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Nodos
de bio-ciber-aprendizaje: red de
relaciones y campos de sentido
Rubén
Hernández Ruiz
Universidad Veracruzana
Virtual |
Por
bio-ciber-aprendizaje quiero decir que se aprende viviendo en la virtualidad,
es una construcción que surge de Bio-aprendizaje, es decir,
se aprende viviendo y se vive aprendiendo. Esto lo traslado a la Red
a través del Ciber.
Gadotti y Romão (2005), indican que la educación comienza
por un encuentro y que, como cualquier forma de educación,
la que se da por medio de Internet supone relación, presencia,
conectividad. Añaden que de nada vale contar con tecnología
sin ideología, sin formación, sin método, sin
cambio de paradigma: “una computadora conectada con el mundo,
en sintonía con el corazón y la mente de los profesores
y alumnos no será […] una tecnología más
en la escuela”.
En Universo 268, consideramos al ciberespacio como una dimensión
de encuentro, la llamamos Eco-virtualidad porque la Red es un nicho
vital, un espacio ecológico donde se vive y aprende. En ese
estar en proceso de vivir-aprender: Aprendencia, según Trocme-Fabre;
encontramos relaciones y sentidos.
Descubrimos que todo está relacionado con todo, que en la interpretación
constante de la vida se visualizan realidades distintas. Por ejemplo,
Maturana y Varela visualizaron “entrelazamientos fecundos entre
las redes neuronales, la tela de la vida y en general con las redes
telemáticas” (Assmann, 2000).
Varela nos invita a considerarnos como estructuras internas y externas,
biológicas y fenomenológicas, y a considerar la corporeidad
de nuestra experiencia como nuestro verdadero contexto cognitivo,
a esa acción encarnada que se sitúa en ese ambiente
(experiencial y corporal) le llama Enacción. Se refiere al
fenómeno de la interpretación, entendida como “un
hacer-emerger de significación sobre […] la comprensión.
La emergencia de las significaciones acontece a través de agenciamientos
colectivos” (Assmann, 2005), o como afirma Paulo Freire, nos
educamos siempre “en comunión”, en encuentro con
uno mismo y con el otro.
Entonces, en nuestro proceder bio-cognitivo establecemos redes de
relaciones e interligamos diversos saberes y sentires. Creamos territorios
de vida, objetos, símbolos, conocimientos. Nuestra realidad
humana es pluridimensional, presupone la multiplicidad y no la homogeneidad.
Nuestros pensamientos y sentimientos han sido “expresados en
diversas formas de vida cultural donde siempre estará presente
una tensión entre estabilidad y evolución, entre fuerzas
creadoras y reproductoras” (Souza).
La propuesta para darnos cuenta de esas relaciones y aprender en ellas
es crear nodos virtuales de aprendizaje en red donde estén
presentes los contextos, trasfondos, sentimientos y pensamientos,
encontrados a través de preguntas como ¿qué ha
pasado?, ¿qué he sentido?, ¿qué he pensado?,
¿qué he aprendido?, conjugadas en diversos tiempos gramaticales.
Un nodo es la unidad de sentido que une cognición y metacognición
en un punto del sistema, pero al mismo tiempo conecta y relaciona
a otros nodos siguiendo estructuras y patrones a veces determinados,
azarosos o emergentes. La estructura son los elementos que se conectan
y conforman el sistema Al reconocimiento de esos patrones de organización
de vida y estructuras de la red, y a la regeneración continua
para mantener su organización y equilibrio dinámico,
Maturana y Varela le llaman Autopoiesis. El sistema de nodos se autorregula
y autoproduce desde el propio sistema, basándose en la circularidad.
Por lo que el neologismo Bio-ciber-aprendizaje connota la enacción
y epigénesis del desarrollo ontológico y biológico
del ser a través de los aprendizajes de vida que emergen en
la Eco-virtualidad. |
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