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Nuestro
estado, con potencial y vocación para tenerla: Luis Eugenio
Todd
UV, gran fortaleza de Veracruz para
tener una Ciudad del Conocimiento
Juan Carlos Plata
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Reorientar la educación para que se valore la ciencia y aumentar
la productividad industrial, objetivos paralelos del proyecto
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En México, la falta de educación científica
obliga a los niños a autolimitarse y a no desarrollar su
creatividad y capacidad de innovación
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Vista
aérea de Cambridge Science Park. |
Una
Ciudad del Conocimiento no es una ciudad urbana, ni una empresa. Es
un concepto que viene a darle al conocimiento y a la mente un lugar
en la prioridad de los altos valores de una sociedad. La idea de que
un complejo de este tipo sea una definición concreta ligada
al sector industrial, representa una definición muy parca.
En lo profundo del concepto, se trata de darle un alto valor al intelecto
para producir conocimiento.
El estado de Veracruz tiene los elementos necesarios para albergar
una Ciudad del Conocimiento que cumpla cabalmente con los objetivos
primordiales de un proyecto de esa naturaleza: una reorientación
de la educación para conducirla hacia la ciencia y lograr un
aumento en la productividad industrial regional y nacional.
Luis Eugenio Todd, ex rector de la Universidad Autónoma de
Nuevo León (UANL), ex subsecretario de Educación Superior
e Investigación Científica de la SEP, y director científico
de la Ciudad del Conocimiento de Monterrey, asegura que una de las
principales fortalezas del estado, para pensar en un proyecto de este
tipo, es precisamente la Universidad Veracruzana (UV).
“Hay muy pocas universidades con el reducto cultural con que
cuenta la UV; esta universidad piensa, tiene concepción estética
de la vida, analiza el concepto fundamental de ser, no sólo
de hacer. Dentro del sistema de la economía liberal y de la
globalización, Veracruz se ha conservado en un reducto cultural
bellísimo: piensa, existe, actúa; y es precisamente
aquí donde se puede generar esa preocupación por el
conocimiento en toda su magnitud”, dijo durante la cátedra
Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación, capítulo
La Ciudad del Conocimiento, organizada por la Organización
de Estados Interamericanos (OEI) y llevada a cabo en la UV. |
“Dentro
del sistema de la economía liberal y de la globalización,
Veracruz se ha conservado en un reducto cultural bellísimo:
piensa, existe, actúa”: Todd
“No
tenemos ciencia, investigación y conocimiento propios. Somos
una sociedad que maquila”, dijo
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Sin
embargo, para llevar a cabo el proyecto –aseguró el ex
representante de México ante la UNESCO– es necesario
darle mucha importancia a la educación para la ciencia, además
de que las universidades deben revisar sus planes de estudio y adecuarlos
a la nueva época del conocimiento.
“Los niños, desde la primaria, deben saber que la ciencia
es muy importante, que no es ritual para gente con pipas y con cara
de extraño, que es parte de nuestra vida cotidiana. Y las universidades
deben preguntarse si, por ejemplo, están preparando al médico
de la época, si sus profesionales están preparados para
entender y manejar los nuevos problemas que nos plantea la modernidad
y el propio desarrollo tecnológico”, sostuvo. |
Complejo
industrial Silicon Valley, en San Francisco California.
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Uno
de los puntos importantes para el proyecto es que la entidad se
fortalezca en ese rubro. |
De
la falta de educación científica a la autolimitación
Todas las grandes empresas del país dependen de insumos y patentes
extranjeras; no tenemos valores agregados nacionales. Por lo tanto,
cada vez que el Banco Mundial baja o sube el porcentaje de intereses,
México tiene severos problemas económicos.
Esto se da –sostiene Todd– porque no tenemos ciencia,
investigación y conocimiento propios. “Somos una sociedad
que maquila, lo que resulta paradójico teniendo una creatividad
cultural mayor a la de muchos países. Un mexicano cuando no
puede arreglar una cosa, busca otra manera para hacerlo, pero como
no tiene el ámbito científico y educativo que le dé
opción para desarrollar su innovación y creatividad,
simplemente se enajena en su propio proceso y se autolimita”.
