Sin
ser normativamente una función sustantiva de la Universidad
Veracruzana (UV), la vinculación con la población
se ha convertido en una tarea trascendental para la comunidad académica
de las cinco regiones. Las actividades que se han realizado con
este fin son numerosas, y recientemente se sumó la presencia
de alumnos y profesores de la Facultad de Contaduría-Córdoba
en el municipio de Tehuipango.
Como una iniciativa de un grupo de académicos, encabezados
por las docentes Marisol Rodríguez Gazga y Verónica
Escamilla Centeno, se brindará apoyo a una pequeña
comunidad de Tehuipango, la cual reúne 200 familias en condiciones
de extrema pobreza.
De acuerdo con el director de la Facultad, Jorge Alberto Soto Huerta,
se pretende proporcionar útiles escolares y ropa para que
los niños de la comunidad concluyan su educación primaria.
Inicialmente se acordó que los alumnos tendrían la
posibilidad de adoptar un niño de manera virtual, es decir,
comprometerse a apoyarlo en todo lo que el universitario pueda.
Asimismo, se realizará un estudio socioeconómico con
el fin de identificar las vías para que los habitantes generen
ingresos. Explicó que se identificarán las habilidades
de los padres de familia, así como los recursos de que disponen
para crear talleres de producción artesanal y de esta manera
emprender una verdadera opción encaminada a mejorar sus condiciones
de vida, que se reflejen en su salud y bienestar general.
El director aclaró que no sólo se capacitará
a los habitantes para la producción artesanal, sino que se
buscará otro tipo de actividad en la que puedan aprovechar
sus capacidades y recursos. Soto Huerta comentó que también
se ha pensado en buscar mercados donde las personas puedan colocar
sus productos.
Hasta el momento se ha comenzado a entablar pláticas con
la Fundación Mexicana Promotora del Trabajo Artesanal, que
es una buena opción para nuestros propósitos, reconoció.
“Nos asesoraremos con organismos nacionales e internacionales
para que nos den apoyo económico o asesoría para identificar
mercados. Es una ambición que tenemos con la misión
de favorecer a esa pequeña comunidad”, expresó.
Todavía no se sabe con certeza las actividades que se desarrollan
en la comunidad, pero lo poco que se ha observado es que trabajan
con bejuco y palma. Los pobladores sobreviven de lo escaso que reciben
por su trabajo; su agricultura está basada en el maíz.
Las mujeres trabajan en las ciudades urbanas de la región
de Orizaba. Está presente la migración, miseria, vicios
y falta de empleo.
Jorge Alberto Soto detalló que en el proyecto está
incluido un grupo de aproximadamente 40 alumnos de tercero y quinto
semestres, que participan de manera voluntaria y no como parte de
una experiencia educativa o servicio social. Todos colaboran “por
el interés de vincularnos, de cumplir con esa importante
responsabilidad de la Universidad que es la vinculación;
extender nuestros servicios a la comunidad, impactar a la sociedad”,
dijo.
Informó que en un mes serán visibles los resultados
de este proyecto en el municipio de Tehuipango, que colinda en el
norte con Astacinga y Mixtla de Altamirano, en el sur y oeste con
el estado de Puebla y en el este con Zongolica. Su clima es templado-extremoso,
con temperatura promedio de 14 grados. Los ecosistemas que coexisten
en el municipio son de tipo bosque tropical perennifolio. La fauna
está compuesta por poblaciones de armadillos, conejos, zorrillos,
tlacuaches y peces (mojarra, juiles y guayina). |