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Estudiantes
promueven su conservación
En Los Tuxtlas, la mayor
diversidad biológica de Veracruz
Edith
Escalón |
18
variedades de maíz, 30 de frijol y 750 especies medicinales
y alimenticias, ejemplo de su diversidad biológica |
Pese
a que es una zona fuertemente amenazada por el crecimiento demográfico,
la práctica de la ganadería, la extracción ilegal
de especies y la deforestación, la Reserva de la Biosfera de
Los Tuxtlas, en el centro-sur de Veracruz, alberga la mayor diversidad
biológica del estado, señaló Edith Carrera, académica
de la Universidad Veracruzana (UV).
“Al menos 730 de sus especies en el medio natural tienen algún
uso, más de 300 medicinales y cerca de 200 alimenticios. En
cuanto a plantas cultivadas, diversas fuentes reportan la existencia
de 18 variedades de maíz y cerca de 30 de frijol. Eso nos da
una idea del tesoro natural que resguarda”.
Carrera, quien coordina en la UV las actividades de estudiantes del
Técnico Superior Universitario en Manejo de Vida Silvestre,
explicó que la región de Los Tuxtlas, donde los universitarios
promueven la conservación natural, ha sido considerada como
zona importante para la investigación y conservación
por sus características de alta complejidad ecológica,
geológica y de actividad humana.
Destacó que la Reserva, decretada en 1998, se caracteriza tanto
por la notable diversidad de especies vegetales y animales como por
los importantes servicios ambientales que presta, tales como captación
y abastecimiento de agua, regulación del clima, captura de
carbono y gran valor paisajístico.
“La región posee, en una superficie relativamente reducida,
una variada gama de condiciones climáticas y de suelos que
favorecen la diversificación de hábitats y paisajes
y, por lo tanto, de su flora y fauna. De este modo, encontramos diferentes
tipos de bosques de mediana altitud y bosques de niebla”.
De acuerdo con la académica, la estructura topográfica,
hidrográfica y biológica de la región ha conformado
tres espacios microrregionales que son el Volcán de San Martín
Tuxtla, la Sierra de Santa Marta y el Lago de Catemaco (coincidentes
con las tres zonas núcleo de la Reserva), cada uno con sus
propias dinámicas étnicas, sociales, económicas
y políticas; y con distintos procesos de aprovechamiento y
utilización de los recursos naturales.
“Pocas son las áreas de México que tienen esta
diversidad”, señaló, y aseguró que en ella
se pueden identificar hasta 15 tipos de vegetación y uno de
los últimos reductos de selvas húmedas en el país.
Carrera destacó también la importancia de la zona desde
el punto de vista socioeconómico y cultural: “Históricamente
el valor cultural de la región se basa en la presencia de antiguos
asentamientos pertenecientes a la cultura Olmeca y la permanencia
a través del tiempo de poblaciones indígenas (Nahuas
y Zoque-Popolucas)”.
Posteriormente, añadió, hubo procesos de mestizaje en
los descendientes del sustrato indígena regional y de la población
europea y africana asentada en la región en la época
colonial, o de emigrantes de otras regiones del país, que han
dado origen a un mosaico sociocultural que ubican a la región
como zona de importancia arqueológica, histórica y cultural
única, en donde se conjugan culturas, tradiciones y costumbres
indígenas y criollas para el manejo y aprovechamiento de los
recursos naturales. |
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