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Promoviendo
la participación ciudadana
En Brasil, movimientos sociales
han conquistado viviendas
David
Sandoval |
Ayuda
a la higiene oral sin irritar las encías y disminuye la concentración
de las bacterias bucales |
La
necesidad de vivienda para los sectores más desprotegidos de
la población se ha convertido en un problema de carácter
mundial que en Sudamérica, y más específicamente
en Brasil, ha tenido un desarrollo que conjunta movimientos sociales
con políticas de Estado, declaró la investigadora de
la Universidad de Sao Paulo, María do Carmo Albuquerque.
La académica participó en el seminario-taller “Participación
ciudadana y políticas públicas en Brasil”, organizado
por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Ciencias
Sociales (CIESAS) y el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales
(IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV). |

Los
movimientos urbanos lograron en Brasil implementar medidas para creación
de viviendas, explicó María do Carmo Albuquerque |
Ahí, trazó un breve panorama histórico de la
situación, que va desde la problemática por la tenencia
de la tierra, a principios del siglo XX, hasta los movimientos sociales
de la actualidad que incorporan a empresarios, partidos políticos
y organizaciones de la sociedad civil, promoviendo la creación
de dependencias como el Consejo Nacional de las Ciudades.
Do Carmo señaló que en Brasil no existió una
legislación que aprobara la expropiación a los latifundios
y la tenencia de la tierra, tampoco se consideró el crecimiento
que tendrían las ciudades, el siglo XX comenzó con el
10 por ciento de población en áreas urbanas y terminó
con el 80 por ciento debido principalmente a la industrialización.
Posteriormente, durante la época del denominado “Estado
desarrollista” se crean las primeras instituciones de pensiones
para los trabajadores, no obstante persisten las políticas
corporativas ligadas a los sindicatos y durante la década de
1970 a 1980 se construyen miles de viviendas de mala calidad, con
recursos del fondo de ahorro nacional, sin embargo éstas son
destinadas a las clases medias, evidenciando la carencia de programas
gubernamentales de asistencia para las clases bajas.
Esta situación genera nuevos movimientos sociales en las luchas
contra las dictaduras militares y de éstos surgen experiencias
de ayuda mutua entre organizaciones sindicales y movimientos urbanos
por la vivienda –explicó la investigadora–, ya
que 70 por ciento de las ciudades en Brasil son ilegales en el sentido
de haber crecido con movimientos urbanos que se apropian de tierras,
sin una reglamentación ni planeación en su desarrollo;
se crea el concepto de “ciudad ilegal” y con el paso de
los años serán reconocidos sus derechos y organización
popular.
Gracias a la articulación del movimiento –continuó
la investigadora– surge un foro nacional por la reivindicación
urbana, generando una sociedad civil activa y democrática,
surgen los partidos de izquierda y millones de personas firman las
enmiendas populares que buscan dignificar los servicios de salud y
vivienda para los sectores más necesitados.
En 1992 Brasil reconoce la agenda hábitat de la ONU que promueve
el derecho a la vivienda para las sociedades; no obstante, es hasta
2002 que se promulga una ley federal para posteriormente crear en
2003 el Ministerio de las Ciudades y durante 2004 el Fondo Nacional
de Vivienda Popular de este país sudamericano aprueba la construcción
de viviendas para familias con ingresos menores a tres salarios mínimos,
y para 2005 se crea el Consejo Nacional de las Ciudades.
La problemática a la que se enfrenta la sociedad civil en América
Latina, precisó María do Carmo, involucra el fortalecimiento,
la concertación y la calificación de las políticas
públicas ya que las relaciones entre los actores sociales tienden
a ser asimétricas y al nivel de Estado las políticas
de vivienda se han desarrollado poco, en la actualidad con un discurso
de tintes neoliberales. |
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