Año 6 • No. 252 • enero 8 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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  La idea de masculinidad
es producto sociocultural

Juan Carlos Plata
El cuerpo, tanto el masculino como el femenino, ha sido reducido a objeto de comercio en la época moderna

Tampoco el concepto de feminidad es natural, sino sociocultural

Marisol Cancio Lucio, Oliscar Hernández, María Bethi Rodríguez, Alma Degante y José Martínez, durante su participación en el XV Foro Anual de Antropología.
De la misma manera en la que hay un prototipo de belleza femenina, el concepto de masculinidad que todos conocemos –en el que el individuo se encuentra separado de su parte emotiva–, es un producto de la dinámica social, aseguró la egresada de la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana (UV), durante su participación en el XV Foro Anual de Antropología.

“En el contexto social lo masculino se ha superpuesto a lo femenino. Los seres humanos hemos aprendido en la cultura a hacer una clasificación de todo lo que nos rodea –incluso lo que no es palpable-, en femenino y masculino”, dijo Cancio Lucio.

La egresada, cuya tesis lleva por título: Masculinidad y danza escénica”, sostuvo que la distinción que se hace a partir del cuerpo nos estereotipa y nos obliga a vivir de una manera que no siempre hemos elegido.
“Por tanto los hombres tienen que comportarse de una manera predeterminada por la convención social, y bajo la cual, por ejemplo: no les está permitido llorar o expresar sus sentimientos y deben basarse siempre en la razón”, aseguró.

A pesar de que el cuerpo no es una prisión, expresó la ponente, la sociedad lo ha codificado tanto que se ha vuelto algo rígido: de alguna manera regula nuestra conducta.

La sociedad, determinada históricamente por los hombres, ha puesto a la razón por encima de la naturaleza y la emoción, y le otorgó al hombre la custodia de la ciencia y la razón y a la mujer la de la naturaleza y la emoción.

Este tipo de comportamientos predeterminados influyen incluso en grupos sociales como los homosexuales, quienes a pesar de que han asumido una posición dentro de la sociedad que “no era la que les correspondía”, tienen maneras determinadas de comportarse.
Cancio Lucio, quien para realizar su trabajo de tesis entrevistó a bailarines profesionales y estudiantes de Danza, dijo que la propia actividad de la danza, según el canon social, es reservada para las mujeres, y por la tanto, un bailarín se sale de la norma del comportamiento masculino.

“El cuerpo, tanto el masculino como el femenino, ha sido reducido a objeto de comercio en la época moderna, y en ese sentido es que se busca siempre que hombres y mujeres se adecuen a la norma social, tanto de actividad profesional como de comportamiento social”, aseguró la ponente.