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Asegura
Esther Hernández Palacios
Trasciende poesía de Enriqueta
Ochoa por su valor profético
Alma Espinosa
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La
autora inaugura una nueva poesía y recupera los valores más
profundos de la femineidad |
Si
bien la poesía de Enriqueta Ochoa ocupa un sitio preponderante
dentro de la tradición de la poesía escrita por mujeres
en México y en el panorama de la literatura contemporánea
mexicana en su conjunto por sus características formales y
temáticas, su verdadera trascendencia y fuerza está
en su valor profético, aseguró Esther Hernández
Palacios, catedrática de la Facultad de Letras Españolas
de la Universidad Veracruzana (UV).
Enriqueta Ochoa inaugura una nueva poesía, recupera los valores
más profundos de la femineidad y al mismo tiempo habla desde
otro lugar, el de la especie. “Nos invita a recuperar un pasado
mítico en el que los hombres y las mujeres vivían como
iguales. Al recobrar la imagen de la diosa concibe un mundo totalizador
que se integra en el útero originario. Al restituir los símbolos
femeninos a la configuración de la divinidad, Ochoa no sólo
revalora a la mujer, su creación y procreación sino
que rompe con la supremacía de más de seis mil años
de los hombres sobre las mujeres, legitimada en la imagen de Dios
Padre”, expresó. |
Esther
Hernández aseguró que Enriqueta Ochoa regresa a las
profundidades de lo sagrado, a través de los símbolos
de los elementos y la naturaleza |
Durante su participación en el 2º coloquio nacional de
investigadores en poesía mexicana “Otoño y poesía”,
organizado por el Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias
(IIL-L) de la UV, Esther Hernández leyó un resumen del
último capítulo de su tesis doctoral, en la que afirma
que la poeta Enriqueta Ochoa regresa a las profundidades de lo sagrado
a través de los símbolos de los elementos y la naturaleza
para reinstaurar el lado femenino de lo divino y reconvertir el museo
imaginario del arte en honor del hombre, en el templo en honor de
la especie humana.
Dijo que la poesía de Enriqueta Ochoa no canta sólo
para mantener viva la tradición poética sino para mantenernos
vivos. Al convocar a la diosa y sus atributos prefigura una sociedad
en que vuelva a reinar la igualdad de género y al mismo tiempo
nos impulsa al rescate del mundo en un sentido ecológico profundo,
trascendente, que renueva la concepción de la tierra como un
sitio vivo, en regeneración continua y sobre todo sagrada.
Al despertar la divinidad de lo femenino y otorgar sus cualidades
al cosmos que configura su poesía, Ochoa contribuye –según
Hernández Palacios– a la recuperación del eslabón
perdido que permitirá que la especie sea completa.
“Estamos tan familiarizados con lo masculino que no nos damos
cuenta que concebir el mundo sin lo femenino es concebirlo truncado”.
Agregó que lo femenino es lo que hace falta para que la especie
esté completa, es justamente el eslabón perdido como
lo han manejado algunos autores. Es justamente “el eslabón
perdido de nuestra cadena de conexiones con el conocimiento y la experiencia
profunda de nuestra vida psíquica y espiritual”, comentó.
Enriqueta Ochoa da un salto en la poesía mexicana escrita por
mujeres, y junto con Rosario Castellanos y Dolores Castro es un parteaguas.
A partir de su poesía ya no se puede decir que las buenas poetas
sean excepciones como se decía con Concha Urquiza, incluso
de Margarita Michelena. |
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