Hace
50 años, Gabriel García Márquez, Ryszard Kapuscinski,
Elena Poniatowska, Juan Carlos Onetti, Álvaro Mutis y Vicente
Leñero –por mencionar algunos– fueron jóvenes
sin prestigio, de incipiente trayectoria, pero con un talento extraordinario
que dejó impresa su huella desde sus primeras publicaciones
en la Editorial de la Universidad Veracruzana (UV).
Esa visión que privilegió el talento y no la fama,
es la que permitió al escritor Sergio Galindo convertir a
la Editorial de la UV en una institución de abolengo. Este
año, tras medio siglo de existencia y más de mil 200
títulos publicados, nuestra editorial festeja no sólo
la proyección que atinadamente dio a numerosos literatos,
mexicanos y extranjeros, sino la tradición que la ha llevado
a mostrar al mundo durante cinco décadas el pensamiento de
amplio número de intelectuales, el talento de múltiples
artistas y los aportes científicos y académicos de
cientos de universitarios.
Para celebrar y celebrarse, la Editorial UV prepara este año
una Colección de Aniversario con algunos de sus primeros
títulos y pondrá en marcha la colección Entremares,
dirigida por Julio Ortega, que publicará las primeras obras
de jóvenes escritores de Iberoamérica.
Literatos
En 1957, la Editorial UV arrancó con títulos como
Los cuentos de Lilus kikus, de Elena Poniatovska; El lugar donde
crece la hierba, de Luisa Josefina Hernández, y Polvo de
arroz, del propio Sergio Galindo. El escritor uruguayo Juan Carlos
Onetti, y los colombianos Álvaro Mutis y Gabriel García
Márquez
–premio Nobel 1982– publicaron también en la
UV por primera vez, cuando aún eran poco conocidos.
La proyección de la Editorial incluyó a muchos otros
grandes escritores, como el Nobel Octavio Paz (La magia de la risa)
y el Premio Cervantes 2005, Sergio Pitol (Infierno de todos).
En el plano internacional, muchas obras entraron al mundo de habla
hispana a través de la UV. Entre ellas las de los polacos
Ryzard Kapuscinski –con Las botas–, Jaroslaw Iwaszkiewicz,
Jerzy Andrzajewski y Kazimier Brandy’s, de los españoles
María Zambrano, Rosa Chacel y Luis Cernuda; de los escritores
de lengua inglesa Dylan Thomas, E.M. Forster, y Christopher Frye;
el argentino Alberto Manguel y los austriacos Joseph Roth y Heimito
Von Doderer.
Destaca ahí el trabajo del Premio Cervantes Sergio Pitol,
pues su labor de traducción trajo obras como Las puertas
del paraíso, de Andrzejewski, y Una vuelta de tuerca, de
Henry James, entre muchas otras, mientras que la dramaturga Luisa
Josefina Hernández, ha trabajado con la obra del poeta Dylan
Thomas.
De hecho, literatos de todos los tiempos han sido acogidos en la
UV: Miguel de Cervantes (Don Quijote de la Mancha prologado por
Carlos Fuentes), Julio Cortázar, Juan Rulfo, Fernando Savater,
Blanca Varela, José de la Colina, Juan García Ponce,
Juan Vicente Melo, Robert Louis Stevenson (La isla del tesoro prologado
por Fernando Savater), Alejandro Dumas, Miguel Covarrubias, Pierre
Gascar, Jean Genet, Mark Twain, Augusto Monterroso, Joseph Conrad,
Mariana Yampolsky, Corina Michelena, Antón Chejov y Joan
M. Pujals.
Cabe destacar la labor amplia y diversa del escritor Sergio Pitol,
quien no sólo dirigió de manera señalada la
Editorial UV, sino además, alimentó de múltiples
colaboraciones las páginas de la revista emblemática
de nuestra institución, La Palabra y El Hombre, que dio cabida
a lo largo de muchos años a su obra ensayística, crítica
y de traducción literaria. Así, el catálogo
universitario recoge títulos como Las puertas del paraíso,
de Jerzey Andrzejewski, y El corazón de las tinieblas, de
Joseph Conrad, y próximamente listará un amplio número
de ellos en una colección compuesta precisamente por obras
traducidas de su mano.
