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Hay
en México importantes
variedades de chile comercial
Elizabeth Vázquez |
Datos
etnobotánicos y moleculares contribuyen a la comprensión
del proceso de domesticación del chile |
La
gran diversidad de formas, tamaños y colores de los frutos
de chile domesticados en Mesoamérica no es producto de un accidente
azaroso de la naturaleza, sino más bien de un esfuerzo sistemático
realizado por las distintas sociedades que han habitado esta zona
desde hace al menos tres mil años. Sin embargo, el conocimiento
tradicional que esas culturas poseen sobre el tema ha sido escasamente
documentado.
En su tesis para obtener el grado de doctora en Botánica por
la Universidad de California, Riverside, Araceli Aguilar Meléndez
hace un estudio detallado –basado en datos etnobotánicos
y moleculares– de diferentes variedades de chile, cuyos resultados
revelan que no hay una clara separación entre las silvestres
y las domesticadas: “contrario a la teoría del ‘cuello
de botella’ que propone que la domesticación reduce,
generalmente, la diversidad genética de las variedades domesticadas,
con relación a sus progenitores silvestres”.
La investigadora mencionó que estudios previos indican que
diversas etnias nativas de México domesticaron el chile. “No
obstante, aún se desconoce dónde y cuántas veces
ocurrió y cuál es la identidad del tipo ancestral silvestre
que la propició”.
Localizar la región donde la domesticación ocurrió
es uno de los mayores retos de los botánicos interesados en
la evolución de las plantas cultivadas. Los chiles en México
son un sistema ideal para explorar los procesos de domesticación
y para entender la diversidad biológica y cultural del país.
Es importante documentar la variación genética de las
poblaciones silvestres, ya que, con la ayuda de las nuevas técnicas
moleculares, se pueden entender mejor las relaciones evolutivas entre
los chiles silvestres y domesticados. Este hecho ayudará a
asistir los esfuerzos encaminados a conservar el germoplasma in situ
y facilitará el mejoramiento genético de las variedades
económicamente importantes.
La hipótesis que la investigadora plantea consiste en que la
domesticación de Capsicum annuum tuvo lugar en repetidas ocasiones
en México, en la región conocida como Mesoamérica.
“Para probarlo, secuencié genes del núcleo con
la intención de encontrar patrones filogeográficos que
indicarían el lugar y el tiempo donde la domesticación
tuvo lugar”. Sin embargo, agregó, “es sumamente
difícil documentar e interpretar la diversidad y las complejas
interacciones
entre los humanos y el chile en nuestro país”.
Para este estudio, especificó la autora, se colectaron chiles
y datos etnobotánicos de 20 localidades (en 10 estados) en
México, incluyendo muestras de jardines de casa, milpas, bosques
tropicales y mercados.
Araceli Aguilar Meléndez es investigadora del Centro de Investigaciones
Tropicales (CITRO) de la Universidad Veracruzana, recientemente integrada
a través del programa de repatriación del Consejo Nacional
de Ciencia y Tecnología (CONACYT). |
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