Científicos
del Instituto de Neuroetología de la Universidad Veracruzana
(UV) trabajan en experimentos mediante los cuales podría
vincularse al sistema nervioso –y ya no solamente al hormonal,
como se ha hecho tradicionalmente– a la formación de
cáncer de próstata.
De acuerdo con la investigadora María Elena Hernández
Aguilar, generalmente se habla de que las patologías son
mediadas por hormonas, pero la próstata tiene inervación
muy importante.
“Ahora mismo estamos trabajando con el nervio genitofemoral
que teóricamente no tiene nada que ver con la próstata
porque está más ligado a nervios que tienen que ver
con los testículos para regular la temperatura, pero si se
corta, la próstata sufre alteraciones”, sostuvo.
Hernández Aguilar y un grupo de investigadores trabajan con
células de cáncer de próstata y parte de sus
estudios incluyen inducir en ratas patologías en esta parte
del organismo, a través de la elevación de nivel de
la hormona llamada prolactina, lo que genera en el animal hiperplasia
(1) y/o neoplasia intraepitelial (2).
“Lo que hemos observado es que cuando se corta el nervio genitofemoral
y se administra prolactina, las generación patologías
se acelera, incluso en individuos jóvenes, los que con la
sola administración de la hormona se muestran más
resistentes a generar la patología”, aseguró.
La investigadora dijo que se piensa que la relación viene
a través de la médula espinal, lo que significaría
que la inervación también participa en estos mecanismos
de inducción de cáncer.
“¿Cuál es la relación del sistema nervioso
con el sistema hormonal? Todavía no se sabe muy bien. La
pregunta que nos hemos estado haciendo en los últimos meses
es: ¿La presencia del cáncer o de las patologías
en la próstata es el conjunto de ambos sistemas (hormonal
y nervioso)? Lo más probable es que sí, pero nos falta
hacer muchos otros estudios”, afirmó.
Además, la científica sostuvo que si se toma en cuenta
que los senos son también una zona con muchos nervios, bien
podría aplicarse la misma hipótesis para este tipo
de cáncer.
Continúan trabajos con maguey morado
En seguimiento a la investigación que se lleva a cabo en
el Instituto de Ciencias Básicas de la UV sobre las propiedades
anticancerígenas de la planta rhoeo discolor o maguey morado
(ver UniVerso 184, junio 20 de 2005), en el Instituto de Neuroetología
se realizan pruebas de extracto de la planta con células
de cáncer de próstata.
“Se hicieron estudios en la Universidad de Sonora, en los
que participó una estudiante de la UV, y se encontró
que el extracto de maguey morado tenía una acción
muy efectiva sobre células de cáncer cérvico-uterino,
mama y piel; ahora en el Instituto de Neuroetología de la
UV se están haciendo estudios con cáncer de próstata
con resultados preliminares muy alentadores”, dijo Miguel
Ángel Domínguez Ortiz, investigador del Instituto
de Ciencias Básicas de la UV.
Domínguez Ortiz sostuvo que ya se sabe con certeza que el
maguey no es tóxico y que el paso siguiente es saber en qué
dosis se debe aplicar, porque una cosa es probar en laboratorio,
y ver que las células se mueren, y otra muy distinta es saber
en qué dosis es efectivo en el organismo, porque por los
procesos de biogénesis la sustancia puede ver reducida su
acción o puede alterarse.
María Elena Hernández dijo que con los resultados
obtenidos en los experimentos realizados en la Universidad de Sonora
con otros tipos de cáncer “quisimos probar si el extracto
tiene el mismo efecto en una línea celular de cáncer
de próstata, que es lo que hemos trabajado en este laboratorio.
Es un proyecto que está empezando, pero por los pocos resultados
preliminares que se tienen, que no son concluyentes, parece que
en términos generales tiene el mismo efecto, aunque difiere
en algunas cosas”.
De acuerdo con los experimentos realizados con células de
cáncer de próstata, se necesita un poco más
del concentrado que se utilizó en otros tipos de cáncer
para que inhiba aproximadamente en 50 por ciento la proliferación
de las células.
“Lo hemos probado solamente en esta línea de cáncer
de próstata y la idea a largo plazo es probarlo directamente
en animales. Tenemos un modelo no de cáncer pero sí
de una patología en la próstata que estamos induciendo
en ratas para ver si esa patología puede ser contrarrestada
administrando estos extractos”, dijo.
No es lo mismo trabajar con una célula a la que se puede
administrar cierta cantidad de extracto y se tiene un efecto muy
puntual, localizado y directo, además de que está
aislado de un organismo; lo que no pasa cuando se prueba en un organismo
animal o humano, donde el compuesto administrado puede diluirse,
entonces se necesita trabajar con diferentes concentraciones y modos
de administración para ver realmente el efecto en un organismo,
explicó.
“La idea última es aislar y saber qué compuesto
es el causante de producir el efecto de inhibición de células
cancerígenas. Aunque ya se tiene una idea aproximada de qué
compuesto estamos hablando, todavía no estamos seguros”,
sostuvo.
De acuerdo con los investigadores, aún no se sabe cuál
es el mecanismo de acción del extracto, pero se analizarán
a los receptores andrógenos y estrógenos (ambos hormonas
esteroides), pues se tiene la idea de que puede ser a través
de éstos que se genere la acción inhibidora, pero
se tiene que comprobar mediante la experimentación.
