Año 6 • No. 244 • Octubre 30 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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La OSX en el Festival Internacional Cervantino
Dos estrenos mundiales y una
controversia por la obra de Cárdenas
Jorge Vázquez Pacheco

Dos participaciones de la Orquesta Sinfónica de Xalapa (OSX) marcaron la presencia de la Universidad Veracruzana (UV) en la trigésima cuarta edición del Festival Internacional Cervantino de Guanajuato.


La Orquesta Sinfónica de Xalapa durante el concierto llevado a cabo en León, Gto.
La actividad inicial se dio en la ciudad de León, la noche del miércoles 18 de octubre, en el teatro “Manuel Doblado de León”, con la orquesta bajo la dirección de Sergio Cárdenas, músico originario de Tampico que en diversas oportunidades ha actuado al frente del conjunto universitario.

El programa se integró por la Obertura para un cuento fantástico del compositor mexicano Federico Ibarra, obra en estreno mundial, para continuar con la Trigésima novena sinfonía de Wolfgang Amadeus Mozart y la conocidísima Quinta sinfonía de Beethoven.
El programa siguiente, como parte de la sección final en el Festival Cervantino, se ofreció el viernes 20 de octubre en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas, en la capital guanajuatense. En esta ocasión se estrenó mundialmente una obra controvertida, un collage de Sergio Cárdenas (así le denomina textualmente) titulado Beethoven visita México, que contiene la curiosa combinación de cantos populares y vernáculos con temas propios del repertorio beethoveniano.

Así, fuimos testigos de la fusión de fragmentos de la sonata “Patética” para piano, las sinfonías Sexta, Séptima y Novena, con temas como La vida no vale nada, Caminante del Mayab o La llorona, valiéndose Cárdenas de la instrumentación propia de la “Oda a la alegría”, del cuarto movimiento de la Novena sinfonía.


En el Teatro Manuel Doblado se presentó la OSX durante en Festival Intenacional Cervantino 2006.
La emotividad fue parte elemental en esta audición. ¿Quién no se conmueve con el anhelo de hermandad que propone la sinfonía Coral? Una enorme masa vocal conformada por los coros de la UV y de la Escuela Nacional de Música de la UNAM, así como la orquesta reforzada por una gigantesca sección de percusiones, recreó no sólo esto; también cantos autóctonos, melodías procedentes de las más diversas formas de la música mexicana y hasta un rap cantado y bailado por el actor Claudio Valdés Kuri.

Cárdenas es un experimentado director, ni duda cabe, y su eficiencia como compositor ha quedado sólidamente establecida en Xalapa, gracias a las interpretaciones de partituras suyas como Zan Tontemiquico y Dime si me quiere un poco; la primera sobre textos precolombinos y la segunda inspirada en una frase de la canción Estrellita de Manuel M. Ponce.

Con semejantes antecedentes, además del casi centenar de obras que contiene en su repertorio creativo, es seguro que estaba consciente del revuelo que habría de generar el estreno mundial de su Beethoven visita México.

Pero, fuera de las apreciaciones eclécticas en torno del collage de Cárdenas, la Sinfónica de Xalapa ha dejado muy en claro que su valor artístico va más allá del simple cumplimiento formal y que es capaz de resolver compromisos de toda naturaleza. No es sencillo emprender el abordaje de obras como la que nos ha ocupado hoy, y menos ante un auditorio conformado por personas que asisten al festival de Guanajuato en plan de juerga, que con mucha frecuencia se pone “bronco” y difícil ante lo que no resulta de su agrado.

Por otra parte, esta audición marcó el retorno del joven violinista xalapeño Francisco Ladrón de Guevara, quien actuó como solista al lado del tenor Alfredo
Portilla y la pianista Guadalupe Parrondo.

Esto es, gente de grandes alcances en el ámbito del concertismo que no rehuyó “entrarle” a un experimento que queda para el análisis, o para lo que usted considere congruente opinar en torno de la conveniencia de meter en el mismo papel pautado a Beethoven, a José Alfredo Jiménez y a Guty Cárdenas.