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20 años sin Rulfo, aún ignoramos
sus fuentes de inspiración
Alma Espinosa
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Es
difícil saber si realmente alguna vez contestó con la
verdad, pero ¿cuál era la verdad para Rulfo? |
A
20 años de la muerte de Juan Rulfo, el creador de la magnífica
obra narrativa Pedro Páramo, los mexicanos seguimos recordando
su presencia por diferentes medios. Para no quedarse atrás
y, sobre todo, hacer un merecido homenaje al jalisciense, la Facultad
de Letras Españolas de la Universidad Veracruzana organizó
el ciclo “20 años sin Rulfo”, en el que participaron
estudiantes y académicos. |
El
académico Alberto Espejo habló sobre “El poder
en la narrativa
de Rulfo”.
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El
célebre autor de la novela que en cientos de ocasiones ha sido
calificada por extranjeros y connacionales como representativa del
ambiente de México, dejó a nuestro país en una
situación de incertidumbre respecto de sus obras y la fuente
de inspiración o información para crearlas.
A Rulfo siempre lo acosaron las preguntas de colegas y reporteros.
Para todos siempre tuvo una respuesta: a veces contradictoria a veces
incoherente con sus acciones visibles. Es difícil saber si
realmente alguna vez contestó con la verdad, pero ¿cuál
era la verdad para Rulfo? Y reflexionando: ¿A quién
le importa que haya dicho la verdad un escritor extraordinario que
lo mismo pudo hacer hablar a los vivos que a los muertos, que pudo
hacer que los murmullos y los ecos se escucharan tan fuertes como
la voz de los vivos? |
Estas
y otras reflexiones estuvieron presentes en el ciclo “20 años
sin Rulfo”, realizado en el auditorio de la Unidad de Humanidades,
que contó con un público interesado en la temática
y, desde luego, lector inevitable de la obra del recordado. Entre
los participantes se encontró el académico Alberto Espejo,
quien habló sobre “El poder en la narrativa de Rulfo”.
El académico con varias décadas de experiencia y de
enseñanza en la facultad, comentó que de forma explícita
o implícita toda la narrativa de Juan Rulfo habla del poder,
ya sea en la realidad objetiva o subjetiva, en la que el hombre impone
procesos para obtener más poder.
“Si decimos Dios no justifica la violencia, entonces nos preguntamos:
la justifica el amor imposible de Pedro Páramo hacia Susana
San Juan, lo justifica la orfandad de Juan Preciado, el fanatismo
religioso del padre Rentería, todos ellos personajes de la
novela Pedro Páramo. Si Dios con su poder absoluto no lo justifica,
sólo es el absolutismo del hombre lo que hace aparentemente
justo el proceso por el que cree que la acción sobre el poder
eternizará su posesión”, expresó.
Comentó que el páramo es como la metáfora de
la violencia que siempre transforma la energía de la materia
en el ser humano y sus cualidades de existencia en la naturaleza,
la cultura y el arte. Agregó que el discurso del lenguaje como
condición necesaria para que sea literatura aparece en Pedro
Páramo como fragmentos, murmullos, ecos, ruidos, entre otras
formas de la confrontación.
Si bien podríamos poner el lenguaje, producto de la actividad
humana, para lograr un poder, dijo, también sabemos que el
lenguaje se aleja del hombre para obtener su autonomía para
instalarse como objeto sobre el cual el sujeto no podrá actuar.
De ahí que la historia de la palabra sea la historia de lenguas
vivas y muertas. |
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