Sontecomapan,
Ver.- La tala clandestina, la caza y la expansión
agrícola y ganadera siguen amenazando a las más de 400
hectáreas de manglares de la laguna de Sontecomapan, en la
región de Los Tuxtlas, que custodia la Universidad Veracruzana
(UV) desde 2000, aseguró Domingo Canales, director del Área
Biológico Agropecuaria de la institución. |
Pese a que este ecosistema es uno de los más biodiversos de
México –y quizá de los menos afectados–,
su población de manglares y otras especies vegetales y animales
ha disminuido, principalmente por la falta de vigilancia y control
de las instancias correspondientes, señaló el investigador.
Para Juan Martín Quinto, uno de los pescadores de la zona,
la extracción de madera ha afectado también la abundancia
de recursos: “Antes talaban para construir bodegas de las tabacaleras,
ahora sólo para vivienda, pero como cada día hay más
desmonte también hay menos peces”.
El pescador aseguró que antes, en la laguna que está
rodeada por mangle rojo, negro y blanco, era común encontrar
bobo, trucha, comeconcha e incluso sábalo, pero la pesca ahora
se ha restringido a la lisa, lebrancha, mojarra, chucumite, robalo
y camarón, y sólo en determinadas temporadas.
Añadió que ante la ausencia de vigilancia en la zona,
el problema se agrava: “Sí hemos visto gente talando
y sacando madera, pero no tenemos a quien contarle o a quien recurrir”.
Domingo Canales agrega: “Los inspectores de Procuraduría
Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) son insuficientes
para cuidar toda la zona”.
Para enfrentar esas amenazas y la falta de conciencia ecológica
de la población, la UV publicará este año el
Plan de Manejo del sitio, que entre las propuestas específicas
para su protección contempla que se ejerza una vigilancia permanente,
ordenada y sistemática de las instancias estatales y federales
correspondientes.
Investigación
Desde que la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales
(Semarnat) concesionó a la UV el manglar de Sontecomapan,
en 2000, la casa de estudios ha realizado trabajos de investigación
en torno a la vegetación, población animal, hábitos
de pesca de pobladores, tipos de explotación más convenientes
para el lugar y reforestación.
Esto, con el apoyo de estudiantes de la Facultad Ingeniería
en Sistemas de Producción Agropecuaria (FISPA) de Acayucan
y del Instituto de Neuroetología, en Xalapa, actividades
que se han realizado bajo la dirección de Gustavo Carmona,
responsable de este sitio reconocido incluso por la Convención
de Ramsar como un humedal de importancia internacional.
Canales agregó que éste es uno de los ecosistemas
más vulnerables y, al mismo tiempo, más valiosos del
planeta, pues da protección y asilo a muchas especies marinas
que desovan en él, son paradores de descanso de aves migratorias,
resguardan gran cantidad de anfibios, reptiles y mamíferos,
y son fuente de sobrevivencia para la gran mayoría de los
pobladores locales que viven de la pesca. |