Año 6 • No. 260 • marzo 19 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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Imágenes de Manuel González de la Parra
Presentaron en Milwaukee
Luces de raíz negra
Gina Sotelo

Nunca el negro fue tan vibrante como en las imágenes de Manuel González de la Parra. Los altos contrastes de luces y sombras provocan atmósferas calidas.

Cada imagen huele a sal, despide un calor que embriaga, una alegría que contagia. Son las Luces de raíz negra, espléndida serie que rinde un merecido homenaje a las impresionantes mulatas y los viriles hombres de piel de ébano que habitan en Coyolillo, Veracruz y Cartagena de Indias, Colombia.

Hasta Milwaukee llevó González de la Parra su exposición a la vez que fue presentado el libro de la misma serie. La cita fue en el Latino Arts el pasado 16 de marzo y los comentarios corrieron a cargo de Odile Hoffmann y Rauol Deal.

El libro y la exposición son resultado de sus estancias en el bello puerto de Cartagena de Indias y en Veracruz. Con esta serie, González de la Parra enlaza a través de la fotografía los puertos colombiano y mexicano.

Con textos de Álvaro Mutis y Odile Hoffmann, Luces de raíz negra es un registro de la vida en la comunidad negra veracruzana, que en similitud con los habitantes de Tumaco en Colombia comparten rasgos, actitudes y costumbres.

Lejos de ser el fotoreportero que interviene en los escenarios, que manipula la escena o provoca el gesto, González de la Parra se ha convertido en un “compadre”, un amigo, un integrante más de la comunidad que se mezcla de manera cariñosa con los campesinos fusión de esclavos africanos e indígenas, con los niños descalzos y las mujeres de frondosos cuerpos. Sobre Luces, Odile Hoffmann dice que en junio de 1999, Manuel González llega a tierras colombianas, más precisamente a las tierras bajas del Pacífico colombiano pobladas mayoritariamente por gente negra instalada allí desde hace varios siglos: “No viene con las manos vacías. Trae imágenes de Veracruz, un Veracruz negro que puede ser desconcertante, con las fotos del pueblo de Coyolillo (Actopan), ensartado en la sierra mestiza y otrora indígena, a un paso de Xalapa.

En Cali, y luego en los ríos y las veredas del Pacífico colombiano, Manuel registra con su cámara y su sensibilidad las facetas de un pueblo negro que se reivindica como tal, como negro y colombiano, como afrocolombiano, como ‘comunidad negra’ o ‘pueblo negro’ de América. Las dos situaciones no se equiparan’”.

Expresa que en las fotos de México como en las de Colombia se ven hombres y mujeres de piel negra ocupados en sus quehaceres, trabajando, soñando, bailando: “¿Será que el color de la piel puede reunir bajo una misma calificación e ‘identidad’ a individuos con experiencias y expectativas tan diferentes como pueden ser los campesinos mexicanos de Coyolillo y los ribereños del Pacífico colombiano? Difícil de creer, y más arduo de pensar y argumentar”.

Los textos de Odile Hoffmann y Adriana Naveda pretenden aclarar algunas diferencias, sin negar el origen común de la esclavización y deportación de millones de individuos desde África, pero resaltando los procesos originales de creación cultural y social en cada país.

El intercambio entre México y Colombia, a través de estas fotos, se dio por la buena disposición de la Universidad Veracruzana (UV) en México, de la Universidad del Valle (UNIVALLE) en Colombia y del Institut de Recherche pour le Développement (IRD) de Francia.

Se inscribió en un proyecto de investigación sobre “identidades, urbanización y migración de las poblaciones afrocolombianas del Pacifico suroccidental”, llevado a cabo entre 1996 y 2001 por la UNIVALLE y el IRD. En las estancias en Coyolillo, en Cali y en el Pacífico participaron habitantes y compañeros de organizaciones negras, vecinos y amigos, entusiastas con el trabajo de Manuel González y sin quiénes no se hubiera podido llevar a cabo el proyecto.

Egresado de la Facultad de Artes Plásticas de la UV, estudió fotografía con los maestros Carlos Jurado, Adrián Mendieta y Nacho López. Después de su aprendizaje viajó a Paris, Francia, al Centro de Formación au Cinema Directo para tomar el curso “Cine Directo”. Asimismo ha estudiado diferentes técnicas de fotografía con los maestros Lourdes Almeida, Julio Galindo, Oweena Fogarty, Humberto Chávez, Juan Carlos Valdéz y Byron Brauchli.

Ha participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas en diferentes partes del país y el extranjero. Desde 1978 se encuentra laborando como fotógrafo dentro de la UV.