No
hay mejor lugar para su majestad el libro que un palacio, en este
caso, el Palacio de Minería que ha abierto de nuevo sus puertas
para que las editoriales más diversas, escritores, pensadores
y artistas, se den cita a lo largo de 11 días para que le den
vida a la versión 28 de la Feria Internacional del Libro del
Palacio de Minería (FILPM).
El estado invitado en esta ocasión es Veracruz. Algo hay siempre
entre los chilangos y los veracruzanos, existe una correa de transmisión
de sentimientos positivos que se siente en la bienvenida. El público
que llega a Minería busca con gusto el lugar especial que le
corresponde a nuestra entidad buscando títulos y preguntando
sobre los autores veracruzanos. La feria es una fiesta y a Veracruz
no le cuesta nada adaptarse.
La Feria de Minería, como popularmente se le conoce, es la
más antigua en su género. En 1924 se instaló
por primera vez en el majestuoso edificio que data del siglo XVIII,
ubicado en la céntrica calle de Tacuba. Sus objetivos en aquella
ocasión, de acuerdo como los consigna un suplemento especial
de La Jornada, fueron muy claros: promover un encuentro editorial
ideado para promover la lectura, alentar el interés de los
lectores extranjeros (sic), fomentar el arte de la imprenta y facilitar
el comercio libre del libro.
Su nombre inicial fue Feria del Libro y las Artes Gráficas
y fue impulsada por José Vasconcelos, entonces secretario de
Educación Pública y que formaba parte de un proyecto
de país que empezaba a diseñarse después del
movimiento revolucionario.
En 1947, con el apoyo de Jaime Torres Bodet, se organizó como
Feria del Libro Universitario en el contexto de la segunda Conferencia
de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y tuvo como fin ofrecer la producción
editorial a buenos precios pero, sobre todo, distribuir la producción
universitaria.
1980 fue el año en que las autoridades de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) tomaron la decisión
de reunir las ideas de las anteriores ferias para relanzar esta fiesta
editorial que además sirvió de base para motivar las
ferias de Guadalajara, Monterrey y, por supuesto, la Feria Internacional
del Libro Universitario de la Universidad Veracruzana (UV).
La
inauguración
Es ya una costumbre iniciar las actividades de la FILPM una tarde
antes de que comiencen las actividades abiertas para todo público.
Así, a las 18:00 horas, funcionarios, invitados y el equipo
organizador, se dieron cita en el inmueble que albergara a la Facultad
de Ingeniería de la UNAM.
La ceremonia de inauguración se realizó en el Salón
de Actos, majestuoso recinto donde sesionaban los notables teniendo
al frente el águila republicana, el símbolo de las
épocas de Benito Juárez.
Y ahí estaban, encabezados por el rector de la UNAM, Juan
Ramón de la Fuente; Josefina Vázquez Mota, secretaria
de Educación Pública; y Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno
del Distrito Federal. En el presidium también se encontraban
el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán; Sergio
Vela, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
(CONACULTA); José Gonzalo Guerrero Zepeda, director de la
Facultad de Ingeniería; y José Ángel Quintanilla
D’Acosta, presidente de la Cámara Nacional de la Industria
Editorial de México.
Entre los invitados se encontraban Raúl Arias Lovillo, rector
de la UV; los escritores Sergio Pitol y Emilio Carballido; Esther
Hernández Palacios, directora del Instituto Veracruzano de
Cultura (IVEC); y Félix Báez-Jorge, director de la
Editora del Gobierno.
De la Fuente hizo énfasis en la necesidad de discutir de
nueva cuenta la iniciativa de Ley de Fomento para la Lectura y el
Libro y se congratuló de tener a Veracruz como estado invitado
de honor además de resaltar los 50 años de actividad
editorial de la UV. También resaltó, entre los festejos
de la actual edición de la FILPM, el homenaje a Gabriela
Mistral, la poeta y educadora chilena quien realizara importantes
aportaciones a la literatura y la educación.
Fidel Herrera Beltrán habló de la aspiración
de “que la cultura tenga a la política como instrumento
que sólo es viable en una sociedad organizada en función
de intereses democráticos”.
Josefina Vázquez Mota, dijo que los libros deben difundir
la libertad del pensamiento. En tanto que José Ángel
Quintanilla hizo énfasis en que un país que no lee
es una nación que se queda estancada en todos los aspectos
y no tiene expectativas de mejorar: “hasta el día de
hoy el mejor instrumento para el desarrollo es la educación
y el mejor instrumento para la educación es el libro”.
Inauguradas las actividades, los funcionarios asistieron al salón
especial donde se encuentran las ediciones de Veracruz. El diseño
del lugar realmente luce sencillo y elegante con los libros de la
Editora de Gobierno, del IVEC y la UV, además de fotografías
de algunos de los escritores veracruzanos más importantes,
imágenes del pasado olmeca y totonaca y una colección
de antiguas publicaciones. Ahí el rector Juan Ramón
de la Fuente tomaría los micrófonos y de manera improvisada
haría sendas entrevistas a Sergio Pitol y Emilio Carballido,
quienes resaltaron la importancia de la lectura.
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