| Año 7 • No. 279 • Septiembre 3 de 2007 | Xalapa • Veracruz • México |
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La
UV, sus libros y sus autores |
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Nada
más propicio que el mes de septiembre para sentirse “muy
mexicanos”. Sabido es nuestro jolgorio en estos días que se llenan de emblemas tricolores e imágenes de los “héroes que nos dieron patria” pero, ¿eso define la mexicanidad? ¿somos la esencia de este país sólo el 15 y 16 de septiembre o cuando los eternos portadores de “la esperanza verde” (según la televisión) ganan partidos futboleros que difícilmente nos convierten en campeones mundiales? Los clichés son vastos y las imágenes de lo que podríamos considerar la “mexicanidad” se suceden en cada rito de lo popular, ya sea entre la cultura de masas o las expresiones regionales. Recordemos tan sólo a la virgen de Guadalupe, el sombrero de charro, los bigototes postizos o el jorongo con todo tipo de símbolos estampados. |
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Imágenes y sentires de botepronto que adquieren otra dimensión
en el estudio profundo y reflexivo que logra Luis Miguel Gallardo
en El pensamiento mesoamericano en el debate filosófico, colección
Biblioteca, de la Editorial de la UV. El autor nos plantea que el tema de la identidad nacional, de la mexicanidad, fue discusión central durante el siglo XX, no por las definiciones teóricas, sino por las implicaciones prácticas que se derivan de la dificultad para elaborar una propuesta de proyecto nacional. El pensamiento mesoamericano en el debate filosófico traza entonces el problema de la identidad nacional; para ello, plantea una dualidad perenne en nuestra sociedad: el avasallamiento de Occidente y las raíces culturales de las civilizaciones que poblaron Mesoamérica. A partir de la considerada “Conquista española” se estableció una relación asimétrica entre ese choque de civilizaciones. El surgimiento de México como país independiente mostró la dificultad de elaborar un proyecto nacional con diferencias claras que alimentan el problema de la mexicanidad, campo en donde los grupos indígenas (ya esclavizados y confinados al olvido) son excluidos sin tener en cuenta que son parte fundamental de lo mexicano. Como apunta el autor: “Los españoles criollos se mexicanizaron y los mexicanos de origen fueron desmexicanizados”. En el proceso histórico, es marcada la asimetría que se impuso por medio de la violencia entre los pueblos originarios y los europeos, entre las cosmovisiones y valores distintos de las sociedades, problemas que no se resuelven ni con el movimiento de Independencia, ni con la Reforma, ni con la Revolución, en el fondo, nuestros pueblos originarios tenían un profundo apego a la tenencia de la tierra y sus relaciones con la naturaleza que definitivamente han sido soslayadas por el comercio que vive en nuestros tiempos con el neoliberalismo un esquema que exacerba los ánimos entre los que acumulan riquezas y los desposeídos, entre la filosofía individualista y la colectiva, entre la imposición y la democracia. Luis Miguel Gallardo acude a grandes pensadores como José Vasconcelos, Samuel Ramos, Octavio Paz y Emilio Uranga quienes abordaron este tema desde una perspectiva integracionista occidental, soslayando o negando la existencia de una matriz cultural mesoamericana aceptando el mestizaje como la salida al problema de la mexicanidad; pero también explora en la ideas de Luis Villoro, Enrique Florescano y Guillermo Bonfil Batalla para demostrar que la permanencia del pensamiento mesoamericano construye la identidad mexicana y prevalece en la elaboración de un nuevo proyecto nacional basado en la multiculturalidad, el pluralismo, la tolerancia, el respeto a la igualdad y la diferencia. Aspectos que van más a la inclusión y participación en la sociedad, y no a la marginación, a diversidad, no a la hegemonía . Luis Miguel Gallardo (1951-2006) estudió Ingeniería química y tuvo la inquietud de estudiar también Filosofía; fue un muy querido y respetado catedrático, miembro distinguido de la Editorial de la UV. Para ahondar más en su planteamiento sobre la mexicanidad que tiene que ver con la identidad, la reflexión, las relaciones de poder, analiza las características del pensamiento y el actuar mesoamericanos en áreas propias de la filosofía y recurre a Platón, Aristóteles, Descartes, Kant, Marsilio Ficino, Erasmo de Rótterdam y Maquiavelo para tratar de responder a la pregunta existencialista: ¿quiénes somos? El 1 de enero de 1994, las botellas de champagne se destapaban para celebrar “nuestro ingreso” al primer mundo vía el neoliberalismo, al mismo tiempo, un grupo de indígenas se tapaban los rostros y salían armas en mano para reclamar por su eterna exclusión en los proyectos que intentan de ser Nación y acaban siendo más bien franquicias trasnacionales en donde la mexicanidad es un producto más de consumo y no identidad que valore la pluralidad y participación colectiva. El pensamiento mesoamericano en el debate filosófico de Luis Miguel Gallardo Salazar es de la colección Biblioteca, de la Editorial de la UV y se puede conseguir en el Servicio Bibliográfico Universitario, Xalapeños Ilustres 37 y la Feria Permanente del Libro Universitario, Hidalgo 9. FILU
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