) ponen en práctica sus conocimientos durante el mes que duran sus prácticas. Guiados por un académico o investigador, cada año los futuros arqueólogos colaboran en proyectos de prospección y excavación a lo largo del estado de Veracruz.

Los jóvenes que participaron en las excavaciones de las comunidades de Dos Ríos y del Valle de Maltrata coinciden en que este tipo de ejercicios son necesarios para convertirlos en arqueólogos, que no sólo posean conocimientos sino también habilidades para un adecuado ejercicio profesional. Para ello se requiere que los catedráticos que dirigen estas prácticas desarrollen un proyecto de investigación revisado y aprobado por el Consejo Técnico de Arqueología.

“En el campo aprendes mucho más que en clase. Sí te explican cómo hay que recorrer las zonas cuando se hace una investigación, pero eso no es lo mismo que traer la brújula y organizarse con el grupo”, afirmó Carolina Ramírez, quien trabajó durante el mes de febrero en Dos Ríos, una zona rural ubicada a media hora de la capital.

“En las prácticas refuerzas conocimientos con la experiencia, sobre todo de cartografía y topografía, y sirve para que te vayas conectando con el campo”, dijo por su parte Paris Ferrand.
• Exploran zona de Libramiento de Xalapa

Durante dos semanas, un grupo de 20 estudiantes de Antropología de la UV, acompañados por el catedrático Jesús Bonilla, recorrieron parte del tramo aledaño al Libramiento de Xalapa, pasando por las comunidades de Dos Ríos, Rancho Nuevo y Chiltoyac.
“En este caso, al ser una práctica de prospección, no se realizaron excavaciones, sino que con base a la información que obtuvimos por fotografía aérea de este trazo fuimos ubicando los puntos por los que pasará el Libramiento a Xalapa”, explicó el catedrático, quien agregó: “También pusimos especial énfasis alrededor de los cuerpos de agua, que es donde es más probable que podamos detectar presencia humana”.
Utilizando brújulas y posicionadores geo-satelitales, los estudiantes recorrieron la extensión de trazo buscando evidencia material de asentamientos prehispánicos. El recorrido se realiza en transectos: cada alumno se encuentra a una distancia de diez metros uno del otro, y tiene que ir observando el terreno minuciosamente.
• Educación visual

“Esto requiere de una educación de la agudeza visual en cuanto a la detección, y de un desarrollo del criterio para definir con claridad si se trata de un material prehispánico o de la época contemporánea”, señaló Bonilla.

De esta forma, en el poblado de Chiltoyac se encontraron vestigios de casa habitación y las estructuras y muros de contención de un probable centro ceremonial. Asimismo, se hallaron fragmentos de cerámica (tepalcates) del tipo de pasta fina y petrograbados (grabados en piedra), que se presume corresponden al período del posclásico temprano y tardío, del 900 d.C. a las primeras épocas del siglo XVI, lo que evidencia un origen totonaca.

Parte de estas piezas fueron llevadas a los laboratorios de la Facultad de Antropología para su lavado y clasificación, previo permiso del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quien debe recibir un informe completo conteniendo los dibujos y descripción de las piezas halladas.

“Todo los movimientos que hacemos con las piezas deben estar reglamentados por el INAH, y es algo que tenemos que tener muy claro, estar conscientes de la ley y conocer los límites de lo que podemos o no hacer con las piezas, ya que sustraerlas sin permiso es un delito”, afirmó el estudiante Paris Ferrand.
• Presencia UV en el Valle de Maltrata

Trece alumnos de la carrera de Arqueología realizaron una serie de prácticas cerca de Maltrata, poblado ubicado a 25 kilómetros de la ciudad de Orizaba. El trabajo de los estudiantes forma parte del proyecto “Investigaciones arqueológicas del Valle de Maltrata”, dirigido por la catedrática e investigadora de tiempo completo del Instituto de Antropología, Yamile de La Cruz Lira López.
La importancia de este proyecto radica en la situación geográfica de dicho valle, que en épocas prehispánicas constituyó un lugar de paso entre el Altiplano y la costa del Golfo. “El Valle de Maltrata es un punto de referencia para estudiar el desarrollo de los asentamientos humanos de la región, que han sido poco estudiados pero que merecen un estudio intensivo y extensivo que contribuirá al avance del conocimiento de las culturas prehispánicas de Veracruz”, afirmó la investigadora, quien subrayó el hecho de que todos los trabajos de prospección y excavación de la UV están autorizados por el INAH.

Como parte de sus actividades al frente de las experiencias educativas Seminario de Investigación y Análisis de Materiales, Lira López condujo al sitio a un grupo de estudiantes, quienes pusieron en práctica los conocimientos adquiridos en las aulas durante febrero, aprovechando la disponibilidad de tiempo de los jóvenes durante las vacaciones intersemestrales.
• Del pleistoceno a la actualidad

Las prácticas de excavación tuvieron lugar cerca de la comunidad Rincón brujo, un sitio arqueológico relacionado con el periodo posclásico. Ahí obtuvieron alrededor de un centenar de piezas, que fueron lavadas y limpiadas en el campamento, y llevadas posteriormente a la Facultad de Antropología para el análisis de sus materiales.

“Una característica relevante del área de Maltrata es que es una ruta de comunicación que ha funcionado como paso de poblaciones desde el pleistoceno hasta nuestros días”, explicó la investigadora. A través de un análisis de las piezas pertenecientes al periodo posclásico, se han hallado influencias de las culturas del Altiplano, cuyas huestes pasaron por aquella área para llegar a las costas del Golfo de México. Los materiales utilizados, por lo tanto, son tipos cerámicos cholultecas y aztecas, que influyeron en la confección de las piezas originarias de la cultura local de Maltrata. “Se supone que el emperador Moctezuma mandó a conquistar Maltrata, así como muchos otros pueblos para obtener tributos”, afirmó Lira López.

El proyecto cuenta con financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) desde 1999, lo que ha permitido el desarrollo de investigación arqueológica en el área durante ya siete años.

“A mí me gusta todo de las prácticas, desde la convivencia con los compañeros y el aprender técnicas”, afirmó Araceli Olivares. “Sí, a veces la teoría no te da todo, y esto se pone a prueba en el trabajo de campo, cuando ya tienes que aplicar una metodología y un ritmo específico de trabajo”, dijo Eligio Ruiz.
• Proporciona Facultad estímulos económicos

Con el fin de promover la aplicación práctica de los conocimientos adquiridos en el aula, casi el 70 por ciento de los recursos de la Facultad de Antropología son destinados anualmente a la organización de prácticas de campo en sitios arqueológicos poco explorados o recién descubiertos.

Así lo afirmó el director de este centro de estudios, Javier Kuri Camacho. “Incluso, hemos recortado el presupuesto para otros insumos con el fin de darle la oportunidad a nuestros estudiantes de salir al terreno y aplicar personalmente las metodologías y conocimientos que han aprendido en el aula”, dijo el funcionario.
Maestros y alumnos reciben una cantidad mensual de 800 pesos en promedio, destinada a solventar gastos como alimentación y transporte a distintos puntos del estado donde se realizan trabajos arqueológicos.