Año 6 • No. 243 • octubre 23 de 2006

Xalapa • Veracruz • México
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Brote rotavirus mató a ocho niños y seis embarazadas
Atiende UV emergencia sanitaria en Xocotla

Juan Carlos Plata
Ya opera una Brigada Universitaria en Servicio Social y se han integrado Educación Física, Nutrición
y Enfermería

La Facultad de Bioanálisis y el CEES de la UV muestrearon condiciones de salud y condiciones de vida de la población
Xocotla es una de las 62 comunidades que componen el municipio de Coscomatepec, Veracruz; el poblado está ubicado en las inmediaciones del Pico de Orizaba –a 20 minutos de la cabecera municipal– y tiene una población de cerca de siete mil habitantes. En los primeros días de febrero de este año, en esta comunidad fallecieron 8 niños y 6 mujeres embarazadas; el diagnóstico: un brote rotavirus.

A partir de esta emergencia sanitaria –que puso a Veracruz en el segundo lugar nacional de muertes perinatales y dejó a 26 niños huérfanos–, el gobierno estatal solicitó que la Universidad Veracruzana (UV) realizara un estudio de las condiciones de salud de la población, así como un análisis del agua que abastece a la comunidad. La Dirección de Vinculación de la universidad convocó a la Facultad de Bioanálisis y al Centro de Estudios y Servicios de Salud (CESS) de la UV en Veracruz para que se encargaran del proyecto.
Al trabajo iniciado por las dos entidades universitarias se ha sumado ya la Facultad de Educación Física y lo harán en breve Enfermería y Nutrición; además, ante las precarias condiciones de salud de la población, que cuenta sólo con una clínica del IMSS y un solo médico, ya se ha instalado una Brigada Universitaria en Servicio Social en la comunidad –con un médico, una enfermera, un odontólogo y una trabajadora social.

Para María del Refugio Salas Ortega, directora de la Facultad de Bionálisis en Veracruz, el trabajo que la UV está realizando en Xocotla atiende la misión fundamental de la universidad: al mismo tiempo se genera nuevo conocimiento, se hace difusión de ese conocimiento, se da la articulación de la docencia y la investigación, se atienden los objetivos de interacción de los estudiantes con la realidad social que plantea el Modelo Educativo Integral y Flexible, y se atienden las necesidades de –en este caso-, una parte de la población del estado.

“Creo firmemente que el proyecto abarca todo lo que la universidad tiene por objetivo”, sostuvo.
Desnutrición y anemia, los enemigos

José Manuel Hurtado Capetillo, investigador del CESS y catedrático de la Facultad de Bioanálisis, explicó que, en respuesta a la convocatoria que se les hiciera, se integró un grupo de 30 estudiantes y 10 académicos de la facultad, que elaboraron un plan de trabajo divido en dos etapas: identificación de factores ambientales de riesgo para la salud de la población y el estado de salud de los habitantes.
“La primera parte consiste en hacer monitoreos de la calidad del agua, para identificar bacterias y condiciones que pudieran estar dañando la salud de la población y la segunda en identificar parámetros sanguíneos, de orina y de excremento de la población, para tratar de ver qué enfermedades sufrían”, dijo.

