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Propone
egresada de Pedagogía UV
Deben maestros atender más emociones
que conocimientos de sus alumnos |
Inteligente
no es el que sabe más, sino el que mejor maneja sus emociones:
Leticia Oliveros |
En
las aulas no sólo debe ser tomado en cuenta el coeficiente
intelectual y la cantidad de conocimientos que el individuo puede
aprender, sino también esa parte tan importante y fundamental
de las personas que son las emociones, puesto que éstas se
encuentran siempre detrás de las acciones y el pensamiento
de la gente, aseguró María Leticia Oliveros Alarcón,
egresada de la Facultad de Pedagogía de la Universidad Veracruzana
(UV).
En su tesina “Inteligencia emocional. Una opción para
promover la educación integral”, con la que se tituló
de la carrera, la pedagoga agrupa información documental acerca
de dos perspectivas sobre la inteligencia: la tradicional, entendida
como resultante del coeficiente intelectual; y la inteligencia emocional,
basada en el conocimiento de las emociones. |
María
Leticia Oliveros Alarcón, egresada de la Facultad de Pedagogía
de la UV, dijo que los padres de familia deben desarrollar en
sus hijos la inteligencia emocional
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“Anteriormente,
la inteligencia se concebía desde la perspectiva de la psicometría,
es decir, inteligencia es igual a coeficiente intelectual según
la escala de los resultados del test”, explicó Oliveros
Alarcón.
Agregó que fue apenas hace unos años que estos paradigmas
de apreciación se modificaron: “Los cambios en esa manera
de concebir la inteligencia se dieron gracias a los teóricos
Robert Sternberg y Howard Gardner en la década de los 90, quienes
empezaron a basarse en el conocimiento de las emociones”.
De ahí, continuó, Peter Salowey y John Mayer englobaron
la llamada inteligencia inter e intrapersonal de Gardner, y la llamaron
inteligencia emocional. Posteriormente, explicó, el psicólogo
Daniel Goleman escribe un libro sobre inteligencia emocional en 1995y
lo populariza ampliamente. |
La propuesta de María Leticia Oliveros es que se aplique en
todos los niveles de educación: “Si se atiende a esto
los beneficios serían muchos, como tener un mayor conocimiento
de sí mismo, de lo que se siente, de lo que experimenta cada
quien para que al actuar se guíen mediante las propias emociones
y sentimientos. Esto también mejora el autocontrol de las emociones,
nos ayuda a tener empatía y a mejorar la relación entre
las personas”.
Pero esta inteligencia emocional, dijo, es algo que se debe desarrollar,
en principio, desde la familia “porque es con quienes más
convive el niño; los padres de familia se deben informar de
cómo desarrollar en sus hijos la inteligencia emocional y cómo
lograr en ellos la seguridad emocional y psicológica que les
pueda brindar un hogar”.
En segundo lugar, están los maestros: “Ellos deben capacitarse
e informarse sobre este tema y tendrían mejores alumnos. Ya
cuando uno llega a los 18 años, la responsabilidad es propia,
uno debe comprometerse a aprender qué cosas nos pueden mejorar
a nosotros mismos y a la sociedad”.
Y es que, el hecho de que alguien tenga un coeficiente intelectual
elevado no significa que vaya a tener éxito en su vida, ni
en el campo laboral. Leticia Oliveros dijo que para lograr estos éxitos
se necesita también de las buenas relaciones entre las personas
y de la satisfacción que el individuo tenga de sí mismo.
Citó como ejemplos algunos casos que en sus libros Daniel Goleman
menciona, ejemplos de personas que son muy brillantes en cuanto a
coeficiente intelectual, pero debido a que les ha faltado ese desarrollo
de habilidades en la inteligencia emocional han fracasado en sus vidas.
“La doctora Jean Sigal cuenta que había un chico muy
brillante, que era la envidia de todas las madres porque llevaba muy
buenas calificaciones, pero al carecer de inteligencia emocional terminó
reparando tostadores”, comentó. |
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