Año 7 • No. 273 • julio 2 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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Un adicto nunca deja de depender
de la droga: especialista
Juan Carlos Plata
Consumo compulsivo de la sustancia, pérdida del control sobre la cantidad y el contexto del consumo y reducción en el repertorio conductual del individuo, algunos síntomas del adicto: Marta Miquel Salgado Araujo
De acuerdo con estudios de Neurobiología y de Psicobiología, en los que se estableció que a pesar de que los adictos pueden alejarse de las drogas por algún tiempo, la mayoría de ellos regresan al consumo; las adicciones son enfermedades crónicas y estados muy restringidos bastante alejados del consumo ocasional o uso social de drogas, aseguró Marta Miquel Salgado Araujo, investigadora de la Universidad Jaume I de Castellón, España, durante su participación en la II Jornada de Neurociencias, organizada por el Instituto de Neuroetología de la Universidad Veracruzana (UV).

“La adicción es un fenómeno restringido porque es una enfermedad crónica; el uso de drogas no es una enfermedad, quien usa drogas no está enfermo, quien usa drogas no es un adicto”, sostuvo la investigadora.

El drogadicto, explicó Salgado Araujo, es un enfermo que tiene una sintomatología: consumo compulsivo de la sustancia, no se produce con fines recreativos, sino que es activada automáticamente cada vez que los estímulos condicionados aparecen en el entorno; pérdida del control sobre la cantidad y el contexto del consumo, el individuo no es capaz de tener una conducta flexible, los que usan drogas con fines recreativos contextualizan el uso a ciertas situaciones, los adictos consumen a pesar de que saben que su ejecución en el trabajo o en el entorno social se dañará; es un trastorno crónico, aunque los adictos intenten dejar las drogas la mayoría de ellos va a volver a consumirlas; reducción en el repertorio conductual del individuo, la mayoría del día están dedicados a buscar y consumir la droga.
“El consumo de drogas es un acto voluntario, que tiene por objetivo conseguir algún cambio en el estado fisiológico y la experiencia subjetiva. Para eso usamos drogas, a esto los psicólogos le llaman recompensa, y este mismo proceso se da cuando tenemos hambre y comemos, o cuando tenemos sed y bebemos”, dijo la investigadora.
Salgado Araujo dijo que en un estudio realizado en España, 88 por ciento de las personas consultadas consumen o han consumido alcohol, pero sólo cinco por ciento cumple los criterios de bebedor de riesgo que le pueden llevar a ser un alcohólico; en el caso de cocaína, los números son muy parecidos, menos de uno por ciento entra en la categoría de adicto.

“La adicción es un fenómeno restringido, que no ocurre necesariamente por consumir drogas y que necesitamos ser muy rigurosos a la hora de diagnosticar para poder estudiar las bases neurales y procesos cerebrales que llevan a esta conducta”, aseguró.

Dijo que a pesar de que las diferentes drogas adictivas tienen una construcción molecular diferente, todas producen alteraciones muy parecidas en la conducta debido a que se instalan en las mismas zonas del cerebro, que desencadenan estos cambios conductuales.

“Uno de los primeros criterios de adicción que se usó y que se usa en los laboratorios, al margen de los cambios neurobiológicos o los cambios cerebrales, es cuando un animal realiza un trabajo específico para administrarse la droga”, dijo la investigadora.

Salgado Araujo dijo que las drogas usurpan el circuito neural de la motivación o del aprendizaje instrumental en el cerebro, y no sólo eso sino que compiten con ellos; aseguró que uno de los desafíos futuros de la ciencia es entender los mecanismos de competencia entre drogas y los sistemas neuronales del cerebro.