Año 7 • No. 279 • Septiembre 3 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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Estudiantes de Ingeniería Naval:
Perfeccionaremos el Arcangello y volveremos
Carolina Cruz
Boca del Río, Ver.- Aunque los estudiantes de la carrera de Ingeniería Naval de la Universidad Veracruzana (UV) no lograron posicionarse este año en los primeros sitios de la novena Carrera Internacional de Submarinos de Propulsión Humana que bienalmente se celebra en la Base Naval David Taylor, en Bethesda, Maryland; su desempeño fue reconocido por los jueces y los veracruzanos sentenciaron: perfeccionaremos nuestro prototipo y volveremos.

Los alumnos Juan Carlos Irisson, Luis Alberto Noguera, Víctor Parra,  Marilú Candelario Díaz, Cristian Manuel Martínez Morales, Jonathan Hernández Lagunes, Celestino León Cuevas, Rolando Quevedo Muñoz y Mariana Silva Ortega, presentaron la cuarta versión del Arcangello, el submarino con el cual la representación de la UV ha obtenido el segundo lugar en 1995, y el tercero en 1997 y 2003.

A pesar de algunas fallas de la nave –un defecto en la cadena de transmisión que hacía girar la hélice, la poca visibilidad, entre otros–, los veracruzanos obtuvieron el cuarto lugar de la competencia, con sólo un nudo de velocidad de diferencia del proyecto de alumnos de la Universidad de Michigan.

El propósito de la carrera es diseñar, construir y probar un submarino que alcance el menor tiempo al navegar a través de un tramo subacuático de una longitud  de 100 metros, y durante la carrera el submarino se sumerge a una profundidad de aproximadamente seis metros.

La preparación para el concurso duró un año y tres meses de trabajo, en los que se realizaron innovaciones en el diseño, a cargo de Juan Carlos Irisson Lombard, se cambió la posición del piloto, se le adaptó un sistema de transmisión de bicicleta para la propulsión, se aumentó el diámetro de la nave 10 centímetros, se mejoró el casco y la hélice.

“Además usamos una caja de engranes que nos mejoraba la velocidad, el resultado fue que por cada vuelta que pedaleara el piloto, la hélice giraría tres veces, con esto ampliamos un poquito más lo que es el rango de velocidad”, explicó Juan Carlos Irisson.

Luis Alberto Noguera Díaz fue el encargado de la construcción, con base en el diseño de su compañero fabricó el molde de madera, para luego obtener el de fibra de vidrio, además le introdujo una estructura de solera de acero, lo que permitió que el Arcangello fuera más resistente.

También la seguridad del aeronauta fue reforzada, aunque el submarino pesa 60 kilos más el peso del piloto “éste tiene flotabilidad positiva, no se hunde y como el traje es de neopreno también flota, ayuda a que el submarino suba cuando se requiere”.

Con una experiencia enriquecedora y más animados que si hubieran ganado, los estudiantes saben qué adecuaciones necesita la próxima versión del Arcangello.