En el país, la ciencia y la investigación científica
son muy pobres. Tenemos gente muy preparada, pero no la suficiente;
y los políticos no han entendido la importancia de la investigación
científica como factor de soberanía, de identidad cultural
y, sobre todo, de independencia.
“México le dedica 0.34 por ciento del PIB a la investigación
científica, contra el 4.6 en Suecia, 4 en Japón, y 3.11
en Estados Unidos; y a esto hay que sumarle que la poca gente que
investiga y crea conocimientos en México se va a otro país;
40 por ciento de los becados por el CONACYT no quieren regresar al
país porque no hay un ambiente propicio para el desarrollo
de la ciencia”, dijo el analista.
El ejemplo de Cambridge
La Universidad de Cambridge nació en 1209, y por sus aulas
han desfilado 90 ganadores del Premio Nobel, además de Charles
Darwing e Isaac Newton.
En 1990, un banquero ofreció préstamos a los investigadores
de la universidad para que hicieran empresas. La universidad, por
su parte, les cedió terrenos en comodato para que las instalaran.
Posteriormente, otras empresas ya establecidas se interesaron en ubicar
sus plantas en el mismo complejo. |
Para
el 2004 había en el Cambridge Science Park mil 440 empresas
que generaban 67 mil empleos de alta tecnología. Todo este
desarrollo incrementó el presupuesto de la universidad, el
sueldo de maestros e investigadores, y lo más importante, empezó
a hacer productos tangibles a partir de las ideas y proyectos de los
científicos universitarios
La Universidad de Cambridge logró, sin sacrificar el concepto
básico de lo que es una universidad, adaptarse al proceso de
innovación, de productividad y competitividad internacional. |
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La
fórmula: no copiar fórmulas
Para Asdrúbal Flores, subdirector de Investigaciones de la
UV, la fórmula para que un proyecto de esta naturaleza se materialice
en Xalapa es no creer que copiando la fórmula de lo hecho en
Silicon Valley, en corredor de Boston, Estados Unidos; o en el tecnopolo
de Tolousse, Francia, ya que por su características y circunstancias
dichos modelos no son reproducibles en México.
“En Estados Unidos, el gran y repentino desarrollo de estos
complejos se dio gracias a que el ejército norteamericano les
pagaba miles de millones de dólares a las empresas para que
le fabricaran tecnología militar. Incluso en el corredor de
Boston el propio ejército construyó las naves industriales
para que las empresas pudieran trabajar, y en Francia el tecnopolo
se creó alrededor de ciencia aeroespacial con fuerte apoyo
del gobierno”, señaló.
El investigador de la UV sostuvo que, si bien es cierto que las condiciones
mexicanas son completamente diferentes, hay ciertas características
que son comunes y que podrían ser tomadas en cuenta para emprender
el proyecto en Xalapa, por ejemplo, el hecho de que todos estos lugares
han iniciado con un proyecto netamente inmobiliario, y, por otro lado,
la acumulación de talento como estrategia para atraer a las
empresas.
En ese sentido, Carlos Welsh dijo que en Veracruz hay 240 miembros
del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), por lo que uno de los
puntos más importantes para el proyecto es que la entidad se
fortalezca en ese rubro. |
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Las claves para la Ciudad del Conocimiento en Xalapa:
Carlos
Welsh, investigador del Centro de Ciencias de la Tierra de la UV
y asesor del Consejo Veracruzano de Ciencia y Tecnología
(COVECYT), enumeró, durante su participación en la
cátedra de la OEI, cuatro importantes líneas de acción
que podrían favorecer la creación de este proyecto:
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La promoción de innovación en grupos con intereses
similares y en cadena.
• Favorecer la investigación colectiva.
• Integrar los procesos de propiedad intelectual y propiciar
su impacto.
• Identificar y diseminar aquellas prácticas mejores.
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