| Año 6 • No. 261 • Marzo 26 de 2007 | Xalapa • Veracruz • México |
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La
UV, sus libros y sus autores |
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Eustaquio López y Pérez y Kats es el hombre al que el destino lo agolpa contra la fatalidad; Vicenta es una veracruzana que llega a la Ciudad de México para trabajar de sirvienta; Saso es el niño de once años sorprendido sexualmente por los impulsos de su criada; Vicenta es alegre, relatora de las leyendas del pueblo, servicial, entregada a su trabajo; Eustaquio es un hijo de familia a la que la Revolución le hizo justicia; Vicenta es voluptosa, insoportablemente erótica, pasional; Saso es Eustaquio; Saso es de Vicenta; Vicenta es de Eustaquio; ambos son un binomio indisoluble, envuelto en sus juegos de adultos, eterno, hasta la muerte. | |
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El escritor mazatleco Leopoldo Sánchez Zúber nos entrega
su más reciente novela, Juegos de adultos, que forma parte
de la Colección Ficción de la Editorial de la Universidad
Veracruzana. En 1962, el joven escritor sinaloense ya había publicado bajo el sello de la UV su libro de cuentos Marejada del cual Juan José Arreola celebró en su momento: “A la apretada diversidad de sus páginas, este libro agrega un elemento poco frecuente en nuestras letras: está escrito con riguroso estilo, en un lenguaje vivo y animado, cuyos libres periodos recuerdan la presencia del mar”. Sánchez Zúber no ha perdido el estilo, al contrario, lo ha mejorado para ofrecernos una prosa ágil que atrapa desde el primero hasta el último párrafo con personajes muy bien trabajados que transitan de lo trágico a la ironía, de la simulación de felicidad a los círculos de los infiernos particulares, del amor apasionado y clandestinos a querencias superficiales y aparentes, de los abusos a las mentiras, de los odios y venganzas al desamor. Saso nace en la década de los 40 en medio de una familia que pertenece a la clase política beneficiada. Son los años dorados del cine, la radio y la vida nocturna. La estabilidad era el sinónimo del sistema y las buenas familias eran el espejo fiel de la moralidad. Margarito, el papá de Saso, se la pasa en campañas políticas fortaleciéndose en los grupos del poder; Ángeles, la mamá, vive en sus círculos sociales, mientras sus hijos, principalmente Eustaquio, son educados por la propia vida. Podría decirse que hay historias comunes de los “niños bien” que abusan de las sirvientas, pero en este caso, la relación es intensa y es el soporte de toda la novela. Vicenta es un personaje fuera de serie. Desde que llega a trabajar a la casa de los López y Pérez y Katz se enamora del pequeño Saso, prácticamente lo viola, pero más allá del trauma, la relación se estrecha para convertirse en un amor desmedido perdurable a través de los años. A pesar de que los padre de Saso se dan cuenta de la situación, como buenos señores de la clase pudiente, prefieren simular a enfrentar la realidad. Eustaquio o Saso refleja al hijo de un sistema que abona la soledad y desesperanza entre sus ciudadanos. Protegido por el dinero de la familia es un personaje que transita en sus laberintos sin encontrar las salidas. Limitado en sus cariños, vive obsesionado por la mujer que lo inicia sexualmente. Vicenta es una mujer pasional que se guía por sus instintos y es tan imaginativa como las leyendas de su comunidad, San Juan Volador. En ambos a la vez pueden encontrarse sentimientos puros y atmósferas de erotismo que los encadenan hasta el final. Si los juegos de manos son de villanos, los juegos de adultos son muy humanos Presentación
en la Ciudad de México |
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