Año 7 • No. 281 • Septiembre 17 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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  Conocer la flora de un país permite
establecer prioridades de conservación
Elizabeth Vázquez
El investigador aleman Thorsten Krömer se integra al Citro

Los inventarios florísticos son herramientas indispensables para el establecimiento de prioridades en materia de investigación y conservación ambiental y aunque México se encuentra entre los países con trópico mejor estudiados en este rubro, “dada la magnitud de su diversidad biológica, aún queda mucho trabajo por realizar en el campo de la botánica”, señaló el doctor Thorsten Krömer.

Por eso, contribuir con nuevas piezas que permitan –en algún momento– armar en su totalidad el gran rompecabezas que representa la flora mexicana, se ha convertido para este investigador alemán radicado en el país desde hace dos años, en un proyecto de vida que, lejos de relacionarse con el placer del coleccionista, tiene su fundamento en un genuino interés por la preservación del medio ambiente.

Recientemente adscrito al Centro de Investigaciones Tropicales de la Universidad Veracruzana (CITRO), Thorsten Krömer se propone realizar –en colaboración con otros especialistas– inventarios florísticos y estudios ecológicos y sistemáticos de la vegetación para aumentar el conocimiento sobre la distribución, diversidad y estado de conservación de las plantas vasculares de Veracruz.

En expediciones recientes, este investigador fue recompensado en su búsqueda con el hallazgo de las especies nuevas para la ciencia Werauhia noctiflorens (Bromeliaceae) y Thelypteris tuxtlensis (Thelypteridaceae), la primera, conocida del sureste de México y Belice, y la segunda, endémica de Los Tuxtlas, Veracruz. Además, encontró alrededor de una decena de registros de especies nuevos para México y el estado de Veracruz y más de 30 para la región de Los Tuxtlas.

Su interés particular por el estudio de las plantas epífitas, también llamadas aéreas por no enraizar en el suelo sino tomando a otro vegetal como soporte u hospedero, ha llevado a este doctor en Botánica graduado en la Universidad de Göttingen, Alemania a convertirse en un experto trepador de árboles de gran altura y, por tanto, en instructor calificado para impartir cursos al respecto, mismos que le permitieron tener sus primeros acercamientos con distintos países del trópico.

Comparte esta habilidad con el gusto de recorrer grandes distancias a pie y realizar campamentos al aire libre durante varios días, aunque no sea en las mejores condiciones: lluvias torrenciales, pero también falta de agua potable, caminos inexistentes entre una tupida maleza cundida de insectos y otros animales menos inocuos, entre otras inconveniencias.

Como él mismo reconoce, realizar expediciones para la búsqueda e identificación de especies vegetales poco conocidas no es una tarea sencilla, requiere de una inversión que haga posible contar con un equipo humano y técnico que apoye en el trabajo que implica llegar a lugares poco explorados y de difícil acceso para el hombre –los mejor conservados por razones obvias– y una vez ahí efectuar la colecta.

“En los inventarios de epífitas, que incluyen especies de aráceas, bromeliáceas, helechos y orquídeas aún hay profundos vacíos, puesto que mayormente se encuentran muy mal representadas en inventarios generales y me atrevería a decir que esto se debe a la dificultad para ser estudiadas, ya que para hacerlo se requiere de un equipo especial y recursos de todo tipo”, indicó el investigador.

Con un fundamentado temor de que muchas de las plantas nativas de Veracruz hayan desaparecido, sin haber logrado ningún registro de ellas, el doctor Krömer insiste en la urgencia de nutrir los inventarios florísticos en el menor tiempo posible, y en esa tarea – añadió– las zonas indígenas juegan un papel muy importante, no sólo porque son las mayormente preservadas, sino también porque sus habitantes poseen invaluables conocimientos sobre su entorno, lo cual casi siempre resulta una excelente referencia al momento de buscar e identificar la flora.

Antes de establecerse en México, el doctor Krömer trabajó también en Bolivia, Nicaragua, y Estados Unidos realizando estudios que han culminado en numerosas publicaciones, conocimientos que tendrá la oportunidad de compartir a partir de este ciclo escolar con estudiantes de la Facultad de Biología de la Universidad Veracruzana, así como con los estudiantes de la maestría y doctorado en Ecología Tropical que imparte el CITRO.