Año 7 • No. 280 • Septiembre 10 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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Afirma académica de la UAM
Debemos seducir a los libros
Alma Espinosa

Hasta ahora, tenemos una gran masa de analfabetas funcionales que no hacen uso habitual de la lectura y de la escritura

A los estudiantes no les dice nada leer frente al libro y para llegar a un libro se requiere de ciertas estrategias “hay que seducirlos para que se acerquen a nosotros”, afirmó Rosaura Hernández Monroy, académica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), durante la conferencia “Los retos de la lectura en el siglo XXI”, que impartió el pasado 29 de agosto.

Invitada por la Editorial de la Universidad Veracruzana (UV), la académica lamentó que los chicos de hoy pasan horas frente al Internet la mayoría de las veces sólo chateando y no buscando información: “Al no leer y releer un libro no les deja huellas, no encuentran placer”.

“Enseñar a leer es el único y verdadero fin de la enseñanza. Las ventajas de las sociedades ilustradas sobre las iletradas son abismales. Numerosos esfuerzos se hacen buscando una alfabetización equilibrada, pero en muchos casos son desafortunados. ¿El resultado? Una gran masa de analfabetas funcionales que no hacen uso habitual de la lectura y de la escritura.”

Rosaura Hernández Monroy, académica de la UAM, ofreció la conferencia “Los retos de la lectura en el siglo XXI”

La lectura provoca que el sujeto razone, proceso dual que integra dos realidades: la de ese alguien lejano que plasmó un pensamiento y la del lector, pero involucrando además valores y sentimientos de quien lee, dijo Hernández Monroy, quien habló además de la inteligencia: “¿Desean ser más inteligentes? Lean más, pues al leer se desarrolla no sólo la habilidad lectora sino que la mejora permite la confrontación de ideas. Leer es el ejercicio intelectual que permitirá acrecentar los conocimientos. Leer bien es pensar, hacer evaluación crítica, formulación de juicios, resolución de problemas, es desarrollar la imaginación.”

Para la académica leer también es relacionar, criticar y cuestionar ideas expresadas, no aceptar tácitamente lo que se lee y ofrecer alternativas: “El texto o discurso es mucho más que un conjunto de oraciones, se define por su coherencia, tiene que ver con ideas del autor que no siempre son explicativas, por eso leer entre líneas es una tarea compleja”.

Hernández Monroy comentó que en el siglo XXI la lectura se ha revolucionado a consecuencia de la expansión electrónica que han favorecido el leer y escribir en una pantalla: “Y vivimos ante un determinismo tecnológico que nos lleva a tener altísimas expectativas en las computadoras viéndolos no como instrumentos, sino como fines en sí mismos, confundiendo el conocimiento con información”.

Agregó que la interactividad es una condición necesaria para el aprendizaje y el reto consiste en saber diferenciar la lectura útil de la que no lo es, pues la lectura en línea es una lectura fragmentada y descontextualizada, a diferencia de la del libro que permite la lectura global e integrada: “No sólo hay que saber leer bien, hay que ser más acuciosos críticos y perspicaces, pues no olvidemos esa frase que dice que ‘los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo’ ”.

Rosaura Hernández Monroy es profesora de tiempo completo en la UAM-Azcapotzalco, desde 1982; coordinadora del Congreso Internacional Jornadas Metropolitanas. Estudios Culturales de 1993-2003, integrado por UAM, Universidad de Michigan y Universidad de Louisville, que obtuvo el reconocimiento al mejor proyecto cultural binacional en 1996 por la Fundación Rockefeller y CONACULTA. Actualmente es Coordinadora del Eje Currícula de Habilidades Comunicativas.