El
tiempo del proceso
Hernández Aguilar sostuvo que el proceso puede durar mucho
tiempo y que con base en estos resultados preliminares no se puede
afirmar que se va a curar el cáncer.
“Ya estamos induciendo la patología, lo que viene es
estudiar cómo es que el extracto de la planta va a contrarrestar
la patología, en qué momento lo va a hacer, si antes
de que se manifieste o durante el proceso de inducción; no
lo sabemos todavía”, sostuvo.
Además, explicó que es necesario considerar que el
cáncer es una enfermedad que no se genera de la noche a la
mañana, ya que es una patología que antes de manifestarse
lleva generándose mucho tiempo, por lo que encontrar una
solución general para todos los tipos y en todas las fases
es algo sumamente complicado.
“Si esta planta tiene o no efecto sobre el cáncer de
próstata es lo que estamos evaluando, pero sobre qué
grado de cáncer va a tener el efecto es lo que no sabemos,
pudiera ser un preventivo o bien algo que va a contrarrestar el
efecto. En algunas personas puede funcionar y en otras no; en la
literatura ya hay casos de personas que dicen que sí funcionó
para inhibir la proliferación de células, pero eso
también tiene que ver con el grado de la patología,
del tipo de cáncer y de cómo reacciona cada organismo”,
señaló.
Domínguez Ortiz dijo que a partir de la difusión del
estudio recibió muchas llamadas telefónicas, una de
ellas la de una mujer con cáncer de mama que hizo un concentrado
de maguey morado y lo bebió en gran cantidad y el sobrante
lo aplicó de manera cutánea.
“Según ella misma me platicó al mes siguiente,
al primer día se sintió muy mal, le daba mucho calor,
tenía irritación en todo el cuerpo y empezó
a orinar mucho –señales de intoxicación–
pero se le pasó y en los días subsecuentes se sintió
muy bien y el tumor que tenía empezó a reducirse en
tamaño hasta ser sólo una bolita muy pequeña.”
El investigador dijo que tiene testimonios de personas que aseguran
que cuando se ingiere una alta concentración notan cambios
positivos, pero aclaró que es muy importante tener en cuenta
que no todos los organismos responden igual ante una alta concentración
de extracto y para que se pueda pensar en un procedimiento científicamente
probado tienen que hacerse muchos más estudios.
Hernández Aguilar sostuvo que los estudios sobre cáncer
tienen muchísimos años y todavía no se sabe
qué lo origina, por qué se origina y cómo se
comporta; es una enfermedad tan variada y tan complicada que todavía
no hay una información certera y precisa sobre ella.
“Este proyecto conlleva un proceso largo y complicado, pero
tenemos esperanzas basadas en los resultados preliminares que ya
tenemos; aparentemente todo va por buen camino”, aseguró.
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La
yuca elephantiphes
Paralelo a esto, en el Instituto de Ciencias Básicas se trabaja
en la caracterización de otra planta, la yuca elephantiphes
o flor de izote, que también es usada por médicos
tradicionales para el tratamiento
de cáncer.
“La yuca elephantiphes tiene una alta concentración
de quinonas, sustancia que se ha comprobado que sirve para el tratamiento
del cáncer. Nosotros hacemos el estudio fotoquímico,
el estudio de las plantas y el extracto y en el Instituto de Neuroetología
se encargan de probar los extractos en diferentes concentraciones
con células vivas de cáncer de próstata y de
mama. Ahora mismo estamos tratando de separar los compuestos que
contiene la planta para luego analizar la estructura química”,
dijo Miguel Ángel Domínguez.
La estudiante Miriam Bravo Ávila, explica el proceso para
obtener el extracto de la planta: “Se obtiene la planta, se
seca (lo cual no debe realizarse al sol porque los efectos de los
rayos ultravioleta pueden modificar los metabolitos de la planta).
Una vez seco, se tritura y se coloca en recipientes con diferentes
solventes apolares: hexano o éter de petróleo, para
eliminar ceras y grasas para que nos permita seguir con otros extractos,
ya libres de esas sustancias. Las siguientes soluciones se hacen
con solventes de mediana polaridad como acetato de etilo y acetona,
y posteriormente con solventes polares como etanol”.
Ya con la planta en solvente, se pasa por un rotavapor (aparato
que sirve para eliminar la mayor cantidad de solvente) y el extracto
libre de solvente se lleva a la fase de experimentación con
células.
“Esta planta contiene una sustancia llamada aponina, compuesto
orgánico que produce espuma y es usado por personas de algunas
comunidades para lavar ropa porque limpia muy bien, es un jabón
natural; además, es un fuerte bactericida y la raíz
se usa para el tratamiento de cáncer”, dijo.
Conocimiento
tradicional
Domínguez Ortiz sostuvo que el trabajo científico
que se realiza está basado en la experiencia que tienen los
curanderos y médicos tradicionales y mencionó el ejemplo
de la planta dorstenia contraherba, comúnmente llamada contrahierba
y que se da por las cascadas de Texolo, que los médicos naturistas
usan para tratamiento de enfermedades de la piel.
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