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Conocer
la flora de un país permite
establecer prioridades de conservación
Elizabeth Vázquez |
El
investigador aleman Thorsten Krömer se integra al Citro |
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Los
inventarios florísticos son herramientas indispensables para
el establecimiento de prioridades en materia de investigación
y conservación ambiental y aunque México se encuentra
entre los países con trópico mejor estudiados en este
rubro, “dada la magnitud de su diversidad biológica,
aún queda mucho trabajo por realizar en el campo de la botánica”,
señaló el doctor Thorsten Krömer.
Por eso, contribuir con nuevas piezas que permitan –en algún
momento– armar en su totalidad el gran rompecabezas que representa
la flora mexicana, se ha convertido para este investigador alemán
radicado en el país desde hace dos años, en un proyecto
de vida que, lejos de relacionarse con el placer del coleccionista,
tiene su fundamento en un genuino interés por la preservación
del medio ambiente.
Recientemente adscrito al Centro de Investigaciones Tropicales de
la Universidad Veracruzana (CITRO), Thorsten Krömer se propone
realizar –en colaboración con otros especialistas–
inventarios florísticos y estudios ecológicos y sistemáticos
de la vegetación para aumentar el conocimiento sobre la distribución,
diversidad y estado de conservación de las plantas vasculares
de Veracruz.
En expediciones recientes, este investigador fue recompensado en su
búsqueda con el hallazgo de las especies nuevas para la ciencia
Werauhia noctiflorens (Bromeliaceae) y Thelypteris tuxtlensis (Thelypteridaceae),
la primera, conocida del sureste de México y Belice, y la segunda,
endémica de Los Tuxtlas, Veracruz. Además, encontró
alrededor de una decena de registros de especies nuevos para México
y el estado de Veracruz y más de 30 para la región de
Los Tuxtlas.
Su interés particular por el estudio de las plantas epífitas,
también llamadas aéreas por no enraizar en el suelo
sino tomando a otro vegetal como soporte u hospedero, ha llevado a
este doctor en Botánica graduado en la Universidad de Göttingen,
Alemania a convertirse en un experto trepador de árboles de
gran altura y, por tanto, en instructor calificado para impartir cursos
al respecto, mismos que le permitieron tener sus primeros acercamientos
con distintos países del trópico.
Comparte esta habilidad con el gusto de recorrer grandes distancias
a pie y realizar campamentos al aire libre durante varios días,
aunque no sea en las mejores condiciones: lluvias torrenciales, pero
también falta de agua potable, caminos inexistentes entre una
tupida maleza cundida de insectos y otros animales menos inocuos,
entre otras inconveniencias.
Como él mismo reconoce, realizar expediciones para la búsqueda
e identificación de especies vegetales poco conocidas no es
una tarea sencilla, requiere de una inversión que haga posible
contar con un equipo humano y técnico que apoye en el trabajo
que implica llegar a lugares poco explorados y de difícil acceso
para el hombre –los mejor conservados por razones obvias–
y una vez ahí efectuar la colecta.
“En los inventarios de epífitas, que incluyen especies
de aráceas, bromeliáceas, helechos y orquídeas
aún hay profundos vacíos, puesto que mayormente se encuentran
muy mal representadas en inventarios generales y me atrevería
a decir que esto se debe a la dificultad para ser estudiadas, ya que
para hacerlo se requiere de un equipo especial y recursos de todo
tipo”, indicó el investigador.
Con un fundamentado temor de que muchas de las plantas nativas de
Veracruz hayan desaparecido, sin haber logrado ningún registro
de ellas, el doctor Krömer insiste en la urgencia de nutrir los
inventarios florísticos en el menor tiempo posible, y en esa
tarea – añadió– las zonas indígenas
juegan un papel muy importante, no sólo porque son las mayormente
preservadas, sino también porque sus habitantes poseen invaluables
conocimientos sobre su entorno, lo cual casi siempre resulta una excelente
referencia al momento de buscar e identificar la flora.
Antes de establecerse en México, el doctor Krömer trabajó
también en Bolivia, Nicaragua, y Estados Unidos realizando
estudios que han culminado en numerosas publicaciones, conocimientos
que tendrá la oportunidad de compartir a partir de este ciclo
escolar con estudiantes de la Facultad de Biología de la Universidad
Veracruzana, así como con los estudiantes de la maestría
y doctorado en Ecología Tropical que imparte el CITRO. |
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