Año 6 • No. 240 • Octubre 2 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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  La migración corta o limita construcción de autoestima en el seno familiar
Promueve UV proyectos de vida más alentadores entre hijos de migrantes
Alma Espinosa
Baja autoestima y depresión son síntomas que presentan, aseguró la experta Dinorah León
Baja autoestima y depresión son síntomas que presentan hijos de padres migrantes, lo que ocasiona conflictos en su vida personal al sentirse aislados, inseguros y temerosos, e incluso con la “alternativa” de recurrir al uso de sustancias tóxicas como el alcohol, mientras que en el medio social puede ocasionar disturbios al participar en prácticas de pandillerismo, comentó Dinorah León Córdoba, investigadora del Instituto de Psicología y Educación de la Universidad Veracruzana (UV).


Dinorah León Córdoba.
Para dar una solución a este conflicto, un grupo de académicas universitarias desarrolla un proyecto que contempla la impartición de un taller y evaluación mediante cuestionarios. De los cuestionamientos que ha respondido un pequeño grupo de la Escuela Experimental de secundaria y bachillerato de la colonia Revolución, se ha detectado que las dinámicas empleadas por las investigadoras han ayudado a incrementar su autoestima y a emprender un proyecto de vida mucho más favorable.
El proyecto, que a su vez forma parte de un macroproyecto para trabajar con temáticas como técnicas de estudio y adicciones, inició hace unos meses. Entre las apreciaciones halladas, Dinorah León resaltó que si bien no todos los hijos de migrantes pasan por las mismas circunstancias, un gran número se sentía solo y atribuía a la ausencia de su padre todas las cosas que pasaran. En síntesis, manifestaban síntomas de depresión.

Durante el taller trataron que los jóvenes se autoconocieran e identificaran sus potencialidades. “La autoestima se forma desde la infancia en el seno de la familia, de tal manera que es a través de las relaciones familiares como se sienten valiosos e importantes. La migración es un factor que corta o limita este proceso”, explicó.

También tiene efectos en la comunicación. Así lo observaron en el taller donde las mujeres manifestaron que con la ausencia de su padre se sentían muy solas y ya no contaban con alguien de confianza para contarle todo sobre ellas, aun cuando la mamá estuviera presente.

Por este motivo, les ayudaron a generar un pensamiento positivo, reforzarlas como personas y ayudarles a enfrentar problemas mediante estrategias sencillas y pequeñas tareas que debían hacer con sus mamás o tutores. Las investigadoras también visitaron a estas jovencitas en su casa para que hicieran evidente el afecto que sienten por ellas sus madres, ya que es un factor esencial para reforzar la relación madre-hijo (a) y buscar la manera de erradicar la soledad, el aislamiento, la tristeza y la añoranza.

De esta forma y según la investigadora, se contempla apoyar a las mamás en cuestiones de autoestima y demostración de afecto hacia sus hijos, porque se observó que no es común que “apapachen” a los muchachos. Esto también se habló con los jóvenes para explicarles que si no hay demostraciones de afecto frecuentes se debe a factores culturales, pero no por falta de amor.

Madres solas, responsabilidad por partida doble
Las madres de familia también sufren depresión por la ausencia de sus cónyuges e hijos mayores. Durante una reunión con ellas, las investigadoras se percataron que sienten una responsabilidad muy grande, porque anteriormente contaban con el apoyo de sus parejas.

Con ello también delegan responsabilidades a los hijos para que cuiden a sus hermanos, abuelos o enfermos.

“Consideramos que si apoyamos a las mamás tendrán la fuerza necesaria para enfrentar la situación. Queremos que se sientan fuertes, que tengan diferentes estrategias para enfrentar lo que ahora les viene y que no se sientan menos que los demás o culpables porque el marido se fue”.

La problemática creciente de la migración está dejando a varias poblaciones sin varones adultos y jóvenes, por ello Laura Oliva Mesa, Elsa Angélica Rivera Vargas y Dinorah León han emprendido esta tarea que pretenden continuar al abarcar más escuelas, inicialmente de las colonias Revolución y 21 de marzo de esta capital. “Queremos ayudar a la población que se queda para que no tenga intenciones de irse”, concluyó la investigadora.