“Fue
muy satisfactorio que mi trabajo fuera seleccionado entre 46 ensayos
provenientes de todo México y, curiosamente, mi escrito fue
la única voz femenina y de provincia en un contexto de escritores
del Distrito Federal”, dijo la autora, de quien publicarán
el texto premiado dentro del volumen Abonando la utopía.
En Hacer de la lectura un hábito, Evelia Botana asegura que
para lograr que una acción se haga costumbre, es necesario
saber por experiencia o intuición que de aquella repetición
sacaremos algún provecho, mediato o inmediato.
“Para mí, la idea de fomentar la lectura no implica
dirigirla ni llevar al novel lector de la mano per saecula saeculorum
sino estimular su apetito para que siga adelante solo y lea lo que
quiera y necesite, sean novelas, recetas de cocina, instrucciones
para sembrar un huerto, poesía, libros de autoayuda y superación
personal etcétera”, enfatizó.
La actividad del “fomentador” –explicó–
es como la de una partera, ayuda al nacimiento del deseo motivador
de la lectura y, después, deja que el “niño
lector” crezca según su naturaleza e inclinaciones.
La autora dice que no hay que tener superpoderes para fomentar la
lectura de manera efectiva: “Ésta es como el amor,
esa fuerza de la naturaleza en torno a la cual se pueden realizar
las más variadas acciones, no tenemos control sobre él,
es un arrebato, una inclinación del alma, un lugar sagrado
adonde todos queremos ir voluntariamente, sin testigos, sin pensarlo
poco ni mucho”.
Mencionó que leer es una habilidad que puede adquirirse y
perfeccionarse porque es aprendida. Para promoverla hay que tener
una idea general de los intereses de las personas en diversas condiciones
y etapas de la vida, tener en cuenta al otro, pensar a quién
nos dirigimos.
“La lectura es una generosa máquina de imaginar. Basta
el pequeño estímulo de una palabra para hacer brotar
un manantial de asociaciones que crece hasta formar una avalancha
incontenible de sensaciones, recuerdos, anhelos, sueños,
condenas y salvaciones”, afirmó.
Leer nos permite jugar con el tiempo y el espacio –continuó–
con un libro ante nuestros ojos, “estamos donde no estamos,
somos ubicuos y atemporales, somos quien somos y también
los otros, somos la realidad real y la posible, en un estado bastante
cercano a estar completos”.
La académica dijo que la escuela podría ser un lugar
privilegiado para fomentar la lectura pero, por lo general, dentro
de la institución se favorecen los textos propios de las
asignaturas escolares, dándoles el sentido de meros instructivos,
donde los textos son simples vehículos de informaciones cuya
principal bondad es que enseñan cosas útiles, virtud
nada despreciable que, sin embargo, no conduce a la adquisición
del hábito de la lectura.
“Una de las más efectivas actividades en pro de la
lectura es leer en voz alta. Oyendo leer a otros es como se quiere
aprender a leer y leyendo es como aprendemos a escribir”,
recomendó Evelia Botana.
Señala también que entre las conveniencias de leer
están el ampliar el vocabulario, visualizar y fijar formas
sintácticas y ortográficas, adquirir múltiples
y variados conocimientos, mejorar la atención y la concentración,
comprender sucesos históricos pasados y presentes y pasar
momentos de diversión, evasión, entretención,
emoción, reflexión y contemplación, todo ello
de manera relativamente económica, indolora y hasta placentera.
Para la maestra, los indicados para ayudar a niños y jóvenes
a facilitarles la adquisición del hábito de la lectura
son: la familia, la escuela y otras instituciones de bienestar social
y promoción cultural: “A la escuela le correspondería
ser un lugar motivador, que mueva a la gente para hacer cosas que
mejoren su vida individual y colectiva”.
La escuela puede promover espacios de alegría y placer, de
descubrimiento y creatividad, a través del cultivo de la
lectura y las demás artes, agregó, claro que para
eso los maestros necesitan sueldos decentes, que les permitan dedicarse
de lleno a su profesión.
Desde hace más de 25 años, Evelia Botana ha desarrollado
en Xalapa sus actividades de escritora, coordinadora de talleres
literarios y correctora de textos paralelamente con la docencia.
Ha impartido clases de español y literatura. Actualmente
es maestra en la EEE de la UV.
Conocida como conferencista y presentadora en eventos relacionados
con libros y lectura, ha publicado diversos artículos en
revistas y periódicos locales.
Entre sus publicaciones más importantes están: Muñecas
de trapo; Nosotras recibimos la vida: las parteras de la Sierra
de Perote; Café en Veracruz, aroma y sabor y, en esta ocasión,
el ensayo “Hacer de la lectura un hábito”.
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