Año 6 • No. 261 • Marzo 26 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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Aseguró investigador de la UAM-Iztapalapa
Deben universidades promover acceso a la información entre estudiantes y maestros
Dunia Salas Rivera

Una sociedad que se moderniza linealmente, está llevando a que la transparencia sea sólo una simulación: M. Gil Antón
Ampliar la labor del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) en las universidades es un proyecto político, de construcción ciudadana, donde lo importante es el impulso a un cambio de concepción de los sujetos universitarios, en el que el profesor ya no es un reproductor de información, ni es un favor dar educación a los universitarios, aseguró Manuel Gil Antón, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)-Iztapalapa.

En el encuentro “Transparencia, Acceso a la Información y Rendición de Cuentas en las Universidades Públicas”, organizado por la Universidad Veracruzana (UV) y el IFAI, Gil Antón consideró que es deber de las universidades sembrar en estudiantes y profesores el derecho al acceso a la información, el cual no es un fin sino un medio para lograr un proyecto de cambio.

El jefe del Departamento de Sociología de la UAM-Iztapalapa, aseguró que una sociedad que se moderniza linealmente, sin cuestionar el rumbo que sigue o las consecuencias de sus decisiones, está llevando a que la transparencia sea sólo una simulación: “Y no estamos proponiendo que la transparencia sea la piedra filosofal de las universidades porque eso sería fetichizarla, como se hizo con la Enciclomedia el sexenio pasado”.

En la mesa “Transparencia y reforma universitaria”, Rollin Kent, investigador adscrito a la Facultad de Administración de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), precisó que el derecho a la información no es una graciosa concesión sino producto de una lucha permanente, que aún tiene mucho camino que recorrer en el sistema educativo: “El acceso a la información es un asunto central para la lucha por la democracia, en la que las universidades y demás instituciones de educación superior no están al margen”.

El académico dijo que no se trata de dejar de evaluar, planear, mejorar la calidad y cumplir con metas visibles, pero sí que todo esto se haga buscando crear una “ciudadanía educativa crítica” en el estudiantado como sujetos intelectuales autónomos: “Solicito que nos preguntemos hasta qué punto el tejido universitario no se ha acomodado conservadoramente a las exigencias de la modernización sin verse en la necesidad de cuestionar las antiguas tramas paternalistas y autoritarias de acceso al conocimiento”.

Rollin Kent precisó que la contribución de las universidades en la construcción de nuevas formas de autoridad racional y democrática en la sociedad, es que su legitimidad histórica y a futuro reside en que son instituciones sociales que definen qué tipos de conocimiento son válidos sobre la base de los más altos principios culturales de la modernidad: la ciencia, la racionalidad, la ley.

Por su parte, Ciro Murayama Rendón, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), propuso un decálogo inicial sobre qué información es la susceptible para acceder por cualquier persona en relación con las universidades, y que “si estuviera a la disposición del público harían de la vida universitaria algo totalmente distinto donde la opacidad tendría poco o ningún espacio para moverse”.

En primer lugar citó el tema del financiamiento: “Para las universidades públicas no puede haber ninguna partida reservada, pues no tienen nada qué ocultar en esta materia. En cuanto a las privadas, deben estar obligadas a señalar los costos reales de la educación, por materias, exámenes, etcétera”.

Como segundo tema se refirió a los planes y programas de estudio, así como a la fecha de su creación, y si se han modificado, quién y cómo lo hizo. En tercero, mencionó que las Instituciones de Educación Superior (IES) deben informar sobre la planta académica: quiénes son, dónde obtuvieron sus títulos.

“Hay que conocer los méritos académicos y su perfil, lo cual llevaría a señalar que, a diferencia de lo que señala la ley de acceso a la información y lo que viene en la minuta que está por aprobar el Constituyente permanente de Reforma al Artículo 6º en materia de transparencia y acceso a la información, no hay protección de datos personales en materia de méritos académicos”, dijo el editor de la
revista Nexos.

En cuarto lugar habló sobre el número de horas-clase de la planta docente, es decir, cuántos profesores de tiempo completo hay, cuántos de hora-clase, su carga docente, si dan a conocer sus programas. Como quinto punto citó a los académicos, no como sujetos obligados sino sujetos de derecho, “y que no haya arbitrariedad en la evaluación que de manera constante se les practica a los académicos”.

En sexto, propuso transparentar la matrícula de ingreso, egreso, criterios de designación, etc. En séptimo, que las IES tengan por reglamento la obligación de mantener sus archivos actualizados y ordenados sobre la toma de decisiones con importancia medular. En octavo, que hagan públicos sus derechos y obligaciones. En noveno, el derecho de que el interesado tenga acceso al expediente propio; y en décimo, dijo, “hay que hacer públicos los resultados de las evaluaciones internas y externas a las universidades”.