Año 6 • No. 257 • Febrero 26 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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Promoviendo la participación ciudadana
En Brasil, movimientos sociales
han conquistado viviendas

David Sandoval

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La necesidad de vivienda para los sectores más desprotegidos de la población se ha convertido en un problema de carácter mundial que en Sudamérica, y más específicamente en Brasil, ha tenido un desarrollo que conjunta movimientos sociales con políticas de Estado, declaró la investigadora de la Universidad de Sao Paulo, María do Carmo Albuquerque.

La académica participó en el seminario-taller “Participación ciudadana y políticas públicas en Brasil”, organizado por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Ciencias Sociales (CIESAS) y el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV).

Los movimientos urbanos lograron en Brasil implementar medidas para creación de viviendas, explicó María do Carmo Albuquerque
Ahí, trazó un breve panorama histórico de la situación, que va desde la problemática por la tenencia de la tierra, a principios del siglo XX, hasta los movimientos sociales de la actualidad que incorporan a empresarios, partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil, promoviendo la creación de dependencias como el Consejo Nacional de las Ciudades.

Do Carmo señaló que en Brasil no existió una legislación que aprobara la expropiación a los latifundios y la tenencia de la tierra, tampoco se consideró el crecimiento que tendrían las ciudades, el siglo XX comenzó con el 10 por ciento de población en áreas urbanas y terminó con el 80 por ciento debido principalmente a la industrialización.

Posteriormente, durante la época del denominado “Estado desarrollista” se crean las primeras instituciones de pensiones para los trabajadores, no obstante persisten las políticas corporativas ligadas a los sindicatos y durante la década de 1970 a 1980 se construyen miles de viviendas de mala calidad, con recursos del fondo de ahorro nacional, sin embargo éstas son destinadas a las clases medias, evidenciando la carencia de programas gubernamentales de asistencia para las clases bajas.

Esta situación genera nuevos movimientos sociales en las luchas contra las dictaduras militares y de éstos surgen experiencias de ayuda mutua entre organizaciones sindicales y movimientos urbanos por la vivienda –explicó la investigadora–, ya que 70 por ciento de las ciudades en Brasil son ilegales en el sentido de haber crecido con movimientos urbanos que se apropian de tierras, sin una reglamentación ni planeación en su desarrollo; se crea el concepto de “ciudad ilegal” y con el paso de los años serán reconocidos sus derechos y organización popular.

Gracias a la articulación del movimiento –continuó la investigadora– surge un foro nacional por la reivindicación urbana, generando una sociedad civil activa y democrática, surgen los partidos de izquierda y millones de personas firman las enmiendas populares que buscan dignificar los servicios de salud y vivienda para los sectores más necesitados.

En 1992 Brasil reconoce la agenda hábitat de la ONU que promueve el derecho a la vivienda para las sociedades; no obstante, es hasta 2002 que se promulga una ley federal para posteriormente crear en 2003 el Ministerio de las Ciudades y durante 2004 el Fondo Nacional de Vivienda Popular de este país sudamericano aprueba la construcción de viviendas para familias con ingresos menores a tres salarios mínimos, y para 2005 se crea el Consejo Nacional de las Ciudades.

La problemática a la que se enfrenta la sociedad civil en América Latina, precisó María do Carmo, involucra el fortalecimiento, la concertación y la calificación de las políticas públicas ya que las relaciones entre los actores sociales tienden a ser asimétricas y al nivel de Estado las políticas de vivienda se han desarrollado poco, en la actualidad con un discurso de tintes neoliberales.