Esta línea editorial ha sido prolongada a lo largo del primer
medio siglo de la Editorial; así, por ejemplo, obras como
Don Quijote de la Mancha, prologado por Carlos Fuentes; Bestiario,
de Julio Cortázar; El llano en llamas, de Juan Rulfo; Apóstatas
razonables y A decir verdad, de Fernando Savater; Personerío,
de José de la Colina; La rueca de Onfalia, de Juan Vicente
Melo; La isla del tesoro, prologado por Fernando Savater, y otras
obras de grandes literatos como Alejandro Dumas, Miguel Covarrubias,
Pierre Gascar, Jean Genet, Mark Twain, Augusto Monterroso, Joseph
Conrad, Mariana Yampolsky, Corina Michelena, Antón Chejov
y Joan M. Pujals, Alberto Manguel, y los austriacos Joseph Roth
y Heimito Von Doderer, publicados durante la gestión del
poeta José Luis Rivas.
Fisonomía
propia
La Editorial de la Universidad Veracruzana ha publicado mil 217
títulos, y ha puesto a circular un amplio número de
revistas, cuyas entregas listan el número de 707 revistas.
Entre ellas destaca La Palabra y el Hombre, La Ciencia y el Hombre
y la revista Tramoya, que junto con las colecciones estelares Ficción,
Biblioteca, Textos Universitarios y Serie Especial, proyectan la
fisonomía propia de la Editorial de la UV, prolongando su
labor histórica y ampliando los alcances del conocimiento.
La Palabra y el Hombre inició a la par de la editorial y
ha tenido entre sus plumas a pensadores de la talla de María
Zambrano, Ernst Jünger y Alfonso Medellín Zenil. Esta
revista –que al paso del tiempo amplió su orientación
inicial de la literatura a la filosofía y la antropología–
fue además la primera revista cultural publicada desde la
capital de un estado de la República.
Tramoya, por su parte, dirigida por el dramaturgo Emilio Carballido,
dedica sus números a la difusión de obras teatrales
de autores nacionales e internacionales. “Me siento muy orgulloso
de la revista. He publicado la creación completa de Manuel
Eduardo de Gorostiza, pero también hay una edición
sobre autores búlgaros que es excepcional”, afirma
Carballido.
Además de sus colecciones estelares Ficción (textos
de creación literaria), Biblioteca (ensayos) y Textos Universitarios
(aportes académicos), su catálogo incluye las colecciones
Carlos Fuentes, Tesitura (composiciones musicales), Divulgación
(de trabajo científico en diversas áreas), Cuadernos
(estudios literarios monográficos), Clásicos Mexicanos
(ediciones críticas de obras literarias) y Rescate (textos
literarios de importancia histórica), entre otras.
Feria
del Libro
Como parte de la proyección extramuros de su labor, la Editorial
ha asumido la organización de la Feria del Libro Universitario,
que conoció siete ediciones nacionales (de 1994 a 2000) y
que cuenta ya con seis internacionales (2001-2006), con resultados
que la han llevado más allá de las fronteras de nuestro
estado y que han hecho de la misma una de las principales ferias
del libro del país. Digno de nota es su foro académico,
que se desarrolla alrededor de un eje temático, así
como la entrega de la Medalla al Mérito Universidad Veracruzana
–que han recibido personalidades como Carlos Monsiváis,
José Woldemberg, Juan Luis Cebrián y Gabriel Ferraté–
y del Premio al Estudiante Universitario, que ha alentado las aspiraciones
literarias de jóvenes estudiantes.
En este mismo terreno, la Editorial participa de manera regular
y sistemática en numerosas ferias nacionales e internacionales
del libro, entre las que destacan la Feria Internacional del Libro
de Minería, que se realiza en la Ciudad de México,
la Feria Internacional del Libro de Monterrey y la Feria Internacional
del Libro de Guadalajara, a las que asiste con el grueso de su acervo.
Así la Editorial busca concretar la filosofía que
impulsa el quehacer de la UV: la distribución social del
conocimiento.
