Con
el antecedente de que las hojas y tallos de la subespecie de magnolia
conocida como dealbata presentan poca presencia de ataques por insectos
herbívoros, investigadores del Laboratorio de Biotecnología
Aplicada (Labioteca) de la Universidad Veracruzana (UV), estudian
las posibles propiedades insecticidas de esta planta.
Mediante un proyecto apoyado por los Fondos Mixtos del Consejo Nacional
de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Consejo Veracruzano
de Ciencia y Tecnología (Covecyt), los investigadores, encabezados
por Norma Flores Estévez, realizan estudios genéticos
y químicos para determinar de qué compuesto se trata
y sus posibles usos en la agricultura. |
La
investigadora Norma Flores Estévez, del Laboratorio de Biotecnología
Aplicada (Labioteca) de la UV |
“El
que los tallo y hojas de esta subespecie no sean atacados por los
insectos, sugiere la presencia de metabolitos secundarios que funcionan
como insecticidas, al igual que en otras especies congéneres
que ya han sido estudiadas. Uno de los propósitos de la biotecnología
es plantear soluciones a los problemas de baja producción y
pérdidas de los cultivos, provocadas por factores abióticos
y bióticos del campo”, sostuvo Flores Estévez.
La investigadora dijo que una parte importante del proceso de investigación,
consiste en encontrar las rutas genéticas que producen ese
compuesto dentro de las plantas; es decir, la planta produce una sustancia
mediante unos genes que producen cierta proteína que son las
que fabrican el compuesto dentro
de la planta.
“Sería ideal encontrar los genes para que pudieran ser
patentados o utilizados para hacer una producción mayor, seleccionar
algunos individuos que produzcan mayor cantidad de ese compuesto en
específico y favorecer las condiciones para que la especie
sea cultivada (ya que actualmente no se cultiva y se encuentra en
peligro de extinción)”, aseguró.
El proyecto incluye trabajo de campo, para colectar muestras de hojas,
de flores y de corteza, para hacerles estudios y determinar en qué
parte de la planta se encuentra el compuesto en mayor cantidad. Y
una vez con el compuesto separado, se estandariza un proceso de purificación,
se analiza cuáles son los porcentajes en los cuales se puede
utilizar para que sea efectivo y no produzca daños a las plantas;
y la manera en que se debe usar (por ejemplo, podría no sea
útil para las plantas, pero sí para evitar que los frutos
ya cosechados sean atacados por los insectos).
“La población de plantas con las que estamos trabajando
se encuentra en Coyopolan, pero tengo entendido que hay otras poblaciones
en la sierra de Zongolica. La especie es característica de
bosque mesófilo de montaña, muy común en Veracruz,
por lo que podría haber muchas otras poblaciones en la entidad”.
Una vez que se tenga el compuesto separada, se realizarán pruebas
en laboratorio con insectos (principalmente con la llamada mosca de
la fruta) para determinar su eficacia en el combate
de los insectos que atacan a plantas y frutos. Las
magnolias
En América y principalmente Asia, muchas especies del género
magnolia han sido usadas como ornamentales, por su madera y en la
medicina tradicional éstas sobresalen, por sus propiedades
como anticancerígenos extensamente probados, de ellas se
han desarrollado productos como el honokiol y el magnonoliol. Muchos
otros componentes han mostrado un amplio rango de actividades biológicas,
ya sea como agentes antifúngicos, antimicrobianos e insecticidas.
“La familia de las magnolias evolucionó hace mucho
tiempo (incluso antes de que aparecieran las abejas y los insectos
que polinizan, por lo que sus flores están preparadas para
ser polinizadas por organismos más grandes, como los escarabajos,
e incluso los monos), y fueron de las primeras plantas con flores
en el planeta”, sostuvo la investigadora.
En México se encuentran siete especies y dos subespecies
del género magnolia, dentro de las cuales la grandiflora,
la iltisiana y la schiedeana, están consideradas como amenazadas
y la dealbata esta clasificada como una especie en peligro de extinción,
tanto para la norma mexicana Nom-Ecol-059-94, como para la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN,
por sus siglas en inglés).
El
equipo de investigación
La investigación será llevada a cabo por Juan Carlos
Noa (quien se encargará de separar el compuesto); Francisco
Fleischer (que se encargará de evaluar los efectos de la
sustancia mediante experimentos con insectos como la mosca de la
fruta); Norma Flores Estévez (que realizará el análisis
de filogenia y de diversidad genética, estudios encaminados
a determinar cuál es el compuesto, de qué manera lo
podemos aislar y cómo se podría utilizar); y dos estudiantes
(que se encargarán de hacer las primeras pruebas con las
moscas, haciendo los primeros extractos para saber en qué
parte de la planta y en qué concentración se encuentra
el compuesto; y otro más está haciendo las extracciones
de ADN para los estudios de filogenia y de diversidad genética. |