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En
AL también importamos hábitos alimentarios: expertas
En Nutrición UV investigan, ayudan
a resolver problemas y se titulan
Gina Sotelo |
La
globalización ensancha la brecha entre alimentación
y nutrición, aseguran académicas |
Con
el propósito de vigilar, investigar y hacer propuestas acerca
del abasto de alimentos en familias de escasos recursos, la Facultad
de Nutrición de la Universidad Veracruzana (UV) llevará
a cabo el seminario de apoyo a la titulación “Seguridad
alimentaria y nutricional en el municipio de Xalapa”, coordinado
por María Magdalena Álvarez Ramírez y Marcela
Rosas.
Este seminario se antoja como muy oportuno, considerando que a través
de él los estudiantes no sólo tendrán la oportunidad
de titularse, sino de hacer investigación en Xalapa. Para inscribirse,
pueden acudir a la dirección de la Facultad de Nutrición,
con la coordinadora, o bien llamar al 8421700 extensión 16151.
Una vez determinados los objetivos, los estudiantes harán la
recolección de datos y realizarán las encuestas guiados
por los maestros, información que será ofrecida a la
Secretaría de Salud e instancias gubernamentales, quienes valorarán
el impacto de lo investigado para difundir de la información.
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Es
bien sabido que en México por tradición se designa
a la madre como la supervisora y poseedora de conocimientos de salud
dentro de la familia, quien tiene que velar por los suyos. En cuanto
a asistencia alimentaria, si a una madre le dan un litro de leche
–por citar un ejemplo– lo que hace es darle a toda la
familia el beneficio y no únicamente a quien más lo
necesita, en este caso, los niños en crecimiento.
También existen familias de escasos recursos, quienes con
su ingreso no alcanzan a satisfacer las necesidades, lo que polariza
una situación en la que hay quienes comen mucho o tienen
una dieta opulenta y quienes alcanzan a medio comer. |
María
Magdalena Álvarez Ramírez y Marcela Rosas, coordinadoras
del seminario
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De
ahí la importancia de la Seguridad Alimentaria y Nutricional
(SAN), proceso en el cual se asegura el abasto de alimentos de manera
continua, que estén presentes en calidad y cantidad en toda
la población.
En
la era del fast food: a grandes males, grandes remedios
Respecto de la situación en el municipio de Xalapa, María
Magdalena Álvarez y Marcela Rosas afirman que no estamos
frente a una problemática del municipio, sino que los hábitos
alimentarios y la situación nutricional es algo que traspasa
fronteras por ser un proceso implícito en la globalización.
“Las sociedades latinoamericanas también estamos importando
hábitos alimentarios. Aparecen en el mercado alimentos que
no eran propios de la localidad hace algún tiempo”.
En el seminario esto es lo que se quiere medir: cómo está
siendo el abasto de alimentos, si hay disponibilidad, si están
dentro del mercado, de la localidad, si la familia tienen un ingreso
que le permita acceder a este tipo de alimentos, si el consumo se
lleva o no se lleva a cabo, quién de los miembros decide
el tipo de alimentación.
“Porque incluso dentro de una misma familia la distribución
intrafamiliar del alimento es diferente. A lo mejor sí tienen
despensa, pero en lugar de darle la leche a los niños se
distribuye de manera pareja entre todos”.
Se medirá además la asistencia alimentaria, el consumo;
quiénes comen, qué comen y la utilización biológica;
si yo lo consumo qué tanto lo aprovecho: “En el caso
de un niño parasitado, aunque consuma su alimento si no está
desparasitado los nutrientes van a estar mermados a nivel biológico
por la cuestión de que está infectado de parásitos”.
Explican que comer mucho no es comer bien y que para lograr que
las familias elijan otras opciones de alimentación la educación
es fundamental: “Lo que se necesita es crear conciencia de
cuáles son los alimentos que favorecen el estado de salud
y cuales son perjudiciales”.
“Por
tres pesos más, papas y refresco grande”
Una hamburguesa con carne, tocino, mayonesa, queso americano, papas
fritas y refresco significa aproximadamente mil calorías
concentradas en poco volumen. La fácil distribución
de los alimentos industrializados, los llamados fast food no son
alimentos de calidad, aunque sí haya cantidad.
Ante el panorama, explican las académicas, de un fenómeno
de mercadeo por valor que ofrece al cliente más cantidad
por dinero: “El consumidor se va con esa idea y no hace un
proceso de concienciación de lo que está consumiendo.
Generalmente nosotros compramos esos combos, jumbos, megas, y lo
que hacemos es creer que salimos ganando y que tenemos que consumir
todo porque creemos que es una ganga”.
Este proceso de orientación alimentaria no se daba antes
porque no había disponibilidad de las comidas rápidas,
que son alimentos ricos en grasas, conservadores y sodio, y que
generalmente vienen ocultos en el alimento y provocan poca saciedad:
“Por eso nos interesa que las familias sepan cuáles
deben de consumir y el porqué se dispara el espectro epidemiológico
nutricional en obesidad y desnutrición. Y de ahí los
casos que en una misma familia convivan la desnutrición y
la obesidad”.
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