Año 7 • No. 278 • Agosto 27 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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Escultura de Rafael Villar
enriquece el paisaje xalapeño
Gina Sotelo

Logrando embellecer de forma artística el paisaje urbano, la escultura Cinco cerros de Rafael Villar es un ejemplo perfecto de la geometría formal del minimalismo. Es, a todas luces, una pieza universal que proyecta despojamiento de toda forma orgánica, su tendencia apuesta a lo conceptual logrando encajar con gracia en el contexto arquitectónico, un espacio natural rodeado de vegetación que la circunda.

El escultor veracruzano es el responsable de la obra monumental Cinco cerros que se encuentra en el cruce de Circuito Presidentes con la carretera nueva hacia Coatepec, a un costado del Museo del Transporte.

Cinco cerros es una forma abstracta realizada en hierro; en ella, la ingeniería y la estética van de la mano. La riqueza y creatividad del artista tlacotalpeño concibió ahora una expresión libre de ataduras y alejada de la escuela mexicana tradicional. “Es un proyecto de varios años que se realizó gracias al apoyo de Ricardo Ahued, quien en todo momento apostó por un concepto de escultura contemporánea”, expresa el escultor.
Sus dimensiones son de diez metros de altura por cuatro y medio de ancho, pintada de amarillo, y aunque Villar es el autor del diseño, se conjuntó un equipo de profesionales para erigir el monumento a la modernidad, entre ellos el ingeniero Arturo Ugalde y el arquitecto Guillermo Ávila Devezze, director de Obras Públicas.

Una vez más, Villar experimenta con los estilos, deja de lado las formas orgánicas y se sumerge de lleno en el geometrismo; sin embargo, no olvida sus raíces pues reconoce que en nuestra cultura prehispánica hay mucho de formas geométricas: “Y yo soy el bagaje de toda esa influencia que acepto con mucho gusto y humildad”.
“Xalapa se merece otra imagen. La ciudad ha crecido y su lenguaje visual tiene que evolucionar. Nunca serán suficientes las calles que se pavimenten o los drenajes que se construyan, la obra pública es muy importante, pero también la ciudad necesita cubrir necesidades espirituales y el arte es la vía ideal para lograr este fin”, expresa Villar.

Para finalizar, el escultor menciona que hacer una banqueta o un alcantarillado es importante, pero una escultura le da una visión diferente al paisaje: “La imagen también es importante, es muy importante vivir en un entrono que nos dé cierta alegría, no nada más las necesidades físicas que hay que cubrir sino las espirituales”.