Casi
un centenar de universitarios, entre estudiantes y académicos,
conformaron un amplio frente para realizar el diagnóstico
médico de mil 589 habitantes de las comunidades Xocotla,
Tenixtepec y Cuiyachapa del municipio de Coscomatepec, el saneamiento
básico de lugares de almacenaje de agua y la promoción
de actividad física para evitar que niños se droguen
y que adultos disminuyan el consumo de alcohol.
Gracias a la disposición, interés y trabajo de los
universitarios, las tres comunidades del municipio de Coscomatepec
ahora tienen mejores condiciones de salud en comparación
con años anteriores en que ocurrían decesos por no
contar con un apoyo en esta materia.
Ante la necesidad de revertir las muertes que sucedieron a causa
de enfermedades relacionadas con la falta de higiene y medidas preventivas
en ese municipio, específicamente en Xocotla –el año
pasado nueve personas murieron por rotavirus–, el Gobierno
del Estado invitó a los miembros de la Universidad Veracruzana
(UV) para desarrollar proyectos enfocados a mejorar la salud y calidad
de vida de aquella comunidad.
Mediante la intervención del entonces vicerrector del campus
Veracruz-Boca del Río Emilio Zilli Debernardi, acudieron
al llamado miembros de las facultades de Bioanálisis, Odontología,
Educación Física y el Centro de Estudios y Servicios
de Salud (CESS).
El trabajo de vinculación social inició con el programa
“Intervención universitaria por la salud” en
la comunidad de Xocotla, donde se habían registrado los decesos.
De acuerdo con uno de los coordinadores, José Manuel Hurtado
Capetillo, se visitó la zona que está a dos mil metros
del nivel del mar y está integrada por 20 manzanas dispersas.
Con la primera visita también encontraron que los centros
de salud del lugar no pudieron detectar a tiempo y controlar la
aparición de enfermedades mortales como el rotavirus. Por
ello, el equipo realizó un diagnóstico inicial que
permitió encontrar tres problemas prioritarios: serias enfermedades
diarreicas, mortalidad infantil y mortalidad materna. Con base en
esta información se propuso un programa de saneamiento básico
y diagnóstico de salud de todos los habitantes de la zona.
El programa de intervención por la salud también involucró
el trabajo con niños, mujeres embarazadas y adultos mayores
de las tres comunidades. Se les hicieron estudios de laboratorio,
se les ofrecieron servicios de odontología y enfermería,
y se les invitó a realizar actividades físicas.
El MEIF, más allá del aula
La oportunidad de trabajar en el municipio de Coscomatepec permitió
a tres académicos integrar algunas ideas de trabajo con la
comunidad que se tenían previamente. Uno de ellos fue José
Hurtado, quien explicó que los alumnos de las experiencias
educativas Proyectos de investigación y Experiencia recepcional
se integraron al programa y cuyo resultado fue la creación
de 23 proyectos de investigación.
Informó que el total de alumnos participantes fue de 50 de
Bioanálisis y 60 de Odontología. Todos tuvieron la
oportunidad de participar en, por lo menos, un proyecto de investigación,
desarrollarlo como un trabajo recepcional y cumplir con su servicio
social. Estas acciones pudieron coordinarse y trascender en un incremento
de los índices de titulación gracias a la estructura
del Modelo Educativo Integral y Flexible (MEIF).
María del Refugio Salas Ortega, directora de la Facultad
de Bioanálisis, reconoció que es difícil romper
con un esquema tradicional de enseñanza para trasladarlo
a un esquema real porque implica más tiempo del académico
y actividades extra aula. Sin embargo, en la Facultad ha encontrado
respuestas satisfactorias en un grupo de académicos, quienes
trabajan con el MEIF e impactan los indicadores institucionales.
El beneficio para el estudiante al participar en este tipo de programas
como el desarrollado en Coscomatepec, explicó, es que confronta
sus conocimientos en un contexto real, acelera su titulación,
contribuye a reducir los índices de reprobación y
obtiene más experiencias que le ayudan a competir por un
lugar en el campo laboral y en los posgrados.
Éste es el caso de un estudiante de Bioanálisis, que
fue uno de los cinco seleccionados para cursar un posgrado en Biomedicina
en la Universidad Autónoma Metropolitana. Por su experiencia
y trabajo en el programa de intervención, los investigadores
que lo entrevistaron consideraron que tiene todo lo necesario para
cursar con éxito el posgrado y conocimientos superiores para
compartirlos.
La colaboración de estudiantes, pero sobre todo de académicos,
es lo que cuenta para que sea exitosa esta experiencia de vinculación
social. El estudiante tiene las facilidades para desarrollar y concluir
su trabajo recepcional, el académico obtiene una constancia
para el programa de desempeño académico, y la comunidad
se beneficia con el servicio que proporcionan los universitarios.
Así, todos ganan.
Para ampliar la información sobre la importancia del MEIF
en el éxito de este programa, la secretaria académica
de la Facultad, Martha Lilia León Noris, dijo que el modelo
contempla el perfil de egreso de los jóvenes con características
acordes a las competencias que puede tener el profesionista, por
lo que se consideró un acierto trabajar con las comunidades
marginadas.
