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Entonces,
¿quién es mi cliente?
José Othón Flores Consejo |
La
semana pasada preguntábamos: ¿Quién es el cliente
de las universidades? Para responder a esta pregunta apoyémonos
del Acuerdo Internacional de Taller IWA-2.
Pero déjenme comentar primero qué es IWA-2. Como nos
hemos de imaginar, ese consenso entre tantos países y con tantas
lenguas que resulta necesario para la creación de una norma
se lleva su “tiempecito” ¿no?
Imagine a un ruso, a un japonés, a un francés y a un
mexicano (no, no es el principio de un chiste) tratando de ponerse
de acuerdo en inglés, claro, no es fácil pero además
cada uno de ellos, antes de tomar un acuerdo lo deberá de llevar
a los expertos de su país y regresar con sus sugerencias que
si no coinciden con las expectativas de los otros, pues, a empezar
de nuevo.
Por ello, ISO creó un camino más rápido para
la creación de consenso en torno a nuevas normas o aplicaciones
que se pretendan emitir, definiendo, a partir de una discusión
de expertos, llamada Acuerdo Internacional de Taller, y emitiendo
los resultados en forma de una norma aplicable desde su publicación
y en espera de que ya aplicada se llegue a su emisión como
norma en un plazo razonable.
Así, en octubre de 2002, la Secretaría de Educación
Pública de México, propone a ISO desarrollar una guía
para facilitar la aplicación de ISO 9001: 2000 en Educación,
con el objetivo de establecer recomendaciones para auxiliar a las
organizaciones educativas de cualquier tipo y nivel, en la implementación
de un Sistema de Gestión de la Calidad.
Para acordar lo pertinente se reunió el Comité Técnico
176 de ISO con expertos de más de 15 países en Acapulco,
Guerrero; obteniéndose como resultado el documento denominado
“Quality Management Systems-Guidelines for the aplication of
ISO 9001:2000 in education”.
La guía se publicó en México, el 27 de julio
de 2004, como la norma “NMX-CC-023-IMNC 2004, Sistemas de gestión
de la calidad-Directrices para la aplicación de la norma NMX-CC-9001-IMNC-2000
en educación”.
La importancia de la guía radica en que: Ayuda al entendimiento
de las cláusulas de ISO 9001:2000; Propicia un mayor involucramiento
del personal; Facilita abordar los procesos directamente vinculados
con la enseñanza-aprendizaje.
Y precisamente, en su punto 3.1 define al cliente como: “Organización
o individuo que recibe un producto” y aclara: “Ejemplo
para las cláusulas de IWA 2: Un cliente puede ser: Un consumidor
(usualmente el educando); Un comprador (generalmente una persona u
organismo que financia al educando); Un usuario final (generalmente
la persona u organización que se beneficia del aprendizaje
alcanzado)”.
Esto podría aplicarse a nuestra universidad considerando que
para ciertos procesos nuestros clientes serán los alumnos universitarios
que recibirán de sus maestros los conocimientos impartidos,
sin embargo debemos considerar también a sus padres o a quienes
los sostienen en la Universidad como clientes que habrán de
recibir los beneficios de contar con la superación intelectual
y cultural que para una familia representa el aprendizaje.
Pero también, y esto debe considerarse esencial, nuestros egresados
cumplen una función a la sociedad que hace que ésta
sea considerada también como beneficiaria directa de los conocimientos
técnicos, habilidades científicas y de integración
social y cultural que la universidad desarrolla en sus educandos.
La habilidad de quienes diseñan los planes de estudio, las
investigaciones y la difusión y extensión de la cultura
en las instituciones de educación superior, está en
responder a las necesidades de esos grupos de clientes y traducirlos
en los procesos y procedimientos cotidianos de formación de
agentes del desarrollo social.
Sobre este interesante tema seguiremos conversando más adelante
sólo que me gustaría contar con sus opiniones y reflexiones
al respecto así que… espero sus comentarios y aportaciones
para esta página al correo electrónico: calidad_u_veracruzana@yahoo.com.mx. |
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