Reconocimiento
Una labor editorial asentada en criterios de calidad y en la adecuada
proyección de sus publicaciones se ha traducido en una presencia
permanente en diversos medios de comunicación (sobre todo
culturales) y en numerosos premios y reconocimientos nacionales.
En el primer caso, espacios como la Gaceta, del Fondo de Cultura
Económica, Letras libres, La jornada semanal, El Ángel,
Confabulario de El Universal, Hoja por hoja y otros más publican
con frecuencia adelantos de sus títulos, reseñas de
libros de reciente aparición o, en general, comentarios sobre
su labor editorial.
Durante tres años consecutivos (1996-1998) la Editorial obtuvo
una Mención de Honor y en dos ocasiones el Premio Arnaldo
Orfila a la Edición Universitaria; en 1997, La Palabra y
el Hombre lo obtuvo por su trayectoria y calidad. En 2003, la antología
Cuento mexicano moderno (publicada en coedición con UNAM
y Aldus) fue seleccionada por la Comisión Nacional de Libros
de Texto Gratuito (CONALITEG) para formar parte de las bibliotecas
de aula de la SEP, con un tiraje inicial de 46 mil ejemplares.
Tampoco se ha descuidado la labor de coedición al lado de
otras editoriales nacionales, lo mismo universitarias o gubernamentales
que privadas: UNAM, UAM, INAH, FONCA, FCE, BUAP, El Colegio de México,
El Colegio de Michoacán, Secretaría de Relaciones
Exteriores, Instituto Dr. José María Luis Mora, Instituto
de Ecología, Instituto Mexiquense de Cultura, Escuela Normal
Superior de Michoacán, Tamsa, SEC, IVEC, Editora de Gobierno,
Verdehalago, EON, Ediciones Sin Nombre, Smithsonian Institute, Instituto
de Estudios Almerienses, Universitat de Valencia, Anthropos, Océano,
Trilce, Aldus, El Ermitaño, Ficticia, Porrúa, entre
otras. De esta manera, al tiempo que se reducen costos de producción,
se sostiene la publicación de títulos que, de otra
manera, difícilmente verían la luz.
A
los orígenes
Si el espíritu de la Editorial estuvo ligado a la publicación
de autores noveles de América Latina que en la década
de los cincuenta eran poco conocidos, fue porque Sergio Galindo,
su fundador, tuvo la convicción de que ese papel era fundamental
en una editorial universitaria que, contrario a muchas otras, no
estaba orientada por un criterio empresarial.
Galindo no estaba solo cuando fundó la editorial, lo acompañaban
el antropólogo Gonzalo Aguirre Beltrán, entonces rector
de la UV, y el filósofo Fernando Salmerón. Ellos compartieron
su visión de lograr que el trabajo editorial de la UV traspasara
las fronteras universitarias y proyectara la cultura, las ciencias
y las artes en el plano nacional e internacional.
Vicente Leñero, periodista, escritor y dramaturgo mexicano,
quien en 1961 publicó en esta casa editorial su primera novela
(La voz adolorida), dijo en entrevista que arriesgarse con nuevos
escritores convirtió a la Editorial en tierra fértil
para noveles talentos: “Sería bueno que recuperara
ese camino, que volviera a sus orígenes, a ser lo que era
cuando nosotros empezábamos”.
No obstante, reconoció que analizar lo que esta casa editorial
era, lo que es ahora y definir su rumbo, es un trabajo que corresponde
únicamente a los universitarios, de ahí que “fomentar
un ejercicio de autocrítica sea necesario para la propia
Universidad”, señaló el ganador de los premios
Biblioteca Breve en 1963 y Xavier Villaurrutia en 2001.
Celia del Palacio, actual directora de la Editorial, reconoció
que éste es un objetivo que comparten quienes dirigen las
colecciones y el rumbo de esta institución, de ahí
que entre los planes para 2007 se encuentre revivir colecciones
como Luna Hiena para publicar poesía y cuentos cortos de
escritores veracruzanos y la serie Entremares, que proyectará
las nuevas voces de la narrativa y la poesía latinoamericana.
|