Año 7 • No. 281 • Septiembre 17 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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Alejandro Ricaño, atento observador de la condición humana
Obtiene egresado de la UV
importante beca en España
Gina Sotelo

Escribirá un díptico dramático que pueda escribirse, leerse y representarse simultáneamente
A sus 23 años Alejandro Ricaño, egresado de la Facultad de Teatro de la Universidad Veracruzana (UV), va a cumplir el sueño de cualquier escritor: vivir para trabajar sin tener que trabajar para vivir. Gracias a la beca de la Fundación Antonio Gala, en octubre realizará una estancia de nueve meses en una suerte de monasterio en Córdoba, España.

El trabajo del joven dramaturgo estará presidido por la libertad. No habrá profesores que dirijan su actividad, sino que recibirá eventualmente la visita de creadores ya consagrados que le orientarán y aconsejarán. Uno de los pilares de la Fundación estriba en fomentar la convivencia entre los residentes y enriquecer cada uno su propia disciplina con la de los demás.

Es esta “fecundación cruzada”, de la que habla Antonio Gala, la que debe presidir la vida diaria: los jóvenes se reúnen al final de la jornada para explicar sus avances, sus dudas, compartir sus experiencias y enriquecerse recíprocamente. De esta forma, el escritor aprende del músico, el músico del escultor, el escultor del pintor, y así sucesivamente.

Alejandro Ricaño convivirá con otros 16 jóvenes menores de 25 años, la mayoría españoles, un chico uruguayo, otro hondureño; él es el único mexicano.
Escribirá un díptico de metaficciones. Dos textos dramáticos; ambos tratarán de alguien que escribe sobre alguien que escribe. Los personajes en los dos textos serán, de alguna manera, los mismos.

“Para ello quiero construir dos estructuras independientes de puesta en abismo con tres niveles de narración que se entrecrucen en el segundo nivel; es decir, que el personaje central del primer texto que construya la metaficción, sea el personaje de la metaficción que construya el personaje central del segundo texto, y viceversa. Como unas matrioshkas rusas donde al final la muñeca más pequeña acabaría comiéndose a su vez a la muñeca más grande.”

Materializando un poco la idea –explica Alejandro– la estructura quedaría más o menos así: Un escritor advierte en un vagón del metro a alguien idéntico a sí. Se acerca a él, y después de un par de preguntas y muchas insólitas coincidencias, deduce aterrado que se trata de sí mismo. En ese momento recuerda que lo que escribió por la mañana fue que su personaje escribía que alguien se encontraba a sí mismo en un vagón del metro, descubriendo así que lo que escribe que escribe su personaje, se materializa en su mismo plano espacio/temporal.

En el segundo texto, un personaje escribe que alguien se encuentra a sí mismo en un vagón del metro, que a su vez escribe sobre alguien que escribe que alguien se encuentra a sí mismo en el metro. En ese momento escucha ruidos en su departamento, registra las habitaciones y encuentra a alguien idéntico a él escribiendo en su recámara.

“Hay escritores localistas que sus obras sólo ocurren en el DF, pero no sólo eso, sino que ocurren en Iztapalapa, pero van más allá, ¡ocurren en su calle! Lo que yo trabajo es más accesible para alguien de cualquier país porque mi lenguaje es más universal”, dice Alejandro.

Esta forma de escribir le ha representado serias críticas. Sus obras no son ni contemporáneas y son tiempos y circunstancias que no conoce, él responde: “¡Pero quién vive lo que escribe! Tendrían que meter a la cárcel a Agatha Christie por ser asesina en serie. Si escribiéramos sobre lo que vivimos, las obras serían aburridísimas, no pasaría nada. Yo prefiero escribir de otras épocas porque ésta no me dice nada”.

Alejandro Ricaño es dramaturgo, actor, director y ensayista. Actualmente dirige la Compañía de Teatro Nuevo Veracruzano y coordina un círculo de dramaturgia en la Facultad de Teatro. Fue fundador y editor de la revista Teatro Orgánica.

Entre sus obras publicadas se encuentran Un torso, mierda y el secreto del carnicero. Su obra La constante sospecha de un hombre fue estrenada en Budapest en el Festival de la Cultura Mexicana y ha sido representada en distintas partes del país.

Publicó la Antología de Nuevos Dramaturgos de Veracruz en el Fondo Editorial Tierra Adentro; forma parte de la Antología Jóvenes creadores-FONCA con la obra Riñón de cerdo para el desconsuelo y ha escrito más de una decena de ensayos sobre teatro y literatura.