Año 7 • No. 279 • Septiembre 3 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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  Edmundo Valadés vivió entre
Marcel Proust y Marilyn Monroe
Alma Espinosa
“Él era la versión masculina de Sherezada porque te encantaba al contar cuentos”: Pettersson
El escritor sonorense Edmundo Valadés vivió en medio de dos enormes fotografías, una del escritor francés Marcel Proust, recordado por su exitosa serie En busca del tiempo perdido, y la otra de la sensual actriz Marilyn Monroe, lo que resume su vida en: el amor a la literatura y la admiración por las mujeres hermosas, comentó Aline Pettersson.

Durante la conferencia “Las mil y una charlas de Edmundo Valadés” ofrecida en el ciclo Protagonistas de la narrativa mexicana del siglo XX, organizado por el Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias (IIL-L) de la Universidad Veracruzana (UV), Aline Pettersson aseguró que Marcel Proust fue el autor guía para Valadés, aunque su narrativa pareciera alejarse del que fue uno de los escritores más influyentes de la literatura del siglo XX.
Pettersson, narradora y poeta, compartió con los asistentes que fue amiga de Valadés durante una década que inició en una llovizna de Xalapa. “Era generoso y un conversador fantástico, también tenía la capacidad de escuchar e interesarse realmente por lo que le decía su interlocutor”.

“Edmundo Valadés era la versión masculina de Sherezada porque te encantaba al contar cuentos que nunca escribió porque tenía poco tiempo para eso”, lamentó la autora de Más allá de la mirada, Tiempo robado, Querida familia, Colores y sombras, Círculos, Tres poemas, Cautiva estoy de mí, Viajes paralelos y Estancias del tiempo.

Entre los cuentos de Edmundo Valadés, dijo, destaca La muerte tiene permiso. En este cuento “ha permeado –como tópico– reflexiones que abordan el abuso en el quehacer político pero también en la ahora cada vez más frecuente violencia. Muchos años han pasado desde su escritura, pero tendríamos que admitir su tristemente nunca perdida vigencia”, expresó.

Pettersson aseguró que Valadés fue “un hombre inscrito en la vida mientras quedaba atrapado por la literatura. Supongo que su ejercicio del periodismo, su espíritu nunca sosegado, lo llevó, pese a su timidez, a no aislarse nunca”, lo cual se reflejaría en su conversación entrañable.


La escritora Aline Pettersson dictó la conferencia “Las mil y una charlas de Edmundo Valadés” durante el ciclo Protagonistas de la narrativa mexicana del siglo XX
La creadora de literatura infantil siempre ha considerado que toda escritura es autobiográfica por necesidad y la de Valadés no fue la excepción, porque en su literatura habló de cosas que lo muestran a él; además, “los temas de sus cuentos reflejan los temas de sus inquietudes vertidos en su charla”, adujo.
Finalmente, comentó que agradece a los azares de la vida haber gozado de su amistad y de su hospitalidad, “de la puerta de su casa siempre abierta, donde la conversación brillaba a la sombra de su figura amable, de sus ojos relucientes, de su vaso de whisky y de sus historias inagotables”, expresó.