Año 6 • No. 265 • Mayo 7 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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Aseguró Mercedes Kremenetzky, de la Comisión Interamericana de Mujeres
La violencia no es distinta en México que en otros países: OEA

Dunia Salas Rivera

Haber considerado la violencia intrafamiliar un tema privado contribuyó a que muchas mujeres fueran víctimas de injusticias, dijo

Mercedes Kremenetzky, especialista principal de la Comisión Interamericana de Mujeres de la Organización de los Estados Americanos
El tema de la violencia no es distinto en México que en otros países; su ciclo es el mismo, y también es necesario un entrenamiento especial para los sectores de salud, justicia, educación, etc. México no es una excepción en el tema, aseguró Mercedes Kremenetzky, especialista principal de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) de la Organización de Estados Americanos (OEA).
En la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana (UV), donde ofreció la conferencia “Violencia basada en género: mecanismos interamericanos para erradicarla”, Kremenetzky aseguró que México es uno de los países que más ha demostrado voluntad para progresar en el tema: “Le dio apoyo económico al mecanismo, y si no hubiera sido por eso, éste prácticamente no estaría funcionando”.

La especialista señaló que anteriormente la violencia basada en género, sobre todo la intrafamiliar, era considerada un tema privado, que debía solucionarse dentro del hogar, lo que coadyuvó a que hubiera muchas injusticias.

“Gracias al esfuerzo de la CIM, que toma este tema como prioritario, se logra redactar lo que hoy se conoce como la Convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, aprobada por la asamblea general de la OEA en Belém do Pará, Brasil”, explicó.

Esta convención se aprobó en 1994 y entró en vigencia en 1995, explicó Kremenetzky, después de cinco años de esto se hizo una investigación, la cual demostró que los países no estaban realmente implementando la convención: “A raíz de esto empieza el proceso para crear este mecanismo de seguimiento de implementación de la Convención de Belém do Pará –que se conforma de los Estados más las expertas”.

En un ciclo de tres años, añadió, deciden los temas que van a analizar y se elabora un cuestionario, se envía a los gobiernos, éstos lo responden, se hace la evaluación, un informe hemisférico y se hacen recomendaciones a cada uno de los Estados con el fin de implementar, realmente, la convención en las áreas que fueron motivo de análisis o evaluación durante ese ciclo.

“Nosotros somos un foro hemisférico de creación de políticas, las cuales se aprueban por consenso en estos foros, entonces nuestras delegadas –que son nombradas por los gobiernos– las ejecutan. Como mecanismo, apoyamos esa ejecución en la medida en que necesiten nuestro apoyo técnico”, planteó la abogada.

Este foro, dijo, está creado para que esas políticas que los Estados nos piden a la CIM –que servimos en la práctica como foro– les demos la posibilidad a todos los mecanismos nacionales de la mujer de que se reúnan y que establezcan las prioridades.

Esto es, qué está pasando en el hemisferio, cómo tenemos que afrontar estos problemas y qué soluciones podemos dar en temas como la transversalización de géneros, los derechos humanos, el impacto del SIDA, la trata de mujeres y niños, violencia, y muchos más, y así la delegada vuelve a su país con una herramienta de trabajo.

Mercedes Kremenetzky destacó que la Convención de Belém do Pará es la única en el mundo, y que además define la violencia contra la mujer, no sólo a la que se da dentro del ámbito familiar sino también la que se da en la comunidad, que cause daño físico, sexual, psicológico o la muerte de la mujer.

“Esta definición da un punto de partida para que las legislaciones nacionales tomen referencia para tipificar como delito la violencia. Cuando los Estados la ratifican les crea el marco de las obligaciones y de lo que deben realizar para cumplir realmente los objetivos de la convención, es decir, establece un mecanismo de seguimiento”, enfatizó.

La especialista subrayó que la violencia se tiene que trabajar en los países como tema intersectorial: “Hay que educar para prevenir, para que las mujeres y los hombres conozcan sus derechos y sepan solucionar la violencia, que sepan que se puede evitar, y también revertir”.