Año 6 • No. 252 • enero 8 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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  Actúa la progesterona
como antidepresivo natural

Dunia Salas Rivera
A partir de estudios que prueban que la progesterona reduce la ansiedad, un grupo de investigadores encabezado por Carlos Contreras, del Instituto de Neuroetología de la Universidad Veracruzana (UV) demostraron que además de sus particularidades ansiolíticas esta hormona tiene propiedades antidepresivas.

“Esto explica el estado de bienestar de la mujer después de la ovulación”, explicó Contreras Pérez, quien manifestó su interés porque algún día se pueda combinar la progesterona con algunos antidepresivos para mejorar su acción y reducir los efectos colaterales de ambos.

Carlos Contreras, investigador de Neuroetología UV, explicó que en los estados depresivos se descontrola el sistema hedonista de la conducta.
Durante la conferencia “Trastornos afectivos. De lo subjetivo a lo objetivo”, que ofreció a estudiantes de la Facultad de Química Farmacéutica Biológica de la UV, el investigador explicó que en los estados depresivos, por lo menos a nivel experimental, las estructuras que controlan el sistema hedonista de la conducta son las que están alteradas: “Por eso la acción de los tratamientos antidepresivos es aumentar la actividad de estas estructuras”.

La progesterona, explicó, es una hormona que libera el cuerpo lúteo del ovario, donde hay una serie de células desde el nacimiento de la hembra que contienen unas estructuras que se llaman folículos: “Cuando llega la madurez reproductiva el folículo se abre y se libera el óvulo, una vez que sucede esto el folículo evoluciona hacia una estructura glandular que se conoce como cuerpo lúteo y éste elabora la progesterona”.

Carlos Contreras agregó que en especies animales distintas a la humana, la hembra sólo es receptiva sexualmente cuando ovula: “Esto ocurre a nivel de la gónada, por lo que el cerebro se prepara para la fecundación. Cuando esto ocurre en la mujer el cerebro se prepara para mantenerla en las mejores condiciones posibles durante toda su gestación”.

De esta investigación, comentó, descubrieron que el síndrome premenstrual se puede manejar con dosis progresivamente más bajas de progesterona, lo que evita una caída brusca en los niveles plasmáticos y hace que la mujer se sienta mejor.

Cuando esta línea de investigación se inició, hace 20 años, el recurso que tenían a la mano era el registro de neuronas aisladas. Después lo fueron enriqueciendo con otra metodología de tipo conductual, con técnicas para medir la depresión y la ansiedad a nivel experimental.

Durante décadas y probablemente milenios se ha discutido un dualismo entre mente y cerebro, refirió Contreras: “La mente es bastante difícil de definir y entender, por ello, cuando se estuvo trabajando en enfermedades psiquiátricas bajo el concepto de mente, se cometieron muchos errores, porque la mayor parte de las observaciones no son reproducibles”.

El especialista en psiquiatría biológica comentó que un grupo de investigadores empezaron a trabajar sobre las bases cerebrales de las enfermedades psiquiátricas buscando siempre un sustento orgánico a las enfermedades.

“Esto causó mucha polémica al principio pero la evidencia ha sido abrumadora. Por ejemplo, a un deprimido se le pueden hacer pruebas de gabinete, radiografías, electroencefalogramas, ultrasonidos y no se ve nada diferente a lo que se aprecia con un sujeto que no está deprimido. Por eso donde nosotros hemos estado buscando las causas de la depresión es a nivel de la neurona, en la célula del sistema nervioso y en aquellas partes del cerebro que están relacionadas con la sintomatología”, añadió.

Como ejemplo, manifestó que hay estructuras del cerebro que responden al hedonismo: “Uno se pregunta por qué algunas cosas nos producen placer y otras no. Evidentemente hay una cuestión de aprendizaje, pero también hay otra que tiene que ver con los estímulos.
Al ver que en los deprimidos esto deja de ocurrir, es decir, dejan de responder a las estimulaciones que le producirían placer, empezamos a buscar la respuesta en esas estructuras cerebrales”, explicó.