Año 6 • No. 269 • Junio 4 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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Nodos de bio-ciber-aprendizaje: red de
relaciones y campos de sentido
Rubén Hernández Ruiz
Universidad Veracruzana Virtual

Por bio-ciber-aprendizaje quiero decir que se aprende viviendo en la virtualidad, es una construcción que surge de Bio-aprendizaje, es decir, se aprende viviendo y se vive aprendiendo. Esto lo traslado a la Red a través del Ciber.

Gadotti y Romão (2005), indican que la educación comienza por un encuentro y que, como cualquier forma de educación, la que se da por medio de Internet supone relación, presencia, conectividad. Añaden que de nada vale contar con tecnología sin ideología, sin formación, sin método, sin cambio de paradigma: “una computadora conectada con el mundo, en sintonía con el corazón y la mente de los profesores y alumnos no será […] una tecnología más en la escuela”.

En Universo 268, consideramos al ciberespacio como una dimensión de encuentro, la llamamos Eco-virtualidad porque la Red es un nicho vital, un espacio ecológico donde se vive y aprende. En ese estar en proceso de vivir-aprender: Aprendencia, según Trocme-Fabre; encontramos relaciones y sentidos.

Descubrimos que todo está relacionado con todo, que en la interpretación constante de la vida se visualizan realidades distintas. Por ejemplo, Maturana y Varela visualizaron “entrelazamientos fecundos entre las redes neuronales, la tela de la vida y en general con las redes telemáticas” (Assmann, 2000).

Varela nos invita a considerarnos como estructuras internas y externas, biológicas y fenomenológicas, y a considerar la corporeidad de nuestra experiencia como nuestro verdadero contexto cognitivo, a esa acción encarnada que se sitúa en ese ambiente (experiencial y corporal) le llama Enacción. Se refiere al fenómeno de la interpretación, entendida como “un hacer-emerger de significación sobre […] la comprensión. La emergencia de las significaciones acontece a través de agenciamientos colectivos” (Assmann, 2005), o como afirma Paulo Freire, nos educamos siempre “en comunión”, en encuentro con uno mismo y con el otro.

Entonces, en nuestro proceder bio-cognitivo establecemos redes de relaciones e interligamos diversos saberes y sentires. Creamos territorios de vida, objetos, símbolos, conocimientos. Nuestra realidad humana es pluridimensional, presupone la multiplicidad y no la homogeneidad. Nuestros pensamientos y sentimientos han sido “expresados en diversas formas de vida cultural donde siempre estará presente una tensión entre estabilidad y evolución, entre fuerzas creadoras y reproductoras” (Souza).

La propuesta para darnos cuenta de esas relaciones y aprender en ellas es crear nodos virtuales de aprendizaje en red donde estén presentes los contextos, trasfondos, sentimientos y pensamientos, encontrados a través de preguntas como ¿qué ha pasado?, ¿qué he sentido?, ¿qué he pensado?, ¿qué he aprendido?, conjugadas en diversos tiempos gramaticales.

Un nodo es la unidad de sentido que une cognición y metacognición en un punto del sistema, pero al mismo tiempo conecta y relaciona a otros nodos siguiendo estructuras y patrones a veces determinados, azarosos o emergentes. La estructura son los elementos que se conectan y conforman el sistema Al reconocimiento de esos patrones de organización de vida y estructuras de la red, y a la regeneración continua para mantener su organización y equilibrio dinámico, Maturana y Varela le llaman Autopoiesis. El sistema de nodos se autorregula y autoproduce desde el propio sistema, basándose en la circularidad.

Por lo que el neologismo Bio-ciber-aprendizaje connota la enacción y epigénesis del desarrollo ontológico y biológico del ser a través de los aprendizajes de vida que emergen en la Eco-virtualidad.