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Escultura
de Rafael Villar
enriquece el paisaje xalapeño
Gina Sotelo
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Logrando
embellecer de forma artística el paisaje urbano, la escultura
Cinco cerros de Rafael Villar es un ejemplo perfecto de la geometría
formal del minimalismo. Es, a todas luces, una pieza universal que
proyecta despojamiento de toda forma orgánica, su tendencia
apuesta a lo conceptual logrando encajar con gracia en el contexto
arquitectónico, un espacio natural rodeado de vegetación
que la circunda.
El escultor veracruzano es el responsable de la obra monumental Cinco
cerros que se encuentra en el cruce de Circuito Presidentes con la
carretera nueva hacia Coatepec, a un costado del Museo del Transporte.
Cinco cerros es una forma abstracta realizada en hierro; en ella,
la ingeniería y la estética van de la mano. La riqueza
y creatividad del artista tlacotalpeño concibió ahora
una expresión libre de ataduras y alejada de la escuela mexicana
tradicional. “Es un proyecto de varios años que se realizó
gracias al apoyo de Ricardo Ahued, quien en todo momento apostó
por un concepto de escultura contemporánea”, expresa
el escultor. |
Sus
dimensiones son de diez metros de altura por cuatro y medio de ancho,
pintada de amarillo, y aunque Villar es el autor del diseño,
se conjuntó un equipo de profesionales para erigir el monumento
a la modernidad, entre ellos el ingeniero Arturo Ugalde y el arquitecto
Guillermo Ávila Devezze, director de Obras Públicas.
Una vez más, Villar experimenta con los estilos, deja de lado
las formas orgánicas y se sumerge de lleno en el geometrismo;
sin embargo, no olvida sus raíces pues reconoce que en nuestra
cultura prehispánica hay mucho de formas geométricas:
“Y yo soy el bagaje de toda esa influencia que acepto con mucho
gusto y humildad”. |
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“Xalapa
se merece otra imagen. La ciudad ha crecido y su lenguaje visual tiene
que evolucionar. Nunca serán suficientes las calles que se
pavimenten o los drenajes que se construyan, la obra pública
es muy importante, pero también la ciudad necesita cubrir necesidades
espirituales y el arte es la vía ideal para lograr este fin”,
expresa Villar.
Para finalizar, el escultor menciona que hacer una banqueta o un alcantarillado
es importante, pero una escultura le da una visión diferente
al paisaje: “La imagen también es importante, es muy
importante vivir en un entrono que nos dé cierta alegría,
no nada más las necesidades físicas que hay que cubrir
sino las espirituales”. |
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