Decíamos
la semana pasada que para llevar a cabo con éxito los proyectos
Seis Sigma se requiere de un esfuerzo común en el que se tenga
claro el propósito para el que se van a encaminar los esfuerzos.
Para ello, el trabajo en Seis Sigma se realiza a través de
la formación de equipos en donde los participantes tienen diversos
roles que en el lenguaje estricto de la metodología, ha recibido
las siguientes denominaciones: Champion: son quienes lideran el esfuerzo,
se puede tener una persona o un grupo que se encuentran en contacto
o forman parte del cuerpo directivo. Son los padrinos del proyecto.
Master Black Belt: son quienes tienen la responsabilidad técnica.
Tienen a su cargo la enseñanza a todos los niveles de la organización
del lenguaje, herramientas y métodos Seis Sigma. Es obvio que
requiere de una fuerte preparación en programas de calidad
y en técnicas estadísticas avanzadas; deben contar con
liderazgo y asumir el papel de un poderoso agente de cambio.
Black Belt: son quienes implantan los principios, prácticas
y técnicas Seis Sigma tomando en cuenta la reducción
de costos, ahorros y beneficios para los clientes, son expertos en
los procesos de la organización, deben identificar oportunidades
de mejora y liderear a los equipos para proponer y desarrollar mejoras
reales en procesos o servicios.
Green Belt: son quienes aplican y ejercen las prácticas Seis
Sigma en forma cotidiana, asisten a los cintas negras en la recolección
de datos, su procesamiento, análisis, monitoreo de procesos
y diseño de experimentos, muchas veces liderando sus propios
proyectos de mejora.
En los equipos pueden participar también miembros de la organización
familiarizados o no con los proyectos específicos aunque no
cuenten con los conocimientos y experiencia de los green belts.
Los principales beneficios de la aplicación de la metodología
Seis Sigma consisten en la reducción en los costos de proceso,
mejoras en el tiempo de ejecución, abatimiento del desperdicio
de materiales, un mejor entendimiento de los requisitos de los clientes,
incremento en su satisfacción y mayor confiabilidad en sus
productos y servicios.
Aunque los costos de la capacitación para la exitosa aplicación
de esta herramienta, pueden ser altos, una vez que se cuenta con el
personal entrenado y con experiencia, se pueden llevar a cabo proyectos
Seis Sigma con duración de cinco a ocho meses cada uno, dependiendo
de la aplicación.
La aplicación del Seis Sigma puede tener utilidad en distintas
situaciones. En la vida cotidiana se tienen procesos que, sin analizar
demasiado, se deduce que tienen un valor de defectos debajo de los
3.4 defectos por millón de oportunidades del Seis Sigma, por
ejemplo, las veces que usted entra en su casa, si lo hiciera con 99.9%
de aciertos, de a cuatro entradas por día, cada 250 días
se metería en la casa del vecino o en otra que no fuera la
suya (Ojo, este comentario no deberá ser usado, ni mucho menos
aceptado, como pretexto por ladrones y otros individuos indeseables
que se meten en nuestras casas).
De acuerdo con Seis Sigma de los 3.4 defectos por millón de
oportunidades, se infieren 1.003 defectos por cada 295,000 oportunidades,
de a cuatro entradas por día, matemáticamente se esperaría
la primera equivocación de casa se de a los 202 años.
Otro ejemplo son los latidos del corazón de una persona, si
cada latido se considera como una oportunidad, entonces de acuerdo
con Seis Sigma al corazón se le “permitiría”
3.4 defectos o fallas por cada millón de latidos. Si se consideran
70 latidos por minuto, en teoría se tendrían las 3.4
fallas aproximadamente, cada diez días, lo que afortunadamente
no ocurre, por lo que el corazón está a más de
6ó. Suponiendo que un corazón tenga su primera falla
a los 70 años, es decir, a los 2,575,440,000 de latidos que
equivalen a 0.000388 fallas por millón; en la Tabla 2 se observa
que corresponde a 7.65025, es decir arriba de Seis Sigma, con lo que
se muestra que este proceso que ocurre en el ser humano hace ver que
el Seis Sigma se queda corto. Conclusión
Ciertamente la contribución de Motorola en el mundo de la
calidad ha sido relevante al cambiar las metas de defectos de tantos
por ciento a tantos por millón y con factibilidad práctica,
desde luego con los costos que esto implica, pero también
con los beneficios, que según se puede ver han sido mucho
mayores que las inversiones.
Los 3.4 defectos por millón de oportunidades se puede ver
como una meta difícil de alcanzar, algunas organizaciones
estarían orgullosas de alcanzar un nivel del 99.9% de no
defectuosos, pero dependiendo del o los procesos, se tienen situaciones
en donde este porcentaje es bajo y otras en donde tal vez se tengan
menos de los 3.4 defectos por millón de oportunidades.
Por ejemplo si una aerolínea tuviera el 99.9% de no defectos
en sus operaciones de despegue y aterrizaje, tendría un “defecto”
o problema cada mil operaciones, si realiza diez vuelos diariamente,
en teoría cada 100 días surgiría algún
problema en las operaciones, lo que afortunadamente no sucede, y
que hace pensar que está más arriba del 99.9% en cuanto
a los no defectuosos. Suponga que tiene el mismo valor para el freno
de su automóvil, es de esperarse un problema por cada mil
veces que presione el freno, si lo hace 100 veces por día,
en teoría cada diez días le aparecería un defecto.
Finalmente, se puede decir que el movimiento Seis Sigma es como
el regreso de la calidad a sus orígenes, con un fuerte soporte
en la estadística, en la observación y análisis
de la variabilidad, solo que se involucra a la gente con papeles
bien definidos y finalmente como una filosofía de administración.
A partir de la próxima semana estaremos reportando algunos
de los avances que tenemos gracias a la implementación de
la metodología 6 sigma en nuestra Universidad
Como
siempre, sigo a sus órdenes en: calidad_u_veracruzana@yahoo.com.mx
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