El plan trazado por los universitarios consiste en seis visitas a la comunidad –una por mes–, en las que toman muestras de un segmento de la población, se realizan actividades con los odontólogos y los educadores físicos; hasta el momento se han llevado a cabo tres de estas visitas.
De acuerdo con el investigador del CESS, el grupo hizo una división de la población en grupos prioritarios a analizar en sus visitas a la comunidad: mujeres embarazadas, niños con desnutrición –estos grupos ya analizados–, niños de 6 a 12 años y adultos mayores.
“El primer muestreo se hizo con poco más de 100 mujeres embarazadas, de las cuales el 70 por ciento presentaba anemia, y 10 de ellas presentaban condiciones de salud sumamente delicadas; se notificó al ayuntamiento y se logró que recibieran atención en la clínica del IMSS en Coscomatepec, y cuatro ya dieron a luz”, dijo.
En lo que corresponde a niños con desnutrición, se hicieron estudios de 125 niños, de los cuales el 50 por ciento tienen anemia y el 80 por ciento por ciento presentaban parasitosis. 10 niños tenían un parásito llamado unsinaria, el cual condiciona un estado de anemia muy severo.
“Los resultados de estos estudios ya fueron entregados a personal del ayuntamiento, a la vicerrectoría de la UV en Orizaba y al médico responsable del área del IMSS. De esta forma nosotros tratamos de cerrar el círculo, buscando que estas instancias tomen medidas inmediatas”, dijo Hurtado Capetillo.
En las visitas subsecuentes, el grupo universitario realizará muestreos con niños de 6 a 12 años de edad, buscando enfermedades como diabetes, obesidad, dislipidemia –alta concentración de colesterol–, problemas de los que se tienen referencias de que ya existen en esa población, y con adultos mayores para explorar diabetes e hipertensión arterial, padecimientos de los que no se tienen casos registrados, pero los expertos suponen que es por falta de infraestructura para su diagnóstico, no porque no los haya.
 
Marta Lilia León Noris.

María del Refugio Salas Ortega.

José Manuel Hurtado Capetillo.
 
En el agua, el peligro

Marta Lilia León Noris, académica de la Facultad de Bionálisis es la encargada de realizar los estudios de la calidad del agua que la gente consume en Xocotla, y aseguró que hasta el momento han hecho muestreos en 30 pozos, y en 70 por ciento ellos se han encontrado principalmente tres tipos de bacterias: salmonela, escherichia coli y proteus.
“En principio, los tres tipos de bacterias que hemos encontrado en el agua, están relacionadas con las enfermedades que fueron causantes de esas muertes que se reportaron a principio de año. Si tuviéramos que hacer un corte con lo que llevamos avanzado, los resultados parciales que tenemos de las dos áreas de estudio ya se cruzan, pero tenemos que terminar los análisis para poder ofrecer un panorama general y resultados absolutamente confiables y precisos”, sostuvo la académica.

León Noris explicó que las autoridades municipales han expresado su voluntad de que el muestreo se lleve a cabo en el 100 por ciento de los pozos y las tomas de agua de manantial de la comunidad.

La experta explicó que las condiciones de los pozos no garantizan en manera alguna la calidad del agua, ya que en la mayoría de los casos, se trata solamente de hoyos en la tierra sin ningún tipo de recubrimiento o instalación protectora.

Del tamaño de la necesidad es el tamaño del proyecto
Lo que inicialmente fue un proyecto de simple diagnóstico de la condiciones de salud de una población, se ha convertido en una enorme área de oportunidad para que la universidad –y no sólo una facultad–, intervenga para mejorar las condiciones de vida de la gente, aseguraron los universitarios.

Las primeras adiciones al proyecto original, fueron las de maestros de la Facultad de Educación –quienes han promovido actividades físicas para niños y adultos, para mejorar las condiciones de salud, evitar riesgos de parto y propiciar un estilo de vida más sano-, y odontólogos del propio CESS. En las próximas visitas se integrarán alumnos y académicos de las facultades de Nutrición y Enfermería.

“Y eso es sólo en lo que corresponde al área de salud, si nos pusiéramos a ver todo lo que necesita la gente de Xocotla, podrían trabajar ahí, ingenieros, arquitectos, psicólogos. El tamaño de proyecto, hasta el momento lo han determinado precisamente la carencias de gente en la comunidad”, dijo José Manuel Hurtado Capetillo.

Además, expuso Marta Lilia León Noris, uno de los factores importantes del proyecto es el integrar a los estudiantes a una realidad social, “que vean, fuera de las aulas, las problemáticas de la población y que ahí apliquen todos los conocimientos que han adquirido en la carrera.

“Inicialmente sólo íbamos a decirles cómo estaban en cuanto a la salud, pero finalmente estamos haciendo una intervención más drástica, como los programas de prevención, y de higiene, salud de todo tipo”.