Año 6 • No. 246 • noviembre 13 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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Afirma investigadora del IPN
Políticas educativas en México:
neoliberales y neoconservadoras

David Sandoval
El proceso de globalización es un factor crucial en las reformas educativas que se aplican en el país, no obstante ser sugeridas por organismos internacionales
La globalización, la modernidad y el capitalismo son un conjunto dado por sentado en las políticas internacionales que determinan los planteamientos de la educación en el ámbito mundial, manifestó Rosa Nidia Buenfil Burgos, investigadora del Instituto Politécnico Nacional (IPN) en su conferencia “Reforma educativa desde el análisis político del discurso”, organizada por el Instituto de Investigaciones en Educación (IIE) de la Universidad Veracruzana (UV).

La investigadora del IPN dijo que los organismos desde donde se emiten las recomendaciones internacionales son la UNESCO, el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), mismos que definen las políticas educativas globales que posteriormente se resignifican a nivel nacional.

Expresó que el proceso de globalización es un significante nodal del futuro de la educación, principalmente en su incorporación con la política de modernización educativa implementada en México: “logra aglutinar muchos de los sentidos de la educación, entreteje y articula de manera peculiar el neoliberalismo y el neoconservadurismo. Ésa es la versión mexicana de la globalización”.

Según la investigadora, cada país adapta las recomendaciones sobre políticas educativas de diferente forma; son modificadas, alteradas, transformadas e incluso omitidas, dependiendo del momento histórico que se viva en el país, y agregó que en México tal planteamiento se realiza por medio de la modernización educativa.
“Modernización educativa es el nombre de una política de reforma educativa mexicana vigente desde 1988, aunque como tendencia, la modernización ha sido impulsada desde mucho antes”, apuntó.

Una característica –destacó– es que el gobierno mexicano asumió el liberalismo social como un eufemismo para evitar el satanizado neoliberalismo como el eje filosófico de esta reforma, subordinando una vez más la educación a perspectivas económicas.

Sin embargo, “hay condiciones locales que no se prevén en el programa de la modernización educativa. Este margen de ambigüedad en las políticas educativas nacionales permite una opción de intervención para los investigadores y académicos involucrados en la modificación de las políticas públicas de la educación”, afirmó. Concluyó que es en este punto donde se puede participar con propuestas que incorporen diversos enfoques y no sean dependientes del discurso educativo propuesto por los organismos internacionales presentes en el contexto de la globalización. Pero sobre todo, “responder con políticas originales que planteen perspectivas alternativas a los intereses de países desarrollados”.