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Color,
concepto, forma y fondo en la AP
Se inauguró Co-secuencia de 3,
pintura e intervención
Gina Sotelo

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Co-secuencia
de 3 es la exposición en la que convergen los
tres modos de ver –y hacer– arte de Noé Capistrán,
Noé Hernández y Manuel Casas Domínguez. En
un mismo espacio coinciden azarosamente idea nacidas de la reflexión
sobre lo antropomorfo, tres distintos puntos de vista de ver al
animal y vivir el animal.
Esta exposición está abierta al público en
la Galería AP de la Facultad de Artes de la Universidad Veracruzana
(UV) y estará montada hasta el próximo 11 de octubre.
Para Noé Capistrán vivir el animal es entrar en el
contexto de lo sentimental, desproporcionado de lo irracional y
de la pasión reflejada en línea que deja de ser línea
para convertirse en algo vivido y lleno con el colorido que es la
parte de toda vivencia humana.
Para él, la pintura está ligada a los momentos más
intensos de los pasajes de su propia historia de vida y de sus labores
cotidianas, que al final se conectan por la intensidad de ciertas
situaciones personales. |
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Noé
Hernández, por su parte, hace una intervención de espacio
en donde el principal protagonista es el barro crudo, modelado a partir
de su estudio sobre mitos prehispánicos populares que son llevados
a nivel de conceptualización:
“Estamos acostumbrados a ver la cerámica en su proceso
de cocción normal –atmósfera oxidante o reductora–,
y esta intervención la hice con barro crudo.
Creo que hace falta más información en cuanto al proceso
cerámico”, dice el artista. |
Añade
que estamos acostumbrados a ver sólo una parte del inmenso
mundo que es la cerámica. Incluso las ollas –tan preciadas
en las civilizaciones prehispánicas– tienen toda una
carga simbólica, un universo que muchas veces se desconoce
y por eso «quizá una instalación o intervención
en barro no es tan apreciada». Así, su trabajo ha sido
fuertemente influenciado por la cerámica prehispánica
de América Latina, así como de la China milenaria.
Noe ha trabajado la cerámica desde hace muchos años,
sea en esculturas, murales e incluso piezas utilitarias. Sin embargo,
esta intervención le gusta y le sorprende pues, a final de
cuentas, al modelar el barro el resultado muchas veces es inesperado.
Manuel Casas Domínguez cree que la magnitud del ser humano
–animal– es poder encontrar esa luz interna que hay en
las relaciones humanas. Lo que puede encontrarse de una forma consciente
e inconsciente, dependiendo de los procesos más o menos racionales
que cada uno trae consigo mismo.
Intensidad, color, pasiones y emociones se aprecian en sus lienzos
en una composición llena de armonía. A través
de su enérgico pero firme trazo pretende transportar “al
otro” diferentes emociones. A todas luces su trabajo se influencia
de artistas presentes y pasados, intelectuales, poetas y demás
figuras del impresionismo.
Valiéndose del gran formato –cuadros de hasta dos por
dos metros–, Manuel vierte en la tela toda esa carga ya acumulada,
experiencia de tanto tiempo que ahora la traduce en una animalidad
policroma.
Su camino por lo abstracto ha sido un proceso largo. Como muchos,
se inició como artista figurativo y hoy experimenta con las
formas libres, intuitivas, irregulares y de estridente colorido.
Co-secuencia de 3 puede apreciarse en Belisario Domínguez
numero 25. La entrada es libre. |
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