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Instalación
en el MAX que propone mantener viva la cultura prehispánica
La comedora de inmundicias,
diálogo entre dos continentes
David Sandoval |
Los
artistas contemporáneos deben establecer un diálogo
serio y responsable con las tradiciones de un país, señala
Pablo Alonso Herraiz, quien presenta esta instalación en Xalapa |
Con
la instalación titulada La comedora de inmundicias,
diseñada especialmente desde España para el Museo de
Antropología de Xalapa (MAX), el artista plástico Pablo
Alonso Herraiz plantea la posibilidad de un encuentro entre dos continentes
como “una oportunidad única para establecer un diálogo
entre el viejo mundo y el nuevo mundo”.
Ante la pregunta sobre la elección del título para su
obra, expresó: “Me refiero al sobrenombre que se le dio
a la diosa azteca Tlazoltéotl, quien se identificaba con este
nombre porque antes de morir una persona, un sacerdote invocaba la
presencia de la diosa para que literalmente comiera todos sus pecados,
los males y expulsara lo bueno”. |
La instalación
de Pablo Alonso Herraiz busca establecer un diálogo entre
la cultura europea y precolombina.
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El
artista plantea también otras facetas de Tlazoltéotl
relacionadas con la sexualidad y la procreación, comparándola
con la diosa de la cultura griega Afrodita, “una diosa vinculada
con el amor, que incitaba a los humanos a la libido, al sexo”,
y agrega: “Hay una serie de aspectos en la condición
humana que son universales y han estado presentes desde que el hombre
tiene capacidad simbólica, entre ellos estarían la sexualidad,
la procreación y la muerte”.
La intención de trabajar este tema se debe en gran medida al
deseo de mantener viva una cultura, la tradición de un pueblo:
“la memoria de un país –en este caso México–
permanece viva si los artistas contemporáneos la rescatamos
y elaboramos un diálogo con ella, un diálogo serio y
responsable”. |
Señaló
que esta instalación tienen un sentido de totalidad en relación
con el diálogo que puede establecer con las obras del MAX en
particular y con el arte precolombino en general, ya que para Alonso
Herraiz “es un alto honor para mí exponer en este museo,
que es uno de los más importantes del mundo en antropología;
me parecía que era una ocasión irrepetible para dialogar
con las piezas del museo y con la cultura precolombina, con el arte
olmeca y mantener viva esa memoria”. |
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La
instalación que se expone en el mezanine del MAX está
compuesta de 50 obras, realizadas en pliegos de papel de 50 x 70 cm.,
la técnica utilizada es plumón (marcador de colores),
y se establece una serie a modo de espiral. “Digamos que tiene
una lectura continuada de principio a fin y de fin a principio, planteando
una de las figuras que aparece en el arte azteca”.
Alonso Herraiz es originario de Sevilla, España, con licenciatura
en Bellas Artes por la Universidad de Granada. Sus obras se han expuesto
en Nueva York, Lisboa, París y Madrid; sus diversos intereses
abarcan la ciencia, filosofía, medicina, literatura y antropología,
como él mismo deja entrever en la conversación. |
La
exposición está abierta al público en el MAX
durante noviembre y diciembre. La entrada es libre. |
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