“Muchos
programas de posgrado inducen a los estudiantes a aprender un abc
como receta: establecer un protocolo, un marco teórico, una
metodología; como si la investigación consistiera únicamente
en ese abc, siendo que muchas veces cuando uno empieza una investigación
a veces ni siquiera tiene claramente definido el objeto de estudio”,
sostuvo el investigador.
Martínez Morales dijo que hay una confusión en cuanto
a los métodos de investigación y los métodos
de exposición, que es cuando ya se plasma el resultado de la
investigación, esto es, cuando ya es posible decir los pasos
que uno atravesó, o reconstruir el objeto de estudio y así
poder clarificar qué métodos se emplearon, cuál
fue el marco teórico y cuáles son las conclusiones.
Pero eso es el resultado de la investigación, no su planteamiento.
“Al percatarnos de estas limitaciones en la práctica,
algunos investigadores hemos tratado de buscar alternativas para salirnos
de esos esquemas que mutilan muchas veces la imaginación y
no alientan la creatividad de los jóvenes investigadores”,
afirmó. El
problema es social y no sólo educativo
Martínez Morales aseguró que la situación que
impera en todo el sistema educativo –la falta de investigadores
o que está muy limitado el ejercicio científico–,
no obedece sólo a las condiciones intraescolares, sino que
hay determinaciones sociales que la producen.
“Es inevitable hablar del sistema social en el que estamos
inmersos, el llamado neoliberalismo, en el que los hombres somos
reducidos a tornillos en una gran maquinaria. Entonces el sistema
educativo obedece a las necesidades de ese sistema”, aseguró.
Según el investigador, si buscamos hacer creativos a nuestros
niños y jóvenes, eso implica que tienen que desarrollar
un pensamiento crítico, no sólo dentro del aula, sino
a todas esas determinaciones que fuera del aula inciden en lo que
ocurre dentro de las escuelas.
“Eso produce un pensamiento crítico y subversivo que
no le conviene al sistema social, por tanto, no es que el sistema
educativo esté fracasando, sino que está diseñado
con el expreso propósito de crear individuos acríticos
y poco creativos. Pero este sistema no es monolítico, los
espacios escolares son espacios donde, a pesar de estas determinaciones,
se puede desarrollar el pensamiento creativo y crítico en
todas las disciplinas y no implica necesariamente una confrontación
con lo social”, dijo.
Mesa
redonda
En este contexto, se organizará la mesa redonda “Creatividad
e investigación. En la búsqueda de una propuesta pedagógica
para la formación de investigadores”, en la que participarán
los investigadores Manuel Martínez Morales, del Departamento
de Inteligencia Artificial (DIA); José Antonio Hernánz,
del Instituto de Filosofía (IF); Feliciano García
Aguirre, del Instituto de Investigaciones Histórico Sociales
(IIHS); Rogelio de la Mora, de la Dirección General de Investigaciones
(DGI); y José Velasco Toro, del IIHS, todos de la UV.
Martínez Morales dijo que discutirán el tema de la
creatividad de manera interdisciplinaria. “La idea es que
cada uno de los participantes nos hemos encontrado, en nuestra práctica
docente y de investigación, con que tenemos problemas comunes
cuando estamos iniciando a jóvenes estudiantes en la investigación,
ya sea en licenciaturas o en posgrados”.
Lo que se intenta –aseguró el investigador–,
es la búsqueda de propuestas pedagógicas. “Yo
he practicado una propuesta, que he llamado protométodo,
que implica un enfoque y una aproximación a la investigación
distinta de las curriculares y que he puesto en práctica
con estudiantes de posgrado en la elaboración de tesis, hasta
ahora con buenos resultados”, dijo.
Martínez Morales reconoció que tal vez no exista un
modelo único para todas las disciplinas, porque cada una
de ellas tiene sus dificultades metodológicas, epistemológicas
y teóricas, pero en cuanto al espíritu con el que
se deben abordar las investigaciones sí hay rasgos comunes,
independientemente de cuál sea la disciplina, porque todas
tienen que ver con el aspecto de la creatividad.
La mesa redonda se llevará a cabo el miércoles 4 de
octubre a las 17 horas en el Salón Azul de la Unidad de Humanidades.
El
protométodo
EL investigador aseguró que el llamado protométodo
consiste en tratar de despertar, a través de la evocación
poética, la imaginación y las preguntas que se hace
el estudiante, pero acerca de su objeto de estudio. “En los
talleres leemos poemas o ensayos literarios que nos ayuden a despertar
nuestras propias capacidades de investigación, cómo
preguntarnos acerca de las cosas; eso implica cierta libertad del
estudiante y del investigador para poder abordar el objeto de estudio”.
Finalmente, sostuvo que si se le exige al estudiante que defina
un método antes de que empiece a realizar la investigación,
se produce una clausura o mutilación de la realidad, porque
vamos a ver el objeto de estudio desde la ventana metodológica
que elegimos a priori.
“Es mejor comenzar con un enfoque fenomenológico, es
decir, preguntarnos qué es lo que vemos. La idea que subyace
en lo que yo propongo, es que cualquier persona, aunque no esté
capacitada como investigador, pueda indagar sobre su realidad”,
aseguró. |