Año 6 • No. 251 • enero 2 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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Por sus 40 años de trayectoria
Merecido homenaje de la
UV a Francisco Beverido
Gina Sotelo

En cuestión de presupuestos, se seguirá dando pelea para combatir la miopía de la clase política nacional, aseguró Arias Lovillo

El progreso del país no sólo debe ser considerado con respecto al crecimiento económico: debe estar ligado al desarrollo social en un sentido más amplio, por eso la importancia de seguir apoyando la cultura y todos los valores humanísticos que se derivan de ella.

Así lo consideró Francisco Beverido Duhalt durante la presentación de la obra
El canto de la rana, de José Sanchis Sinisterra, el pasado 9 de diciembre, y que sirvió como marco ideal para que la Universidad Veracruzana (UV), de manos de su rector, Raúl Arias Lovillo, le entregara un reconocimiento por sus 40 años de trayectoria artística.

Visiblemente emocionado y con la actitud modesta de los grandes artistas, Beverido habló del privilegio que ha sido en su vida el seguir su vocación desde el principio, y expresó que en estos tiempos de recortes presupuestales, con ingenio e imaginación ha aprendido a sortear la escasez de recursos sin sacrificar la calidad de sus propuestas.

Arias Lovillo, al momento de entregarle senda distinción por cuatro décadas de trabajo en beneficio del teatro universitario, refrendó el compromiso de la Veracruzana por apoyar el teatro en particular y a la difusión cultural en general.

En cuanto a la importante labor que en materia de difusión artística y cultural realiza la UV, Arias Lovillo aseguró que continuarán haciéndose esfuerzos para sacar adelante esta importante actividad, y adelantó que, respecto al tema del presupuesto para las instituciones de educación superior públicas, “se seguirá dando pelea para combatir la miopía de la clase política nacional”.

Añadió que actualmente muy pocas universidades a nivel nacional tienen como prioridad la tarea de difundir la cultura y el arte, y señaló que la institución a su cargo seguirá haciendo esfuerzos para sacar adelante esta tarea sustantiva:
“Como economista creo en un crecimiento y desarrollo económicos, pero incluyentes. No más desigualdad, no más miseria y marginación. Desde las universidades públicas se deberán sentar las condiciones para impulsar una nueva cultura política reeducando a la propia clase política. México requiere un mejor futuro, pero surgido desde las universidades. Esto quizá no sea un sueño y podamos construir otro país, otro México”.

Arias Lovillo habló también de Francisco Beverido como un icono del teatro, un hombre que desde muy temprano definió su vocación y que ha respondido a los dictados que ésta le impuso: “No sólo excelente actor, gente de teatro, maestro e investigador, sino que ha contribuido con el crecimiento del teatro universitario”.

¡Viva Juan Rana!
Antes del homenaje, Beverido Duhalt representó El canto de la rana, papel en el que encarna a Cosme Pérez, quien fue uno de los actores más populares en la España del siglo de oro. Su especialidad eran los entremeses, especializándose –valga la redundancia– en el personaje Juan Rana.

La identificación entre el personaje y el actor fue tal que en algunos textos el manuscrito se refiere al personaje, y como tal aparece en el reparto o lista de personajes, pero en el cuerpo de la obra los parlamentos van encabezados por “Cosme” en lugar de “Juan”.

José Sanchis Sinisterra es uno de los más importantes y destacados autores españoles contemporáneos. En Xalapa recientemente se presentó El cerco de Leningrado y en años anteriores se han presenciado las obras Revertimento y Naufragios.

El homenaje, a quien tiene por rito el rigor, fue por 40 años en los que se ha dedicado a la actuación, la dirección, la enseñanza, la investigación y la difusión teatral. Beverido es desde el 2000 miembro del Sistema Nacional de Creadores, ha hecho teatro en las calles y en “la alacena”; ha participado en más de 30 puestas en escena, entre las que destacan Hamlet, de Shakespeare; Caballo, de Tolstoy; El Periquillo Sarniento, de Fernández de Lizardi, y Mariana Pineda, de Federico García Lorca, donde hizo su debut profesional.

Ha interpretado infinidad de papeles. Recientemente Final de partida, de Beckett, le significó todo un reto actoral. Fue parte de la fundación de La Caja en 1979 y escribió el Taller de actuación, libro de texto que se lleva en numerosas escuelas.