Año 6 • No. 257 • Febrero 26 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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Estudiantes promueven su conservación
En Los Tuxtlas, la mayor
diversidad biológica de Veracruz
Edith Escalón

18 variedades de maíz, 30 de frijol y 750 especies medicinales y alimenticias, ejemplo de su diversidad biológica
Pese a que es una zona fuertemente amenazada por el crecimiento demográfico, la práctica de la ganadería, la extracción ilegal de especies y la deforestación, la Reserva de la Biosfera de Los Tuxtlas, en el centro-sur de Veracruz, alberga la mayor diversidad biológica del estado, señaló Edith Carrera, académica de la Universidad Veracruzana (UV).

“Al menos 730 de sus especies en el medio natural tienen algún uso, más de 300 medicinales y cerca de 200 alimenticios. En cuanto a plantas cultivadas, diversas fuentes reportan la existencia de 18 variedades de maíz y cerca de 30 de frijol. Eso nos da una idea del tesoro natural que resguarda”.

Carrera, quien coordina en la UV las actividades de estudiantes del Técnico Superior Universitario en Manejo de Vida Silvestre, explicó que la región de Los Tuxtlas, donde los universitarios promueven la conservación natural, ha sido considerada como zona importante para la investigación y conservación por sus características de alta complejidad ecológica, geológica y de actividad humana.

Destacó que la Reserva, decretada en 1998, se caracteriza tanto por la notable diversidad de especies vegetales y animales como por los importantes servicios ambientales que presta, tales como captación y abastecimiento de agua, regulación del clima, captura de carbono y gran valor paisajístico.

“La región posee, en una superficie relativamente reducida, una variada gama de condiciones climáticas y de suelos que favorecen la diversificación de hábitats y paisajes y, por lo tanto, de su flora y fauna. De este modo, encontramos diferentes tipos de bosques de mediana altitud y bosques de niebla”.

De acuerdo con la académica, la estructura topográfica, hidrográfica y biológica de la región ha conformado tres espacios microrregionales que son el Volcán de San Martín Tuxtla, la Sierra de Santa Marta y el Lago de Catemaco (coincidentes con las tres zonas núcleo de la Reserva), cada uno con sus propias dinámicas étnicas, sociales, económicas y políticas; y con distintos procesos de aprovechamiento y utilización de los recursos naturales.

“Pocas son las áreas de México que tienen esta diversidad”, señaló, y aseguró que en ella se pueden identificar hasta 15 tipos de vegetación y uno de los últimos reductos de selvas húmedas en el país.

Carrera destacó también la importancia de la zona desde el punto de vista socioeconómico y cultural: “Históricamente el valor cultural de la región se basa en la presencia de antiguos asentamientos pertenecientes a la cultura Olmeca y la permanencia a través del tiempo de poblaciones indígenas (Nahuas y Zoque-Popolucas)”.

Posteriormente, añadió, hubo procesos de mestizaje en los descendientes del sustrato indígena regional y de la población europea y africana asentada en la región en la época colonial, o de emigrantes de otras regiones del país, que han dado origen a un mosaico sociocultural que ubican a la región como zona de importancia arqueológica, histórica y cultural única, en donde se conjugan culturas, tradiciones y costumbres indígenas y criollas para el manejo y aprovechamiento de los recursos naturales.