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Con
más de mil retratos
Los Quintos invaden
las calles de Guanajuato
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Los
Quintos, un colectivo de arte conformado por estudiantes de la Facultad
de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana (UV), llenaron
literalmente las plazas, calles, monumentos, fuentes y edificios de
la ciudad de Guanajuato con más de mil retratos que improvisaron,
tanto de los guanajuatenses que fueron testigo del talento de estos
jóvenes veracruzanos como de un recorrido que hicieron en cinco
facultades de la UV, en Xalapa. |
La
separación genérica le dio un toque de singularidad
muy propia al Callejón del Beso
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En
el marco del coloquio de filosofía “Los Horizontes
de la Trasgresión”, celebrado en la Universidad Autónoma
de Guanajuato, los artistas aprovecharon la afluencia de visitantes
a la Alhóndiga de Granaditas donde hicieron que los más
de 800 turistas en la parte frontal del edificio encarnaran a los
retratados de fechas anteriores, gente de un lugar desconocido para
ellos, de otra edad, con otros gestos, totalmente descontextualizados.
Robie Espinoza, Amado Flores, Arturo Tempa, Gerardo Guerrero, Edgarissel
Flores y Ericka Monge le dieron a Guanajuato otra dimensión.
Y es que el mundo cambia continuamente, lo de ayer ya no es lo de
hoy.
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“De
todo aquello que conservamos, utilizamos ahora el registro para traerlo
de vuelta, el mismo registro que queda en las calles de gente que
vivió ahí, que viven a través de otros, justo
como lo hacen los retratos en manos de otros, por un momento tuvieron
vida y participación en un ‘acto’ que ocurre todos
los días, en todas partes. ‘Somos bosquejos de otros’,
con borrones, con frases que muchas veces ni conocemos”, dicen.
Para Robie, todos vivimos en un tiempo y un espacio determinados,
los sitios históricos exaltan acontecimientos de épocas
pasadas, de vidas pasadas, de individuos y rostros que por vida y
obra legaron en creación e historia el mundo cultural al que
pertenecemos muchas veces sin darnos cuenta de ello.
O como dice Amado: “Guanajuato, magistral obra de arte que nos
acogió en sus entrañas para homenajear sus más
íntimos secretos, secretos que bajo sus piedras tiene guardados
con furiosos celos, celos que matan, celos que duelen, de felicidad
al correr del tiempo, con ansias de ser testigos de su redescubrimiento”.
La Plazuela de San Fernando, el Callejón del Beso, la Plaza
de los Ángeles, la Alhóndiga de Granaditas, los Túneles
de los Ángeles, todos sitios históricos que mostraron
una nueva fachada: la del artista.
La experiencia, para Arturo Tempa, es un factor fundamental en el
desarrollo del ser humano, mientras más experiencias se tengan,
las posibilidades se multiplican y en una profesión como ésta
se vuelve imprescindible.
“En una sociedad basada en las especializaciones se crean callejones
desconectados unos de otros, este proyecto pretende, entre otras cosas,
crear vínculos. No importa que yo sea estudiante de Derecho,
Administración, taxista o bolero de zapatos, puedo apreciar
el arte y viceversa, aunque respetando ese libre albedrío del
que mucho se habla pero poco se aplica”, dijo.
“El abrazo completo” fue una instalación en la
fuente de la Plaza de los Ángeles de Guanajuato, consiste en
una fila de retratos rodeando a la fuente, representa la unión
simbólica en comunión con la fuente de agua. “El
arco sonrisa” se llevó a cabo en la Plazuela de San Fernando,
consiste en una fila de retratos que cierra el oval del Arco en una
suerte de arco invertido que juega con la dinámica arquitectónica
propia de este tipo de monumentos.
En el Callejón del Beso se aprovechó la afluencia casual
de un grupo de visitantes. Las mujeres de un lado y los hombres de
otro. La separación genérica le dio un toque de singularidad
muy propia de este callejón.
En la Alhóndiga de Granaditas se realizaron dos instalaciones:
“La línea”, que consistió en una hilera
de retratos pegada en la parte frontal del edificio. Y “Los
Caídos”, una remembranza de quienes cayeron en batalla,
en la acera de un costado del edificio donde se “tiraron”
los retratos de gente que ya no está pero que a través
de las imágenes por un instante se vistió de rostros.
En los Túneles de los Ángeles, Los Quintos improvisaron
unos tendederos de retratos en memoria de los ausentes que viven en
la historia de los túneles: “La idea era exaltar el sentido
religioso de un sitio que aparentemente no lo es. En vez de velas
fueron faroles de coches los que iluminaron el vaivén de los
que por obra siguen ahí”, explicó Robie.
Por otra parte, Amado comentó que los “Garrafones”
de Guanajuato fue de lo más improvisado que tuvieron: “Le
pusimos rostro a cada garrafón, unos llenos, otros vacíos,
otros por vaciarse, unos cerrados, otros abiertos en un conjunto que
recordaba a la foto de generación, donde todos se acomodan
antes de regresar al trajín del cotidiano”. |
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