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Estudiantes
de Ingeniería Naval: Perfeccionaremos
el Arcangello y volveremos
Carolina
Cruz |
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Boca
del Río, Ver.- Aunque los estudiantes de la carrera
de Ingeniería Naval de la Universidad Veracruzana (UV) no lograron
posicionarse este año en los primeros sitios de la novena Carrera
Internacional de Submarinos de Propulsión Humana que bienalmente
se celebra en la Base Naval David Taylor, en Bethesda, Maryland; su
desempeño fue reconocido por los jueces y los veracruzanos
sentenciaron: perfeccionaremos nuestro prototipo y volveremos.
Los alumnos Juan Carlos Irisson, Luis Alberto Noguera, Víctor
Parra, Marilú Candelario Díaz, Cristian Manuel
Martínez Morales, Jonathan Hernández Lagunes, Celestino
León Cuevas, Rolando Quevedo Muñoz y Mariana Silva Ortega,
presentaron la cuarta versión del Arcangello, el submarino
con el cual la representación de la UV ha obtenido el segundo
lugar en 1995, y el tercero en 1997 y 2003.
A pesar de algunas fallas de la nave –un defecto en la cadena
de transmisión que hacía girar la hélice, la
poca visibilidad, entre otros–, los veracruzanos obtuvieron
el cuarto lugar de la competencia, con sólo un nudo de velocidad
de diferencia del proyecto de alumnos de la Universidad de Michigan.
El propósito de la carrera es diseñar, construir y probar
un submarino que alcance el menor tiempo al navegar a través
de un tramo subacuático de una longitud de 100 metros,
y durante la carrera el submarino se sumerge a una profundidad de
aproximadamente seis metros.
La preparación para el concurso duró un año y
tres meses de trabajo, en los que se realizaron innovaciones en el
diseño, a cargo de Juan Carlos Irisson Lombard, se cambió
la posición del piloto, se le adaptó un sistema de transmisión
de bicicleta para la propulsión, se aumentó el diámetro
de la nave 10 centímetros, se mejoró el casco y la hélice.
“Además usamos una caja de engranes que nos mejoraba
la velocidad, el resultado fue que por cada vuelta que pedaleara el
piloto, la hélice giraría tres veces, con esto ampliamos
un poquito más lo que es el rango de velocidad”, explicó
Juan Carlos Irisson.
Luis Alberto Noguera Díaz fue el encargado de la construcción,
con base en el diseño de su compañero fabricó
el molde de madera, para luego obtener el de fibra de vidrio, además
le introdujo una estructura de solera de acero, lo que permitió
que el Arcangello fuera más resistente.
También la seguridad del aeronauta fue reforzada, aunque el
submarino pesa 60 kilos más el peso del piloto “éste
tiene flotabilidad positiva, no se hunde y como el traje es de neopreno
también flota, ayuda a que el submarino suba cuando se requiere”.
Con una experiencia enriquecedora y más animados que si hubieran
ganado, los estudiantes saben qué adecuaciones necesita la
próxima versión del Arcangello. |
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