Año 7 • No. 278 • Agosto 27 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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  Propone egresada de Pedagogía UV
Deben maestros atender más emociones
que conocimientos de sus alumnos
Inteligente no es el que sabe más, sino el que mejor maneja sus emociones: Leticia Oliveros
En las aulas no sólo debe ser tomado en cuenta el coeficiente intelectual y la cantidad de conocimientos que el individuo puede aprender, sino también esa parte tan importante y fundamental de las personas que son las emociones, puesto que éstas se encuentran siempre detrás de las acciones y el pensamiento de la gente, aseguró María Leticia Oliveros Alarcón, egresada de la Facultad de Pedagogía de la Universidad Veracruzana (UV).

En su tesina “Inteligencia emocional. Una opción para promover la educación integral”, con la que se tituló de la carrera, la pedagoga agrupa información documental acerca de dos perspectivas sobre la inteligencia: la tradicional, entendida como resultante del coeficiente intelectual; y la inteligencia emocional, basada en el conocimiento de las emociones.

María Leticia Oliveros Alarcón, egresada de la Facultad de Pedagogía de la UV, dijo que los padres de familia deben desarrollar en sus hijos la inteligencia emocional

“Anteriormente, la inteligencia se concebía desde la perspectiva de la psicometría, es decir, inteligencia es igual a coeficiente intelectual según la escala de los resultados del test”, explicó Oliveros Alarcón.

Agregó que fue apenas hace unos años que estos paradigmas de apreciación se modificaron: “Los cambios en esa manera de concebir la inteligencia se dieron gracias a los teóricos Robert Sternberg y Howard Gardner en la década de los 90, quienes empezaron a basarse en el conocimiento de las emociones”.

De ahí, continuó, Peter Salowey y John Mayer englobaron la llamada inteligencia inter e intrapersonal de Gardner, y la llamaron inteligencia emocional. Posteriormente, explicó, el psicólogo Daniel Goleman escribe un libro sobre inteligencia emocional en 1995y lo populariza ampliamente.
La propuesta de María Leticia Oliveros es que se aplique en todos los niveles de educación: “Si se atiende a esto los beneficios serían muchos, como tener un mayor conocimiento de sí mismo, de lo que se siente, de lo que experimenta cada quien para que al actuar se guíen mediante las propias emociones y sentimientos. Esto también mejora el autocontrol de las emociones, nos ayuda a tener empatía y a mejorar la relación entre las personas”.

Pero esta inteligencia emocional, dijo, es algo que se debe desarrollar, en principio, desde la familia “porque es con quienes más convive el niño; los padres de familia se deben informar de cómo desarrollar en sus hijos la inteligencia emocional y cómo lograr en ellos la seguridad emocional y psicológica que les pueda brindar un hogar”.

En segundo lugar, están los maestros: “Ellos deben capacitarse e informarse sobre este tema y tendrían mejores alumnos. Ya cuando uno llega a los 18 años, la responsabilidad es propia, uno debe comprometerse a aprender qué cosas nos pueden mejorar a nosotros mismos y a la sociedad”.

Y es que, el hecho de que alguien tenga un coeficiente intelectual elevado no significa que vaya a tener éxito en su vida, ni en el campo laboral. Leticia Oliveros dijo que para lograr estos éxitos se necesita también de las buenas relaciones entre las personas y de la satisfacción que el individuo tenga de sí mismo.

Citó como ejemplos algunos casos que en sus libros Daniel Goleman menciona, ejemplos de personas que son muy brillantes en cuanto a coeficiente intelectual, pero debido a que les ha faltado ese desarrollo de habilidades en la inteligencia emocional han fracasado en sus vidas.
“La doctora Jean Sigal cuenta que había un chico muy brillante, que era la envidia de todas las madres porque llevaba muy buenas calificaciones, pero al carecer de inteligencia emocional terminó reparando tostadores”, comentó
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