Año 6 • No. 257 • Febrero 26 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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La UV, sus libros y sus autores
Veracruz, una hermandad con el DF
que siempre es bienvenida

Germán Martínez Aceves

No hay mejor lugar para su majestad el libro que un palacio, en este caso, el Palacio de Minería que ha abierto de nuevo sus puertas para que las editoriales más diversas, escritores, pensadores y artistas, se den cita a lo largo de 11 días para que le den vida a la versión 28 de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM).

El estado invitado en esta ocasión es Veracruz. Algo hay siempre entre los chilangos y los veracruzanos, existe una correa de transmisión de sentimientos positivos que se siente en la bienvenida. El público que llega a Minería busca con gusto el lugar especial que le corresponde a nuestra entidad buscando títulos y preguntando sobre los autores veracruzanos. La feria es una fiesta y a Veracruz no le cuesta nada adaptarse.

La Feria de Minería, como popularmente se le conoce, es la más antigua en su género. En 1924 se instaló por primera vez en el majestuoso edificio que data del siglo XVIII, ubicado en la céntrica calle de Tacuba. Sus objetivos en aquella ocasión, de acuerdo como los consigna un suplemento especial de La Jornada, fueron muy claros: promover un encuentro editorial ideado para promover la lectura, alentar el interés de los lectores extranjeros (sic), fomentar el arte de la imprenta y facilitar el comercio libre del libro.

Su nombre inicial fue Feria del Libro y las Artes Gráficas y fue impulsada por José Vasconcelos, entonces secretario de Educación Pública y que formaba parte de un proyecto de país que empezaba a diseñarse después del movimiento revolucionario.

En 1947, con el apoyo de Jaime Torres Bodet, se organizó como Feria del Libro Universitario en el contexto de la segunda Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y tuvo como fin ofrecer la producción editorial a buenos precios pero, sobre todo, distribuir la producción universitaria.

1980 fue el año en que las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) tomaron la decisión de reunir las ideas de las anteriores ferias para relanzar esta fiesta editorial que además sirvió de base para motivar las ferias de Guadalajara, Monterrey y, por supuesto, la Feria Internacional del Libro Universitario de la Universidad Veracruzana (UV).

La inauguración
Es ya una costumbre iniciar las actividades de la FILPM una tarde antes de que comiencen las actividades abiertas para todo público. Así, a las 18:00 horas, funcionarios, invitados y el equipo organizador, se dieron cita en el inmueble que albergara a la Facultad de Ingeniería de la UNAM.

La ceremonia de inauguración se realizó en el Salón de Actos, majestuoso recinto donde sesionaban los notables teniendo al frente el águila republicana, el símbolo de las épocas de Benito Juárez.

Y ahí estaban, encabezados por el rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente; Josefina Vázquez Mota, secretaria de Educación Pública; y Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del Distrito Federal. En el presidium también se encontraban el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán; Sergio Vela, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA); José Gonzalo Guerrero Zepeda, director de la Facultad de Ingeniería; y José Ángel Quintanilla D’Acosta, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial de México.

Entre los invitados se encontraban Raúl Arias Lovillo, rector de la UV; los escritores Sergio Pitol y Emilio Carballido; Esther Hernández Palacios, directora del Instituto Veracruzano de Cultura (IVEC); y Félix Báez-Jorge, director de la Editora del Gobierno.

De la Fuente hizo énfasis en la necesidad de discutir de nueva cuenta la iniciativa de Ley de Fomento para la Lectura y el Libro y se congratuló de tener a Veracruz como estado invitado de honor además de resaltar los 50 años de actividad editorial de la UV. También resaltó, entre los festejos de la actual edición de la FILPM, el homenaje a Gabriela Mistral, la poeta y educadora chilena quien realizara importantes aportaciones a la literatura y la educación.

Fidel Herrera Beltrán habló de la aspiración de “que la cultura tenga a la política como instrumento que sólo es viable en una sociedad organizada en función de intereses democráticos”.

Josefina Vázquez Mota, dijo que los libros deben difundir la libertad del pensamiento. En tanto que José Ángel Quintanilla hizo énfasis en que un país que no lee es una nación que se queda estancada en todos los aspectos y no tiene expectativas de mejorar: “hasta el día de hoy el mejor instrumento para el desarrollo es la educación y el mejor instrumento para la educación es el libro”.

Inauguradas las actividades, los funcionarios asistieron al salón especial donde se encuentran las ediciones de Veracruz. El diseño del lugar realmente luce sencillo y elegante con los libros de la Editora de Gobierno, del IVEC y la UV, además de fotografías de algunos de los escritores veracruzanos más importantes, imágenes del pasado olmeca y totonaca y una colección de antiguas publicaciones. Ahí el rector Juan Ramón de la Fuente tomaría los micrófonos y de manera improvisada haría sendas entrevistas a Sergio Pitol y Emilio Carballido, quienes resaltaron la importancia de la lectura.