Año 6 • No. 257 • Febrero 26 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Centrales

 General

 Reportaje

 Becas y  oportunidades


 Arte

 Deportes
 
 Contraportada

 


 Números Anteriores


 Créditos

 

 

 

El maíz mexicano sí es de
buena calidad: nutriólogos

Alma Espinosa

El valor nutricional no ha cambiado a pesar de las modificaciones genéticas: Espinosa

A los adultos se recomienda comer seis tortillas diarias y mantener constante actividad física

René Espinosa Gómez, académico de la Facultad de Nutrición de la Universidad Veracruzana

Concepción Sánchez Rovelo, coordinadora de Evaluación y ex directora de la Facultad de Nutrición
Es un error señalar que el maíz mexicano no es de buena calidad, pues lo único que no cumple con estándares de calidad es la producción, no así el producto mexicano, aseguró René Espinosa Gómez, académico de la Facultad de Nutrición de la Universidad Veracruzana (UV).

Para hablar de la calidad del maíz primero se requiere hacer algunas consideraciones relacionadas con las mejoras de los híbridos para incrementar la calidad de la producción traducido en más toneladas por hectárea; sin embargo, el valor nutricional del grano no ha sido afectado por las transformaciones genéticas.
El académico enfatizó que la composición química del grano no ha cambiado, ya se trate del maíz blanco, rojo, amarillo, negro o cualquier otra variante creada para determinados fines. Especificó que los granos contienen de un ocho hasta un 12 por ciento de proteína y dentro de la misma puede variar el contenido de los aminoácidos, dependiendo las modificaciones que se haya realizado para crear los híbridos.

¿Qué pasa con la calidad del maíz de traspatio? Espinosa Gómez comentó que en este tipo de siembra, el maíz tampoco varía en cuestión de calidad. Precisó que la siembra de traspatio es mejor porque no se utilizan fertilizantes o pesticidas, como en los grandes cultivos.

El problema en cuanto a la producción, la calidad y el alza de precios no sólo ocurre con el maíz, sino con todos los productos, comentó. Por ejemplo, en México existen tres empresas internacionales que venden semillas mejoradas de tomate, cuando en nuestro país, incluso en nuestro estado, existen variedades del mismo producto con valores nutricionales más altos que el promedio.

El maíz en su uso más conocido, que es la tortilla, ha sido la base de la alimentación del pueblo mexicano desde antes que llegaran los españoles a tierras americanas, de ahí que su aspecto económico tiene vital relevancia. La tortilla ha servido culturalmente como cuchara y plato, y ahora existe una infinidad de variantes como sopes, dobladas, tacos, flautas, etcétera, comentó Concepción Sánchez Rovelo, coordinadora de evaluación y ex directora de la Facultad de Nutrición.

Explicó que una dieta equilibrada debe contener de 55 a 65 por ciento de hidratos de carbono, del 15 al 10 por ciento de proteínas y del 25 al 35 por ciento de grasas. La tortilla aporta la mayor parte de energía (hidratos de carbono), proteínas de origen vegetal, fibra y calcio, por lo que su consumo es esencial en todas las etapas de la vida, principalmente para niños y mujeres embarazadas o en lactancia.

Destacó que la proteína vegetal de la tortilla se complementa con el consumo de frijol, y si se agregan verduras y frutas la dieta puede considerarse excelente. Recomendó que el consumo de tortilla sea de dos piezas por cada alimento, aunque dependerá en gran medida de la persona que lo consuma, sin olvidar que debe mantenerse una actividad dinámica diariamente.

Antes de concluir, la nutrióloga señaló que en países que no acostumbran el consumo del maíz tienen déficit de calcio, sobre todo niños y mujeres, contrario a lo que sucede en México. Esto se debe a que la tortilla, propiamente, es un producto biodisponible, está en la mesa de ricos y pobres, además contiene bajos niveles de sodio a diferencia del pan de caja, cuyo consumo está relacionado con padecimientos como la hipertensión arterial.