Año 6 • No. 257 • Febrero 26 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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Trabajan con 60 comunidades de la región
Fomentan estudiantes de la UV
conservación natural en Los Tuxtlas
Edith Escalón

De Ángel R. Cabada a Catemaco, y de Soteapan a Pajapan, el área de influencia
A partir de técnicas participativas dirigidas a grupos agrarios, comunidades, organizaciones civiles, asociaciones de productores e instituciones gubernamentales locales, estudiantes del Técnico Superior Universitario (TSU) en Manejo de Vida Silvestre de la Universidad Veracruzana (UV), campus Catemaco, están logrando que alrededor de 60 comunidades hagan suya la Reserva de la Biosfera como símbolo de identidad regional.

Coordinados por académicos del Área Biológico-Agropecuaria de la UV, los universitarios tratan temas como la conservación de sus recursos naturales (agua, suelo, bosques, biodiversidad) y profundizan en las medidas, regulaciones y acciones que pueden o deben adoptar para que su actividad no impacte negativamente los ecosistemas.

De hecho, el eje central del proyecto consiste en la socialización del Programa de Conservación y Manejo de la Reserva, que es el instrumento rector para la planeación y regulación de esta área natural protegida, informó Edith Carrera, una de las asesoras de los estudiantes.

El proyecto, denominado Manejo Integral de Ecosistemas (MIE), tiene identificadas 60 comunidades en las que trabaja a nivel de núcleos agrarios, escuelas y colonias agrícolas, sin embargo, las actividades se realizan incluso en comunidades no consideradas prioritarias, informó.

De acuerdo con las características socioculturales y económicas, la Reserva y este proyecto de la UV consideran dos zonas: La Zona Norte, mestiza, desde Ángel R.

Cabada hasta Catemaco, y la Zona Sur, indígena y con mayor marginación, desde Soteapan a Pajapan. “Las comunidades prioritarias están asentadas básicamente en la zona sur aunque se incluyen algunas pertenecientes a San Andrés Tuxtla y Catemaco”, informó Carrera, quien es también coordinadora del TSU en Manejo de Vida Silvestre.

Beneficios
A partir de este proyecto, las comunidades cuentan con más herramientas para el mejoramiento de sus condiciones de vida, sin que esto implique necesariamente el deterioro de su entorno, y tienen más oportunidades de desarrollar proyectos locales con enfoques sustentables.

Por otra parte, el MIE representa un beneficio académico para la UV, sobre todo porque los estudiantes tienen participación más activa en torno al fomento de la cultura cívica, los valores humanos, la participación social, el cuidado del ambiente y la planeación hacia el desarrollo sustentable y, a la vez, estas acciones facilitan su formación y desarrollo académico profesional, y con ellos, su inserción laboral.

Además, la comunidad académica y de investigación de la UV pone en práctica sus habilidades para fortalecer las capacidades locales: “Ahí, la participación de los Promotores Comunitarios y la incorporación de los estudiantes a la perspectiva ecorregional de Los Tuxtlas, contribuye como elemento para asegurar la continuidad del proyecto”, comentó Carrera.

Reconocimiento internacional
Para los universitarios, es un reconocimiento internacional el hecho de que el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF, por sus siglas en inglés) otorgara a la UV más de 600 mil pesos para este proyecto, pues se dio luego de un riguroso proceso de selección.

Carrera explicó que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), quien administra estos fondos, determinó que el plan de la UV para desarrollar actividades que consoliden entre la población la conciencia ecológica superó en calidad a las propuestas de asociaciones civiles y universidades de distintos estados, y otorgó a la Veracruzana los recursos consecuentes.

Añadió que la propuesta presentada por la UV fue la que obtuvo una mejor valoración conjunta, pues tomaron en cuenta aspectos curriculares, de experiencia, presencia en la región y, por supuesto, los aspectos técnicos y económicos: “El trabajo de años realizado por la Universidad en la región, la consolida como una institución que respalda el desarrollo de este proyecto”.

El proyecto es coordinado por Ernesto Rodríguez Luna, director del Área Biológico-Agropecuaria de la UV, y cuenta con el apoyo de académicos de la misma y estudiantes de la carrera TSU en Manejo de Vida Silvestre adscritos a la Facultad de Ingeniería en Sistemas de Producción Agropecuaria (FISPA), de Acayucan.