Año 6 • No. 244 • Octubre 30 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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  La Biblioteca
del Universitario

Celina Márquez*

Al terminar el semestre del ciclo escolar pasado (febrero-agosto de este año), después de que varios alumnos expusieron sobre el tema de la lectura, una estudiante dijo que ella solamente quería mencionar que se daba cuenta que los jóvenes estaban muy solos y que con los libros –y la lectura ya no lo estaban tanto, tenían una compañía, es decir, el vacío existente y la soledad era desterrada.

En ese momento pensé que no podía haber un mejor cierre para finalizar el curso de mi materia de lectura y redacción, algunos de estos jóvenes universitarios, envueltos en soledades, crisis, depresiones, angustias múltiples, habían vislumbrado al libro como al gran compañero de la vida misma.

En efecto, el libro es esa caja de Pandora en la que aparecen universos distintos, mundos imaginarios, personajes que solamente en sueños podríamos vislumbrar. El libro, por tanto, siempre será ese compañero fiel, el amigo al que siempre recurrimos cuando nuestros propios infiernos internos parecen asfixiarnos. Es esa pareja silenciosa, callada, que siempre tiene mucho que enseñarnos y decirnos entregándose totalmente.

En un mundo en donde el libro parece estar cada vez bajo una amenaza constante y permanente, toda promoción y defensa de éste y la lectura nunca estarán de más. Por ello hay que destacar la magnífica colección de libros titulada “Biblioteca del Universitario”, la cual es editada por la Universidad Veracruzana (UV). Dicha serie es dirigida por nuestro querido premio Cervantes 2005 Sergio Pitol, y por los coeditores-fundadores del proyecto: Jorge Medina Viedas, destacado periodista en temas universitarios y el escritor Agustín del Moral Tejeda. El hermoso diseño de las portadas de los distintos libros, fue realizado por integrantes del Taller de Grabado de la Facultad de Artes Plásticas de la UV.

No me cabe la menor duda de que este esfuerzo responde plenamente a los intereses académicos, culturales y humanísticos del rector Raúl Arias Lovillo. Con él he sostenido en distintas ocasiones muchísimas pláticas sobre libros diversos, es un lector atento e interesado pero me parece, de manera fundamental, que Raúl es un hombre que goza de la lectura y especialmente de la literatura. Hemos comentado algunas obras y en estas pláticas se denota su gran amor y pasión por el conocimiento, así como un gran placer por la lectura en sí misma. En una ocasión Raúl me dijo: “cuando quieras recordar Sevilla compra La piel del tambor de Arturo Pérez Reverte, las descripciones que hace este autor de la ciudad son excepcionales”, en efecto, con un lenguaje sencillo, ameno y con una historia que inmediatamente atrapa, Pérez Reverte a partir de allí se convirtió en un autor al que siempre regreso cuando siento la necesidad de una lectura fresca, sin complicaciones, simple y sencilla, pero a la vez coherente y muy bien estructurada.

Y la lectura es esto justamente, la identificación con algunos autores, el descubrimiento de otros, la constante búsqueda y finalmente el encuentro placentero con el texto.

Por ello, me parece lo más lógico que ahora como rector, Raúl Arias se dé a la tarea y no tan sólo se preocupe sino que se ocupe de una labor ardua y difícil como el la promoción de la lectura y la difusión de las obras literarias (y de otros géneros), de una de las editoriales con mayor prestigio en nuestro estado: la editorial de la Universidad Veracruzana.

 Así se ha iniciado una gran cruzada para enriquecer y cultivar a estudiantes, profesores y trabajadores de nuestra máxima Casa de Estudios en todo el estado, a través de lo más representativo de la literatura de todos los tiempos, en una colección de gran envergadura titulada Biblioteca del Universitario, la cual constará de 52 títulos, siendo los primeros cinco números presentados: Visión de Anáhuac y otros textos de Alfonso Reyes; El extraño caso del Dr. Jekyll y el Sr. Hyde, de Robert Louis Stevenson; Papá Goriot de Honoré de Balzac; Hamlet y Macbeth, de William Shakespeare; y Cuatro novelas ejemplares, de Miguel de Cervantes.

En el prólogo al primer título, el director del proyecto, Sergio Pitol señala: “El libro afirma la libertad, muestra opciones y caminos distintos, establece la individualidad, al mismo tiempo fortalece a la sociedad, y exalta la imaginación. Leer es uno de los mayores placeres, uno de los grandes dones que nos ha permitido el mundo, no sólo como una distracción, sino también como una permanente construcción y rectificación de nosotros mismos. Reitero la invitación casi la exhortación, de mantenerse en los libros, gozar del placer del texto, acumular enseñanzas, trazar una red combinatoria que dé unidad a sus emociones y conocimientos. En fin, el libro es un camino de salvación. Una sociedad que no lee es una sociedad sorda, ciega y muda”. (p. 10-11).

Así , esta magnífica colección de libros reafirma el compromiso del Rector de consolidar una comunidad académica culta, crítica, sensible ante las diversas problemáticas actuales que sufrimos en el mundo.

En estos momentos recuerdo que en una ocasión en mis clases realicé la lectura de un hermoso cuento de Rosa Montero titulado Amor ciego el cual forma parte del libro Amantes y enemigos. El texto mantiene una anécdota sencilla pero, a la vez, la autora profundiza en una temática erótica probablemente rara vez leída por alumnos de carreras como Negocios Internacionales, Publicidad y Relaciones Públicas y Relaciones Industriales.

En esa ocasión cada alumno leía un pequeño fragmento y, como era de esperarse, yo veía una que otra sonrisa o francas risas en la lectura de algunas partes del cuento en donde se aludía a cuestiones eróticas, o se describían ciertos besos y caricias sensuales.

Cuando terminaron la lectura y comentamos el texto, noté en el rostro de mis alumnos una especie de revelación, de incredulidad por descubrir que eso también era literatura y no los libros que habitualmente (y por obligación según ellos mismos señalaban), los hacían leer en la secundaria o preparatoria.

Mi mayor regalo en esa ocasión fue que varios estudiantes pidieron que les regalara la fotocopia, otros se interesaron por comprar el libro. Así creo que vale la pena soñar, creer en otra realidad, partir de la base de que existe un interés, que siempre habrá alguien sensible cuyo corazón debemos tocar, esa es nuestra función principal. Hacer ver que los libros y la lectura nos transforman, nos hacen mejores seres humanos, Felipe Garrido, extraordinario promotor y formador de lectores en su libro El buen lector se hace, no nace. Reflexiones sobre lectura y formación de lectores señala: “Hay libros y personas cuya compañía termina por sernos imprescindible. Queremos tenerlos siempre al alcance de la mano. Llevarlos del brazo o en el bolsillo. No apartarnos de ellos jamás.

Se descubre finalmente que, más que el número, una vez que se ha aprendido a conocer los libros y las personas, lo que cuenta es la profundidad del trato, la profundidad de la lectura” (pp. 30-31). No agrego más, me voy a leer… Comentarios: celinamarquez68@yahoo.com.mx

*Celina Márquez es catedrática de la Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales de la Universidad Veracruzana.