Año 6 • No. 261 • Marzo 26 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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En la UV, expertos de siete países buscan estrategias para aprovecharlos
Alta estima en AL de recursos
forestales no maderables
Edith Escalón

Son medicinales, artesanales, alimenticios y ornamentales
Tanto o más que la madera, comunidades de América Latina (AL) valoran otros recursos –medicinales, artesanales, alimenticios, ornamentales– que existen en los bosques tropicales, pues representan una fuente de ingresos y una alternativa de desarrollo que muchas veces no es reconocida en las instancias oficiales de los gobiernos.
Promover una explotación sostenible de los productos forestales no maderables (PFNM), políticas públicas que la impulsen, redes de cooperación regional e intercambio de experiencias comunitarias, científicas y académicas exitosas, fue el objetivo de un encuentro que reunió en la Universidad Veracruzana (UV) a representantes de Bolivia, Venezuela, Guatemala, Perú, Brasil, México y Colombia.

Los participantes, coordinados por integrantes del Centro de Investigaciones Tropicales (CITRO) y del Área Biológico-Agropecuaria de la UV, coincidieron en señalar que, si bien falta mucho por hacer para el reconocimiento del verdadero valor de los PFNM, en AL estamos en el camino adecuado para lograrlo.

Fuente de empleos
Para Bolivia, por ejemplo, la castaña representa alrededor de 52 millones de dólares anuales por exportación, y es una actividad muy importante de la que viven alrededor de 132 comunidades. Por la extracción de esta nuez se generan empleos directos e indirectos en todo el norte del país.

“Los beneficios económicos son incluso mayores a los que se obtienen de la madera, sobre todo ahora que la extracción se ha reglamentado en la Ley Forestal”, explicó Marco Antonio Albornoz Castro, del Centro de Investigación Forestal Internacional de Bolivia, quien participó en el encuentro.

En Venezuela, una liana trepadora, llamada mamure, es utilizada por los indígenas para hacer juegos de comedor, camas, bibliotecas, escobas y otros productos artesanales; este recurso ha permitido a las comunidades marginadas tener ingresos por su aprovechamiento sustentable.

Genis Adelso Oliveros Yavina, del Instituto Nacional de Tecnología del Amazonas de Venezuela, dijo que el plan es profundizar en la investigación de esta especie –que además está en peligro de extinción– para promover a mediano plazo su cultivo, y no sólo su extracción: “Queremos estudiar su agroecología, regeneración, permanencia y biología reproductiva; con esos elementos podríamos hacer más sustentable su aprovechamiento”, comentó.

La palma camedor, en México, significa ingresos para las comunidades cercanas a la Sierra de Santa Martha, en Los Tuxtlas, Veracruz, donde más de 370 productores tienen viveros y 170 hectáreas establecidas de esta especie, que venden como ornamental para arreglos florales en mercados regionales o exportan en mercados internacionales.

“Ante la caída del precio del café, las comunidades han encontrado en esta especie una alternativa productiva que, además, puede cultivarse sin afectar los ecosistemas que amortiguan la Reserva de la Biosfera de Los Tuxtlas, uno de los pocos relictos de selva bien conservada que aún existen en el país”, aseguró Osvaldo Graciano Porras, representante de este proyecto.

Búsqueda de reconocimiento
Además de generar recursos económicos, muchos de los PFNM representan la sabiduría indígena, desde los remedios para el asma, la parasitosis intestinal, la artritis y un sin número de enfermedades que se cura con ellos, hasta animales que se cazan para autoconsumo o por tradición, explicó Ramón Tomedes, asesor de la Organización Indígena de la Cuenca del río Caura “kuyujani”, de Bolívar, Venezuela.

Dijo que las 52 comunidades que integran a la organización están luchando, negociando y dialogando por el reconocimiento de la territorialidad para definir así su política de aprovechamiento y respeto de los recursos forestales no maderables, pero desde el punto de vista indígena y de manera sustentable.

Y es que aun cuando éste es un grupo mucho más diverso y con muchas posibilidades de explotación, en Sudamérica no ha recibido la atención necesaria de los gobiernos, comentó Frederico Soaros Machado, del Centro de Investigación y Extensión de Sistemas Agroforestales ACRE, en Brasil
“En mi país, por ejemplo, los PFNM son de autoconsumo para las comunidades de la selva, pero queremos que sea posible aprovechar el potencial comercial que éstos tienen para generar ingresos y liberar un poco a ciertas áreas de la presión por actividades altamente predatorias, como la ganadería y los monocultivos”.

En México ya se estudian algunas alternativas para apoyar a los campesinos en esta empresa; por ejemplo, la consultoría y el apoyo para fortalecer a organizaciones y comunidades de las zonas rurales marginadas en sus capacidades organizativas, económicas y de manejo de recursos naturales y creación de empresas campesinas, así como en su relación con zonas urbanas y consumidores finales.

Es el caso de Methodus Consultora, organismo civil que busca apoyar a comunidades, según Raday Quero Cruz, técnico campesino de esta instancia oaxaqueña, algunos productos que han resultado muy exitosos con esta estrategia han sido el tepejilote, el aceite de hueso de mamey y los hongos deshidratados.

Consenso para aprovechamiento sustentable

Uno de los objetivos del encuentro fue consensuar entre los diferentes países las estrategias o lineamientos generales para el aprovechamiento sustentable de los PFNM en AL. Para ello, los participantes tomaron como base el manual “Pasos para el manejo sustentable comunitario en el sur y sureste de Asia”, que publicó en 2005 la organización Programa de Intercambio de Productos Forestales no Maderables para el sur y sureste de Asia (NTFP-EP), con base en Filipinas.

Este manual, dijo María Cristina Guerrero, ha servido para documentar las prácticas del manejo sustentable comunitario de productos forestales no maderables, y con él “queremos mostrar a las comunidades las experiencias exitosas que han tenido los asiáticos en este rubro, y al gobierno, la importancia que para los países tiene su aprovechamiento sustentable”.

Al término del encuentro, los más de 30 participantes coincidieron en que aunque el manual no es una receta de cocina, sí ofrece una serie de lineamientos generales que aportan luz a las estrategias que se necesitan para aprovechar los PFNM. En el encuentro participaron también Arturo Gómez Pompa, asesor del CITRO, y Ernesto Rodríguez Luna, director del Área Biológico-Agropecuaria de la UV.