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El
mercado matemático
Manuel Martínez Morales
(Segunda y última parte)
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Algo de mi experiencia personal: cuando concluí la especialidad
en Estadística que cursé en la Universidad de Edimburgo,
en Escocia, realicé la tesina trabajando con un investigador
del Departamento de Ciencia Animal –no es broma– en un
estudio para seleccionar un modelo matemático mediante el cual
se pudiera determinar la cantidad de carne, grasa y hueso de reses
en canal, a partir de una medición simple de la densidad del
cuerpo destazado del animal.
Entre muchos otros estudios en los que he participado, se cuentan
varios con médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social;
por ejemplo, en uno de éstos había que determinar los
parámetros críticos de la intoxicación por plomo
a partir de curvas de la concentración en sangre del elemento,
medido en distintas poblaciones expuestas al plomo; y en otro, era
necesario estimar la probabilidad de supervivencia en pacientes infartados
a partir de su historial clínico y de la terapéutica
aplicada.
Estos trabajos no sólo fueron publicados en revistas especializadas,
sino que dieron elementos al personal médico para la toma de
decisiones en el terreno práctico. Podría mencionar
también que en la tesis doctoral presenté una aplicación
de la teoría matemática del control a la evaluación
de riesgos, con aplicaciones a problemas actuariales que tienen que
ver con seguros comerciales o la seguridad social.
En otras latitudes, el matemático es apreciado por su capacidad
para resolver problemas –del tipo que sean–, y es así
como la Ford Motor Co. tiene un departamento que alberga algunos matemáticos
excéntricos y fachosos, que se distinguen del resto de los
ejecutivos de traje y corbata, para que resuelvan problemas ya sea
en el área de producción, en la de administración
y organización de la empresa, o en la de comercialización.
Muy bien pagados por cierto. La Agencia de Seguridad Nacional (NSA)
de los Estados Unidos (más poderosa que la CIA) es la corporación
que emplea el mayor número de matemáticos en el mundo.
¿Por qué será? ¿Qué clase de problemas
tiene que resolver?
Lo que quiero enfatizar, parafraseando a Galileo, es que no sólo
el libro de la naturaleza está escrito en lenguaje matemático,
sino también el libro de los negocios y de la actividad económica
en general. Por ello hay que prestar atención al “mercado
matemático” y acercar a los futuros profesionistas, en
particular a los matemáticos, a las aplicaciones de la matemática
a problemas concretos, pues hay muchos de éstos que requieren
de un conocimiento avanzado o experto que sólo tiene el matemático
profesional.
En ocasiones el matemático, entrenado en la metodología
abstracta propia de la disciplina, tiene cierto temor de aproximarse
al mundo de las aplicaciones; empero, me consta que hay una gran cantidad
de problemas prácticos –como los antes mencionados–
que requieren de un dominio avanzado de lo que se llama matemática
abstracta. Dice un distinguido matemático que no hay nada más
práctico que una buena teoría.
En fin, el campo de las matemáticas y sus aplicaciones es vasto
y, actualmente, en el país hay una demanda creciente de matemáticos,
o profesionistas con buen entrenamiento matemático, para ayudar
a resolver problemas en Medicina, Administración de empresas,
Conservación ambiental, Administración pública,
Biología, Finanzas, Planeación, Investigación
educativa, etcétera.
Considero que la intención de departamentalizar a la UV brinda
la oportunidad de replantear los procesos de enseñanza-aprendizaje
de las matemáticas en todas las licenciaturas, en el cual un
elemento central sería desempeñado por el futuro Departamento
de Matemáticas.
Hay que acercar a nuestros futuros profesionistas a la matemática
y particularmente a los matemáticos al mundo ancho, y no tan
ajeno, del mercado laboral. |
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