Detalló que no sólo participaron jóvenes de
los últimos periodos, también estuvieron presentes
los de reciente ingreso, ya que la finalidad era generar conocimiento
y compartirlo con la sociedad. Además de desarrollar proyectos
de investigación útiles para los habitantes de las
comunidades, comentó, los resultados han sido expuestos en
congresos nacionales e internacionales, como en el caso del presidente
municipal de Coscomatepec que llevó la información
a un congreso efectuado en Nicaragua.
Por la UV, Briseel Guadalupe Garcés Domínguez participó
en el Congreso Nacional de Química Clínica que organiza
cada año la Federación Nacional de Colegios de la
Química Clínica. Entre un centenar de ponencias de
reconocidos investigadores, académicos y profesionales, fue
elegida la suya por la trascendencia del trabajo realizado en las
comunidades.
En entrevista, Briseel Garcés expresó que en el programa
de intervención encontró una gran oportunidad para
apoyar a la gente con sus conocimientos, al mismo tiempo que concluyó
su carrera. Destacó que el MEIF sí es un buen modelo,
pero es el estudiante quien debe tener mucho valor, ética,
entereza y empeño para que las cosas sean como él
quiere.
Llamó a otros universitarios a que se involucren en estos
programas porque no se aprende ni se conoce lo mismo que cuando
se quedan en el aula. “Ahí no se aprende qué
hacer cuando los niños patalean y gritan o cuando un adulto
se desmaya al momento de tomar muestras. Tú tienes que tomar
las decisiones para que el paciente obtenga lo que necesita”.
Los resultados
Para dar a conocer los resultados de un intenso trabajo de un año
y que todavía continúa, una comisión representativa
de los participantes en el programa realizó una presentación
al rector, Raúl Arias Lovillo, y a integrantes de la administración
universitaria.
José Hurtado informó que participaron dos directores
de facultades, dos secretarias académicas, seis profesores
de tiempo completo, un investigador de tiempo completo, una coordinadora
de Odontología, cuatro técnicos académicos,
dos enfermeras, un médico, y, desde luego, los estudiantes.
El equipo determinó que la aparición del rotavirus
se relacionó con el agua, por lo que se hicieron pruebas
físicas, químicas y microbiológicas. El 46
por ciento de las muestras tomadas en los nacimientos, tomas y lugares
donde se almacena el vital líquido, reveló que está
contaminado con las bacterias escherichia coli, proteus, salmonella
y klepsiella.
A las mujeres embarazadas (348), niños (859) y adultos mayores
(382) se realizaron estudios como biometría hemática,
química sanguínea, examen general de orina, coproparasitoscópicos,
exudados vaginales, urocultivos y baciloscopías. En el caso
de las mujeres de Xocotla los resultados de los estudios determinaron
la aparición de un alto porcentaje de anemia, seguido por
hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia; los exudados vaginales
mostraron microorganismos patológicos y bacterias.
Los resultados se reportaron al DIF y al ayuntamiento para trasladar
a las mujeres a clínicas y someterse a un tratamiento, con
lo cual se redujo considerablemente el número de muertes.
Cabe destacar que el promedio de hijos por familia es de ocho y
llega hasta 16, lo que indica toda una vida fértil, por lo
cual debía ser atendida la salud de las mujeres.
Altos porcentajes de colesterol y triglicéridos también
se encontraron en niños de uno a 12 años, además
de ácido úrico, anemia y glucosa alterada; asimismo,
los exámenes de sangre mostraron la presencia de más
de dos parásitos en 70 por ciento de los niños de
Xocotla y la mitad indican contacto agudo con salmonella.
En este caso también se trabajó con miembros de la
Facultad de Educación Física, quienes integraron a
los niños a actividades que les diera una alternativa, sobre
todo a los de cuatro y cinco años que se drogan al inhalar
barniz de uñas, comentó el académico. La actividad
física también estuvo presente en los adultos mayores,
con la finalidad de ocupar su tiempo, fomentar la convivencia y
disminuir la presencia del alcoholismo.
A los adultos mayores de Xocotla se les detectaron alteraciones
de glucosa que en algunos casos se relacionaron con diabetes. Aunque
en menor porcentaje, se encontraron índices de anemia, colesterol,
triglicéridos, alteraciones hepáticas y prostáticas.
Los resultados de la revisión odontológica para los
tres casos fueron similares. Se encontró que 100 por ciento
de los niños y mujeres embarazadas y 95 por ciento de adultos
mayores tienen placa dentobacteriana. Todas las mujeres tienen sarro
y 91 por ciento gingivitis. El 97 por ciento de los niños
tienen caries y 78 por ciento sarro. De la revisión realizada
a adultos se encontró que todos tienen caries y sarro y 90
por ciento de la población de Xocotla sufre de pérdidas
de piezas dentales. Los resultados de las revisiones de los habitantes
de Tenixtepec y Cuiyachapa fueron similares.
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