Año 7 • No. 279 • Septiembre 3 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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Calidad en la Micro Pequeña
y Mediana Empresa
José Othón Flores Consejo

Tomo hoy las palabras del rector de la UV, Raúl Arias Lovillo, expresadas en la toma de protesta de nuevos funcionarios universitarios, para iniciar este artículo.

«Una de las grandes limitaciones del país y de Veracruz es la mediocridad en el tema de la competitividad de la economía nacional. Si alguna vez queremos liquidar la ominosa desigualdad en la distribución de la riqueza, que es el cáncer de México, se debe fortalecer esta competitividad»

En ese contexto señaló que la pequeña y mediana empresa (PYMES) debe ser la base sobre la cual descanse el desarrollo de nuestro estado, dejando así clara la importancia que ellas tienen y lo fundamental que resulta la vinculación de nuestros egresados con ese sector.

Sobre este tema hagamos algunas reflexiones.
Iniciemos identificando a este sector empresarial de acuerdo con los parámetros que para el efecto ha determinado la Secretaría de Economía y que se basa en el número de personas que emplean, así, diremos que la micro empresa es aquella que ocupa de uno a 15 trabajadores incluyendo a los dueños y familiares; la pequeña será aquella cuyo número de personal oscila entre 16 y 100 y; la mediana es la que emplea entre 101 y 250.

De ellas podríamos decir que contribuyen con más del 70 por ciento de los empleos de nuestra economía pero que, sin embargo, su contribución al PIB no llega al 10 por ciento. Digamos también que este tipo de empresas pareciera que nacieron marcadas para sufrir y fracasar, desde sus inicios la aquejaron muchos factores negativos tales como la falta de planeación, el aislamiento en que sobreviven, sus dueños y su personal suelen ser ajenos a la administración del giro del negocio, sus técnicas y procedimientos son obsoletos, casi siempre viven con recursos insuficientes, su comercialización generalmente en manos de intermediarios.

Viven también ignorantes de los apoyos financieros y fiscales que en raras ocasiones les ofrecen las instituciones financieras y las leyes fiscales, no son sujetos de crédito, carecen de la asesoría especializada que pudiera servirán de soporte para aliviar algunos de sus males, se mantienen aisladas y evaden cualquier esquema de integración, no tienen conciencia de la importancia de la calidad y presentan una ausencia total de cultura administrativa.

Estas, entre otras muchas complicaciones que dificultan su desarrollo, combinadas con la poca efectividad de los planes y programas gubernamentales de apoyo para este tipo de empresas, parecieran estar presagiando su extinción, sin embargo, su desaparición traería como consecuencia, la desaparición del sistema mismo, por lo que su rescate resulta una tarea urgente y seguramente conciente de ello es que el rector de la UV nos ha invitado constantemente a ser los universitarios los primeros en participar en esta tarea.

La labor puede empezar por entender que la competitividad debe formar parte de la cultura de nuestro país y ésta debe pernear a todos los ámbitos.
Para ello, el gobierno tiene entre otras, la función de promover la formación de sectores económicos competitivos, buscando el aprovechamiento de las vocaciones regionales, por ejemplo: desarrollar mercados de factores eficientes que faciliten la formación de cadenas productivas en la que las PYMES sean parte fundamental; convertirse en ejemplo de eficacia y eficiencia y mantener un sistema de derecho confiable y objetivo; mantener la estabilidad macroeconómica y las buenas relaciones internacionales; una población educada y sana; propiciar el manejo sustentable del ambiente; dotar de la energía, las comunicaciones y en general la infraestructura requerida para el cambio.

Pero ningún esfuerzo del gobierno bastaría si no es acompañado de la correspondiente participación del sector empresarial a quien corresponde lograr productos de calidad que satisfagan y encanten a los clientes.

Recordemos aquellos eventos y promociones que se organizan para promover el consumo de productos veracruzanos, hay uno en especial que se llama «Consume lo que Veracruz produce» ¿recuerdan? Y ¿cuántas veces no decimos sí pero eso está feo y caro?

Y dicen las amas de casa: «Claro que a mi me gustaría siempre consumir productos de mi Estado para apoyar la economía de los PYMES, pero y mi economía ¿quién la apoya?»

Entonces yo digo que la promoción a los empresarios debería decir también Produce lo que Veracruz Consume y hazlo de tal forma que le convenga también a su economía.

Los elementos internos que yo considero fundamentales para el desarrollo de las PYMES serían: diseñar una tecnología que les permita mantener un estándar en los atributos del producto, de acuerdo a las expectativas de los clientes; buscar la reducción de los costos; respetar siempre el valor de la mano de obra y alentar e incentivar la participación de todos los miembros de la organización; propiciar la innovación que haga más atractivo y útil su producto buscando que encante a los consumidores. Calidad e innovación para decirlo en 2 palabras.

Claro, el sector financiero tiene una parte fundamental en este juego, a ellos les corresponde encontrar esquemas de financiamiento adecuados a las necesidades y posibilidades de las empresas. Para nadie es sorpresa que los créditos que han recibido, en lugar de ayudar a su situación financiera, en muy poco tiempo se convirtieron en cargas muy altas de operación, teniendo que destinar muchos de sus ingresos al pago de excesivos intereses.

La banca de desarrollo Nafin, Bancomex, etcétera, tienen en sus manos el destino de todas estas empresas, es vital, la formulación de un programa de desarrollo integral para la micro, pequeña y mediana empresa, creando las infraestructuras necesarias así como la asesoría financiera que les permita el desarrollo de proyectos rentables.

Finalmente como una consecuencia directa del poco recurso que se destina a la investigación y por la situación tan precaria en la que se desenvuelve la pequeña industria, no es lógico pensar que ellas van a producir su tecnología, lo que se debe hacer es pugnar por la integración formando alianzas que mejoren su situación competitiva y buscar la participación de las instituciones de educación superior que pueden apoyar con ideas creativas y soluciones acordes.

En nuestro estado ya se han realizado proyectos importantes de apoyo a la cultura y desarrollo de las PYMES que, desafortunadamente, no han tenido la continuidad pertinente y se han perdido en el marasmo de la burocracia.

Es sumamente importante que la Universidad Veracruzana haya decidido retomar el liderazgo en este redimensionamiento de las PYMES lo que seguramente redundará en el beneficio social y que cumple de manera cabal, con la misión de nuestra casa de estudios.

Enhorabuena pues a este trabajo y yo mientras tanto, seguiré esperando sus comentarios en el correo electrónico otflores@uv.mx