Año 7 • No. 284 • Octubre 8 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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  Asegura en la UV filósofa y profesora de Bioética en la UNAM
Nietzsche no aspiraba a la dominación

Edith Escalón
Universidades: promotoras, actoras y gestoras del cambio y del desarrollo de

Lizbeth Sagols, profesora de Bioética en la UNAM
El superhombre de Nietzsche no aspiraba a la dominación ni buscaba el control de unos sobre otros, sino la realización plena de sus capacidades, aseguró Lizbeth Sagols, profesora de Bioética en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) al participar en el congreso internacional Nietzsche ¿ha muerto?... organizado por la Facultad de Filosofía de la Universidad Veracruzana (UV).

Dijo que su pensamiento ha sido malinterpretado a conveniencia del poder en turno, como sucedió con los Nazis en el siglo XX: “Nietzsche no estaría de acuerdo en usar su filosofía como justificación de la opresión y el despotismo, porque el superhombre no es un político rapaz: es un artista, con todo lo que ello implica”.

La académica unamita, cuya tesis doctoral analiza la ética y la autoconstrucción del sujeto desde la filosofía del pensador alemán, aseguró que para Nietzsche el superhombre no tiene por qué usar su potencial para sacar provecho de los otros, sino vivir en su propia esfera “es tan pleno que no tiene más que vivir y gozar, si acaso seducirá a otros para que lo acompañen, pero no va a estar ocupado de dominar”.
Según la interpretación que hace Lizbeth Sagols, para Nietzsche el superhombre no es un futuro o una posibilidad, sino una realidad. “Tiene que haber estado presente en algún momento de la historia porque el futuro no puede negar el pasado, no podemos pensar en una novedad total porque el tiempo es circular, se repite siempre, por eso tuvo que haber existido”, aunque la universitaria reconoce que “a él no le interesaba tener razón”.

Por otra parte, Sagol aseguró que otros filósofos lo han visto como un pensador “antropotécnico”, es decir, que concibe a la sociedad como un mecanismo organizado que permite el surgimiento del superhombre: “Esa técnica social consiste en que hayan multitudes dóciles que trabajen tenazmente para que la humanidad se convierta en una maquinaria de donde surja la energía para los seres superiores”.
Explicó que la antropotecnia también propone el uso de la tecnología para hacer al hombre superior: “Uno de los intérpretes de Nietzsche, Sloterdijk, propone intervenir en el genoma humano para hacernos más inteligentes, para construir superhombres”.

Aunque la académica presentó coincidencias y discrepancias del filósofo alemán con esta concepción social, reconoció que Nietzsche “es un penador polémico y contradictorio que hace más de una filosofía”. Como ejemplo mencionó la paradoja que encierra su filosofía en cuanto a la decadencia y el crecimiento humanos.

“Él tiene una filosofía decadente; él mismo dice ‘yo soy decadente’, pero también tiene otra filosofía constructiva donde sostiene que no importa dominar, sino ser, que los seres superiores sean, y que surja la alegría,
el juego.”

Para Lizbeth Sagols, Nietzsche sigue vigente porque propuso una forma auténtica de vivir: “Desde cómo realizar las propias potencias, cómo crecer, una filosofía que habla a la individualidad, que nos va a invitar a construir nuestro propio camino, pero además nos dice que el propio camino tiene que estar lleno de intensidad de vida, de riesgo, de determinación”.